Ocio

Series

"The Fix": un ejercicio de vengativa propaganda

Maya Travis (Robin Tunney) protagonista de la serie «The Fix», durante una de sus escenas
Maya Travis (Robin Tunney) protagonista de la serie «The Fix», durante una de sus escenaslarazon

«The Fix», la intriga que estrena Movistar Series, trata de reivindicar la figura de Marcia Clark, famosa por el juicio contra O.J. Simpsons

Nadie entre quienes lean estas líneas tiene verdaderos motivos para conocer a Marcia Clark, pero en Estados Unidos, durante un tiempo, fue una celebridad: cuando O.J. Simpson fue declarado no culpable de haber asesinado a su mujer y al amante de esta, la opinión pública de aquel país decidió responsabilizarla a ella -que había ejercido de acusadora durante el juicio- de aquel error legal. La abogada, eso sí, halló su redención gracias a la televisión. La primera temporada de «American Crime Story», El pueblo contra O.J. Simpson, aportó argumentos de peso para demostrar que Clark había sido víctima de un caso particularmente tóxico de misoginia.

Aquella reivindicación no debió de parecerle suficiente, porque ahora la mujer vuelve a la pequeña pantalla para seguir restaurando su buen nombre, y esta vez en un proyecto en el que la fuerza creativa es ella misma. Clark, en efecto, forma parte del equipo de guionistas y del de productores de «The Fix», la serie que hoy mismo se estrena en Movistar Series; y en ella demuestra estar de acuerdo en que la venganza se sirve fría porque, pese a que la ficción que aquí se nos propone difiere del caso de Simpson de varias maneras, ha sido cuidadosamente diseñada para dejar claros los paralelismos.

La premisa del relato es la siguiente: la esposa de una celebridad negra llamada Sevvy Johnson y su amante han sido hallados muertos. Durante el posterior juicio por asesinato, el equipo defensor de Johnson acusa al tribunal de racismo y llega a sugerir que el Departamento de Policía de Los Ángeles ha tendido una trampa a su cliente. Cuando el jurado acaba exonerando al sospechoso, toda la culpa recae sobre la fiscal, que no se llama Marcia sino... Maya. La verdadera trama arranca ocho años después, cuando aparece el cadáver de la nueva novia de Johnson. Aunque inicialmente reacia, Maya acaba decidiendo que es hora de hacer justicia. A partir de ahí «The Fix» se esfuerza por generar incertidumbre respecto al caso, pero no cuela porque, ¿habría participado Clark en la serie si en ella se sugiriera la inocencia de un personaje que es alter ego del hombre al que ella intentó condenar con todas sus fuerzas?

Intención fallida

En cualquier caso, los ecos de Simpson se dispersan a medida que la narración mezcla pistas falsas e intrigas de despacho, hasta tal punto que, en última instancia, aquel mediático caso judicial acaba funcionando como reclamo de un culebrón detectivesco lastrado por la tosquedad emocional y frases de diálogo tan lamentables como «la evidencia no miente, la gente sí» o «somos gente de nuestro tiempo, y es un tiempo terrible», y por el empeño de Clark en usarlo para hacer propaganda de sí misma, llenándolo de escenas en las que se insiste en la estupidez de los jurados o en las que Maya recuerda con amargura qué difícil le resultó estar en el punto de mira mientras la gente se metía con ella y con su peinado.

En realidad, ese resentimiento es el único impulso creativo detrás de «The Fix», y no hace falta explicar por qué el ánimo de vendetta no es un buen consejero artístico. Por eso, a menos que lo remedie a medida que avanzan los episodios -los tres primeros han sido visionados para escribir este artículo-, la serie corre el riesgo de echar por tierra todo el trabajo de rehabilitación pública que «El pueblo contra O.J. Simpson» llevó a cabo.