Arturo Valls: «Voy a por otros 1.500 programas»

«¡Ahora caigo!» cumplió ayer su emisión número 1.500, cifra que celebraron con un especial

Pensar en «¡Ahora caigo!» es acordarse de Arturo Valls, el espacio es un claro ejemplo de cómo, en muchas ocasiones, el papel del presentador se convierte en uno de los elementos fundamentales para que continúe en emisión. Ayer, el concurso cumplió su programa número 1.500, por lo que emitieron un especial en el que personajes famosos enviaron sus felicitaciones y donde el público formó parte del festejo.

Arturo Valls habló con LA RAZÓN y explicó que con este especial también han querido «hacer un homenaje al público que viene a menudo», ya que es un componente clave en el funcionamiento del programa: «Quiero dar las gracias a la audiencia y a los que han estado tan activos en estos 1.500 programas, pero también a la gente que viene al plató. Es que se lo pasan bomba, llegan con las canciones aprendidas y es una barbaridad». «¡Ahora caigo!» lleva emitiéndose desde 2011 de lunes a viernes, un éxito que, según Arturo Valls, se debe «claramente al atractivo de su presentador». Bromas a parte, explica que «se ha complementado muy bien formato y presentador, algo que no es fácil. A veces los programas están más encorsetados por un guión, en cambio aquí da la sensación de que es el patio del colegio, la posibilidad que tengo para hacer el tonto no se da en todos los formatos».

Como en casa

Además, añade que es posible que influya «la paciencia que se ha tenido con el programa», que «ha hecho que se cree este pequeño universo», asegura refiriéndose al «show» que monta en cada emisión y que gusta bastante. «Esto es la dictadura de las audiencias, si no se da lo que se espera es difícil que las cosas tengan tanto recorrido».

Caídas, disfraces, bromas y chistes (malos y buenos) no faltan en cada entrega y la actitud del presentador sumada a la buena intención de sus concursantes da como resultado multitud de momentos que no tardan en hacerse virales. A Valls le parece difícil elegir uno de ellos, pero responde que «no hace mucho, una señora del publico sacó una lima durante el programa, fue maravilloso por el exceso de confianza, estaba como en su casa. Luego la pillamos y se llevó un disgusto. Es lo que decía antes, en otros programas está todo más dirigido, aquí pasan cosas como estas y es maravilloso». Gracias a la emisión diaria y a esta relación con el público, Valls cuenta con «una fidelidad» que le ha dado la posibilidad de crear «una gran familia».

En televisión es muy fácil que un programa deje de gustar con el paso del tiempo, pero Arturo Valls no duda en apostar por otros 1.500: «Yo encantado, voy a por ello». Sin embargo, sí admite que con «Improvisando», su nuevo proyecto como presentador y que ya se está grabando, sería «más complicado», aunque aclara que lo podría conseguir «porque son invitados que vienen a jugar con la improvisación». La actitud cómica y bromista de Arturo Valls ha hecho que los valencianos le hayan votado en una encuesta como el preferido para irse de cañas, y que en el ámbito nacional le hayan elegido como el jefe que les gustaría tener. «Prefiero irme de cañas sin duda, pero solo pago la primera ronda», bromea. «Es que ser el jefe de todos... ¡Qué responsabilidad! Mi mujer me dijo: “No saben lo que dicen”, y es verdad».