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El viaje peligroso de las aves migratorias

La ONU apuesta por las energías renovables ante el Día Mundial de las Aves Migratorias, que se celebra este fin de semana

El cuaderno de Chapu Apaolaza: Milagro en Extremadura
El cuaderno de Chapu Apaolaza: Milagro en Extremaduralarazon

Cientos de miles de aves migratorias mueren por electrocución y decenas de millones por colisión con tendidos eléctricos en África, Europa y Asia, en tanto que varios millones luchan contra la expansión masiva de diversos medios de generar y distribuir energía. Así lo afirman el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS, por sus siglas en inglés) y el Acuerdo sobre la Conservación de las Aves Acuáticas Migratorias de África y Eurasia (AEWA, en inglés), que auspician desde 2006 el Día Mundial de las Aves Migratorias, el cual se conmemora este fin de semana, 9 y 10 de mayo. Por este motivo, se celebrarán más de 100 eventos en más de 80 países bajo el lema ‘`Por una energía limpia respetuosa con las aves’, en los que se pondrá de relieve la importancia del desarrollo de energías renovables para minimizar el impacto de las instalaciones energéticas sobre las aves migratorias y sus hábitats. Las aves migratorias abarcan un total de 2.274 especies (un 23% de las aves del mundo), de las que un 14% están consideradas amenazadas o casi amenazadas en la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). Estas especies (como las cigüeñas, las águilas y las grullas) viajan cientos o miles de kilómetros para encontrar las mejores condiciones ecológicas y hábitats para sobrevivir y alimentar a sus crías.

VIAJE PELIGROSO

Pero, según apunta el Pnuma, la migración es un viaje peligroso que encierra una amplia gama de amenazas, a menudo causadas por las actividades humanas, como la superpoblación, la rápida urbanización, la contaminación, el cambio climático y el uso no sostenible de los paisajes, que están causando la pérdida, fragmentación y degradación de los hábitats naturales de los que dependen las aves migratorias. La creciente demanda mundial de energía se suma a estas presiones, ya que cada año millones de aves migratorias luchan contra la expansión masiva de diversos medios de generar y distribuir energía, como las colisiones y las electrocuciones debidas a los tendidos eléctricos

y los efectos de barrera de las infraestructuras energéticas, que son causa de mortalidad y desplazamiento. Está previsto que para el finales de 2015 se habrán construido 76,2 millones de kilómetros de tendidos eléctricos en todo el mundo, a menudo sin la más mínima consideración de su impacto ambiental, y se calcula que durante los próximos cinco años se construirán otros 5 millones de kilómetros de nuevas líneas eléctricas. Por ejemplo, el corredor migratorio entre el valle del Rift y el mar Rojo (este de África) es el segundo más importante de aves migratorias.