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La Ruta del Vino Rioja Alta, más “Cerca de ti”

La campaña de turismo de proximidad alterna bodegas, alojamientos, restaurantes y numerosas alternativas

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“Cerca de ti” es el lema lanzado desde la Ruta del Vino Rioja Alta como reclamo para atraer el turismo de proximidad dando a conocer la riqueza de la oferta que conforman los pueblos y bodegas que componen la ruta. La zona de Rioja Alta es un destino perfecto para desconectar y pasear por la historia singular que el tiempo ha tejido en torno al mundo del vino: un conjunto de bodegas, restaurantes, alojamientos, museos, enotecas y experiencias con propuestas culturales, naturales y etnográficas para todos los públicos. Ya con la desescalada se han ido publicando vídeos de cada uno, invitando a los turistas a que vengan y disfruten de las bondades de Rioja Alta. También se van presentando uno a uno a cada socio, alternando bodegas, alojamientos, restaurantes y las diferentes experiencias de la Ruta, para que se conozca mejor todas las alternativas de la zona.

Y para que el público pueda crear su propia ruta, existe una agenda con diferentes directos presentados por agencias de turismo receptivo especializadas en La Rioja, en los que interactuarán con los socios, creando una conexión más personal con cada uno de ellos.

El rastro del mundo del vino en la Rioja Alta se retrotrae yendo desde los lagares rupestres a los guardaviñas, sin olvidarnos de los barrios de bodegas centenarias surgidas al albor del desarrollo del sector.

Esos lagares rupestres de piedra, excavados en la roca y que se localizan junto a los viñedos destacando los de la Sonsierra, eran pequeños lagares donde se pisaba la uva y en algunos casos se prensaba, con lo que se elaboraba el vino junto a los viñedos. Los lagares contaban con tres espacios: uno, el mayor, en el que se presionaba la uva con los pies; en el segundo reposaban los orujos y las impurezas; y en el tercero ya se recogía el mosto mucho más limpio. Así, los labradores que no poseían bodega propia transportan a su casa el producto para obtener vinos claretes ya que para la elaboración del vino tinto se requiere que el mosto fermente, introduciendo el raspón. En los términos municipales de Ábalos y San Vicente de la Sonsierra se han descubierto, en pleno campo y cerca de algunas necrópolis de la Sonsierra, decenas de lagares rupestres. En Ábalos los podemos encontrar restaurados en perfecto estado.

Otro elemento tradicional para apreciar en una visita son las guardaviñas, muestra de la arquitectura popular riojana de finales del siglo XIX. Construcciones de una sola planta, generalmente de forma circular y con una falsa cúpula como remate y cierre, ubicados junto a los cultivos. Se empleaban para vigilar los viñedos, como su propio nombre indica, y para servir de refugio a los agricultores en función de las inclemencias del tiempo. En San Asensio encontramos doce ejemplares, tanto de planta circular como cuadrada, destacando los denominados Valdelapila, El Campillo, Valle de las Navarretas y Choza Peral.

Para los visitantes, nada como empezar o acabar la jornada en las bodegas familiares riojanas, muchas de ellas agrupadas en los llamados Barrios de Bodegas, característicos de numerosas localidades de la región. Estas bodegas están excavadas profundamente en la tierra o en la roca y ofrecen las condiciones idóneas de temperatura, entre 13 y 15 grados, y humedad a los vinos. Las tuferas de ventilación dan al paisaje un perfil muy característico. También podemos encontrar bodegas abiertas aprovechando las pendientes de las laderas de cerros.

