Brexit
«Un país no puede crecer más si no mejoramos la educación y la formación de los asalariados»
Mathilde Lemoine se incorporó al Grupo Edmond de Rothschild en enero del año pasado procedente de HSBC, como economista jefe. Miembro del Alto Consejo de Finanzas Públicas francés, Lemoine habla del «milagro español» y de cómo nuestras empresas han conseguido hacerse más competitivas y capaces de salir al exterior.
– El Brexit ha partido, ¿cuáles son las consecuencias para Europa?
– El Brexit es ante todo un problema británico, de su económía y de su Gobierno más que un problema europeo. Con la crisi, los países del euro decidieron reforzar su arquitectura financiera y, por tanto, su solidez. También se constituyó el Mecanismo Europeo de Estabilidad para ayudar a los países con problemas mientras que la Unión Bancaria permitió reforzar Europa. Un conjunto de políticas que han molestado a los británicos, quienes han visto más complicado imponer su sistema financiero, lo que demuestra que a los países que no han adoptado el euro les es difícil encontrar su sitio.
– ¿Qué efectos puede tener para las empresas españolas instaladas en Gran Bretaña?
– Los efectos negativos ya se han notado. La libra se ha depreciado fuertemente y, consecuentemente, las empresas españolas que exportan a Reino Unido han visto mermada su competitividad. Sin embargo, ha sido positivo para España porque la zona euro se ha reforzado y es más autónoma respecto a Gran Bretaña y Estados Unidos. Sus políticas monetarias corresponden ahoran más a las necesidades de los europeos que antes. España participa de estas decisiones lo que garantiza que la política europea sea buena para ella. De acuerdo que el Brexit genera una incertidumbre para los españoles y las empresas españolas en Reino Unido, pero no es un problema real.
– ¿Supondrá que muchas empresas podrían trasladar su sede a nuestro país?
– Algunos británicos quieren proyectar una sensación de miedo con lo que está sucediendo en Europa con la llegada de los populimos, por ejemplo con Podemos en España, el movimiento Cinco Estrellas en Italia y con Mari Le Pen en Francia. Su interés es demostrar que somos inestables. Sin embargo, con el Brexit ya hay instituciones que han trasladado su sede fuera de la capital británica, mientras que el cuarto mayor banco japonés, Mizuho Bank, ha anunciado su intención de trasladar sus operaciones a los Países Bajos.
– Parece que los apoyos parlamentarios de Donald Trump empiezan a estar cansados de sus políticas. De hecho, no han apoyado su última reforma sanitaria y su impacto en los mercados ya se ha dejado notar. ¿Qué futuro le augura a la economía americana y a su presidente?
– Todos los analistas piensan que es la primera economía del mundo y, sin embargo, ya no son ellos los responsables del crecimiento económico mundial. De hecho, desde 2008 sólo explican el 12% del PIB mundial, mientras que China explica el 32%. Habrá que ver si las políticas prometidas por Trump cumplirán con las expectativas financieras que habían suscitado y de no ser así podría desencadenarse una crisis. De momento, sus reformas aún no han sido aprobadas y ya han tenido efectos negativos sobre el dólar y los tipos de interés.
– ¿Ha dejado Europa atrás la crisis?
– Al menos va mejor. En España no del todo, porque su PIB es un 1,6% menor a su nivel previo a la crisis, lo que significa que los estigmas de la recesión aún no han pasado, aunque España está bastante mejor, lo mismo que Europa. Para poder responder a la pregunta de una manera afirmativa, hacen falta más reformas, en particular no sólo una bajada de impuestos al trabajo, sino otras para ayudar a los trabajadores poco cualificados a formarse. Por último, no sabremos si hemos dejado definitivamente atrás la crisis hasta que el BCE deje de comprar deuda de las empresas y de los Estados miembro.
– La OCDE ha instado a España a subir impuestos para cumplir con el déficit.
– No se puede aumentar el crecimiento de un país si no mejoramos la educación y la formación de los asalariados, de lo contrario los movimientos populistas seguirán ganando espacio. Aumentar la competitividad de las economías es mejor que subir impuestos. En este sentido, las empresas españolas han demostrado una gran capacidad exportadora reflejando una imagen más económica de la que tenían antes.
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