Las series dan el do de pecho

El éxito de las sintonías de «La casa de papel» y «Vis a vis» confirman el tirón de la composición musical para la ficción.

El dividendo del «merchandising» de la industria televisiva es incalculable, y no solo de camisetas, tazas, cojines y fundas para ratón se nutre el negocio, las bandas sonoras se encuentran entre lo más solicitado en las webs de descargas musicales, como Spotify o iTunes. Precisamente en esta última se encuentran desde hace semanas «Hay algo en mí», el tema interpretado por Miriam Rodríguez para la nueva temporada de «Vis a vis» y «My life is going on», una de las canciones de la banda sonora de «La casa de papel», que ha lanzado al estrellato a la española Cecilia Krull. Fernando Velázquez, Roque Baños y Alberto Iglesias, ganador de diez premios Goya y nominado en tres ocasiones a los Oscar, son algunos de los compositores españoles más reconocidos en el mundo cinematográfico. Este último es, además, socio de Musimagen, una asociación sin ánimo de lucro nacida en 2000 para defender los intereses de los compositores de música audiovisual, en la que se encuentran otros tantos otros creadores, como Iván Martínez Lacámara y Manel Santisteban, nominados en la primera edición de los Camille Awards-European Film Composer Awards por su trabajo en la serie de Álex Pina. «Gracias a las series americanas las bandas sonoras están en auge», señala Vicente Miras, coordinador del colectivo, que subraya el peso de los medios digitales en este esplendor del sector. «Las grandes compañías se han dado cuenta de que a la gente sí le interesa el contenido de calidad y esto se logra teniendo a un profesional en cada puesto, incluida la creación musical», añade.

Proceso creativo

César Benito, músico granadino afincado en Los Ángeles y autor, entre otras, de las melodías de «Vivo cantando», «Los protegidos», «La chica de ayer», «Allí abajo» y «Sabuesos», es uno de los más solicitados por las productoras nacionales. Benito considera un privilegio trabajar para la ficción porque le permite dar rienda suelta a su «creatividad», pero asegura que el ritmo de la pequeña pantalla es «de locos». «Cuando estudias en el conservatorio todo está muy idealizado y piensas que vas a tener tiempo para la inspiración y escribir, pero en televisión eso no existe. En este medio no compongo, improviso», señala y subraya que en su ideario no cabe la expresión: «No se me ocurre nada».

Benito cruzó el charco hace 20 años para ampliar sus estudios musicales, pero desde España le llegan la mayoría de los encargos. Asegura que su pauta de trabajo es la misma para proyectos cinematográficos y de ficción, aunque subraya que no existe un «patrón definido». «La base de todo es el diálogo. En televisión hablo con el productor, que es el que dirige todos los hilos. Intento empaparme de la idea que tienen en la cabeza, aunque a veces no expresan lo que realmente piensan. Así que hay que echar mano de mucha psicología. Es como si fueras un detective y tuvieras que adivinar qué crees que va a gustar o no», comenta sobre el proceso creativo.

Entre sus trabajos más laureados, «El tiempo entre costuras», con el que ganó el premio Iris a mejor banda sonora en 2013 y, sin duda, uno de los más escuchados en la aplicación Spotify. «Al ser la adaptación de un «bestseller», tuve la oportunidad de leer la novela, me reuní con los productores que me explicaron lo que querían, y, como no había una fecha de producción establecida, pude abordarlo con más calma», indica. Afirma que las plataformas televisivas son un enorme aliado también para los compositores porque sus creaciones se globalizan al igual que las series, una circunstancia que asegura haber experimentado ya en primera persona. «Durante un trayecto en taxi por Los Ángeles el conductor se dio cuenta de que tenía acento extranjero y entablamos una conversación en la que me preguntó si conocía “El tiempo entre costuras” porque su mujer era súper fan. Cuando le dije que era el compositor, no se lo creía», declara. A Benito le esperan nuevos cometidos, algunos con su productora de cabecera, Plano a plano, pero por ahora habrá que esperar para escucharlos.