Sevilla

Un calamar gigante, próximo inquilino del Museo Marítimo del Cantábrico

Un calamar gigante de ocho metros de longitud y 170 kilos de peso se convertirá este verano en el nuevo atractivo del Museo Marítimo del Cantábrico, que ha encargado una urna especial para mostrar al público este ejemplar, hallado muerto en octubre en la playa de Pechón, en Val de San Vicente.

Será una de las mayores piezas de la colección del museo cántabro, que ya está preparando sus espacios para alojar a este nuevo inquilino, que dormirá en adelante sumergido en alcohol dentro de un "ataúd"de metacrilato y sometido a la mirada del público.

En este momento continúan todavía los trabajos para preparar los restos del animal, pero para finales de junio acabarán los últimos cambios de los líquidos de conservación, así que en verano se espera tener ya en la exposición este ejemplar, tal como ha explicado a Efe el director del Museo, Gerardo García-Castrillo.

Para ello, también se está adecuando el espacio en el que se instalará la urna que se ha encargado a una empresa especializada, una gran caja de metacrilato levantada sobre unas patas.

Y se preparan también los carteles que acompañarán a la pieza para explicar a los visitantes las peculiaridades de este animal, una hembra de Architeuthis dux.

El calamar gigante se convertirá en la tercera pieza de mayor tamaño de este museo del Gobierno cántabro -ubicado en Santander-, por detrás del esqueleto de rorcual común (la ballena) y del cachalote que están suspendidos sobre el vestíbulo.

Antes de recibir este calamar gigante aparecido en la playa de Pechón, el museo cántabro tenía ya otros dos ejemplares juveniles de esta especie, pero de mucho menor tamaño.

El Museo Marítimo del Cantábrico es uno de los pocos centros españoles que pueden presumir de tener un ejemplar de estas características, entre los que se encuentran, también, el Museo del Calamar Gigante de Luarca (Asturias) -el que tiene la principal colección-, o la Estación Biológica de Doñana, en Sevilla.

Además de satisfacer la curiosidad de los visitantes del museo, este ejemplar ayudará a saciar también la sed de conocimiento de los científicos, que podrán estudiar la genética de este tipo de animales y su crecimiento a través de las muestras que se han tomado del animal.

Unas muestras que se van a remitir al Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "Toda la información que se le pueda extraer es bienvenida, porque son casos únicos", ha comentado García-Castrillo.