Estas bodegas están formadas por varios compartimientos. En la parte superior, próximo a la entrada, nos encontramos con el lago, lugar donde se deposita la uva para la fermentación, y se han realizado excavando directamente en la roca, de piedra de sillería o de cal, mientras que en otras bodegas grandes tinas de madera sustituyen al lago. Cerca de él puede aparecer la prensa y en la parte inferior, excavado en la roca, se encuentra el calado, donde se sitúan las cubas de madera o los depósitos de cemento. Junto a él aparecen las barricas, garrafas y otros envases para la trasiega. Normalmente, desde lo profundo del calado hasta el exterior aparece un conducto mediante el que sale el gas tóxico derivado de los procesos de fermentación del vino. Estos conductos reciben el nombre de tuferas.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a excavarse las grandes bodegas para contener los vinos de crianza, aprovechando algunas de ellas los antiguos calados, parte de ellos construidos durante la Edad Media. De hecho, hay restos arqueológicos que nos muestran como en el siglo XV y XVI los cosecheros excavaban túneles hasta alcanzar las condiciones adecuadas de temperatura y humedad donde guardar los vinos.

Uno de los barrios de bodegas más emblemáticos de La Rioja es el de San Asensio, también conocido como Barrio de las Cuevas. Cuenta con 300 bodegas ubicadas en un cerro denominado Cerrillo Verballe, siendo un conjunto único de la región ya que forman una especie de pueblo en el que los calados excavados en la roca se entrecruzan entre ellos dando lugar a pasadizos entre bodegas que nos remiten a otros tiempos. En la localidad de Cenicero las bodegas se han integrado en el casco urbano ya que los lagares, de gran profundidad, se encuentran debajo de las viviendas. Situación similar se da en Casalarreina, destacando los de este municipio ya que todos los calados poseen similares características constructivas. Igualmente, en las localidades de Briones y San Vicente de la Sonsierra muchas bodegas se encuentran en el propio casco urbano, debajo de las viviendas, siendo calados excavados en la roca en los que los vinos se conservan a una temperatura perfecta, lo que contribuye a la calidad de los vinos de la zona. Por su parte, en ábalos destaca la Bodega Real Divisa, que está considerada como una de las dos bodegas más antiguas de Europa y que pertenece a uno de los descendientes de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador.

En Tirgo también se conservan casas con bodega adosada cuyo origen data de mediados del siglo XIX, en el momento de impulso comercial del Rioja, sin olvidar los calados que se mantienen cerca de los márgenes del río Tirón, un pequeño barrio de bodegas enclavado en un entorno privilegiado con el arranque del puente de la localidad como marco. En Cuzcurrita, en la margen izquierda unida al pueblo a través del puente medieval, en la llamada Cuesta del Rollo, persisten grandes cuevas convertidas en bodegas con sus respectivos calados.

No podemos dejar de señalar la relación entre las bodegas y los castillos de la zona. Así, tanto el de Cuzcurrita como el de Sajazarra conservan en su interior sus antiguas bodegas junto a nuevas edificaciones en las que se procede a la elaboración del vino siguiendo métodos modernos.

Pero si en el territorio existe un barrio emblemático éste es el Barrio de la Estación de Haro. La historia de este barrio comienza en el XIX, siglo en el que muchos viticultores franceses decideron trasladarse a Haro huyendo de las enfermedades de la viña como el mildiu y la filoxera, que estaban devastando los viñedos para instalarse primero en la zona de las Cuveas y, definitivamente , en este Barrio, debido a la cercanía de las estación del ferrocarril, que les permitía mantener intercambios con el resto de las zonas del norte del país.

De esta forma, comenzó el crecimiento de este barrio, con la construcción de bodegas, siguiendo el modelo bordelés y, en general, según pautas francesas, llegando a convertirse en la mayor concentración de bodegas centenarias de Europa y del mundo.

El Barrio de las Bodegas de Haro ha sido y sigue siendo un punto de encuentro para todo aquel que desea disfrutar de la arquitectura del vino, a la vez que de la historia que guarda cada rincón de las bodegas centenarias. Un fin de semana al año abren sus puertas en conjunto para aficionados y profesionales del sector que quieran conocerlo mejor degustando sus vinos acompañados de un pincho. Conocer los secretos de la elaboración del vino mientras se degusta un buen vino de la Rioja Alta es sin duda uno de los mejores placeres para cualquier época del año.