Sevilla

El extraño caso de la Pardela Balear

Los censos repetidos durante los últimos cuatro años por observadores de la Fundación Migres en el Estrecho de Gibraltar han duplicado la población estimada hasta ahora de la pardela balear (Puffinus mauretanicus), ave marina endémica de las islas Baleares, considerada una de las más amenazadas del planeta. Los datos de los especialistas de Migres -entidad que desde hace más de una década censa las migraciones de aves por el Estrecho de Gibraltar- han calculado la población total de esta ave marina entre 23.780 y 26.535 ejemplares, el doble que los 10.000 a 15.000 individuos que hasta ahora se consideraba la población mundial de esta especie.

Migres ha repetido estos censos para comprobar la veracidad del aumento detectado en la primera observación, que les causó "un gran asombro", según ha explicado a la Agencia EFE el ornitólogo Alex Onrubia, coordinador del programa de captura, marcaje y seguimiento de aves migradoras en el Estrecho de Gibraltar de esta Fundación.

Ahora, tras cuatro censos consecutivos y sus correspondientes análisis, los expertos de Migres no dudan que la población de la pardela balear estaba muy infravalorada, y lo han argumentado en un estudio que acaba de publicar la revista Bird Conservation International.

Onrubia ha señalado que estos censos "aportan una información fiable y potente"que apuntaría a "la necesidad de revisar la situación de este especie", catalogada en España en peligro de extinción, pues se cree que apenas suma 3.000 parejas reproductoras.

Para Onrubia, la coincidencia de estos censos confirma con fiabilidad que la población de esta ave "supera con mucho la estimada inicialmente".

Ha matizado que el carácter pelágico de esta ave, que pasa la mayor parte del tiempo en alta mar, dificulta su observación y censado, que se suelen centrar en las colonias de cría, ubicadas en acantilados de islas y peñones mediterráneos, muchos de ellos, de difícil acceso.

La Pardela Balear inicia su migración postnupcial al final de la primavera y abandona las aguas mediterráneas a través del Estrecho de Gibraltar; las hembras suelen invernar en las costas septentrionales de Portugal, mientras que los machos lo hacen en latitudes mayores, dentro del Golfo de Vizcaya; ya en verano mudan su plumaje y en otoño regresan al Mediterráneo.

Los especialistas de Migres manejan tres hipótesis para explicar este desfase entre la población inicialmente estimada de la Pardela Balear y la realmente comprobada en los censos.

La primera, que la población reproductora estudiada estuviese infravalorada, pues cría en lugares de difícil acceso y muchos ejemplares entran y salen de noche de las áreas de cría, lo que dificulta su observación y seguimiento.

La segunda hipótesis es que existan zonas de cría desconocidas hasta ahora, como indicaría el reciente descubrimiento de una colonia da Pardela Cenicienta -especie similar a la Balear- localizada en islotes de aguas de Argelia.

Una tercera hipótesis sostiene que no todos los ejemplares de Pardela Balear se reproduzcan cada año -lo que se conoce como población flotante- un fenómeno que ocurre con otras especies de esta aves, por lo que estos individuos no se estarían contando en los censos pues se realizan en las zonas de cría.

La existencia de esta población flotante se ha confirmado en otras especies de pardelas y se explica por la gran longevidad de estas aves, de las que se ha llegado a recuperar un ejemplar de Pardela Pichoneta anillado de más de 60 años.

Con todo, Onrubia destaca que la Pardela Balear sigue siendo una especie endémica española muy amenazada, con una estima de menos de 3.000 parejas reproductoras, por lo que considera necesario mantener las actuaciones de protección de esta especie.

También ha destacado la importancia de los censos de la migración de aves en Gibraltar, dado que aportan una información muy valiosa, que en muchos casos no se puede obtener de otra forma y con un esfuerzo razonable