Turismo

Castilla y León a través del río Duero

El río Duero vertebra la comunidad autónoma y permite al viajero descubrir su naturaleza, su legado cultural y artístico y su gran gastronomía

Este verano toca ser prudentes a la hora de viajar, pero eso no significa que tengamos que renunciar a disfrutar de unos días de desconexión. La gran diversidad que regala al viajero Castilla y León pocas veces defrauda, aunque hay una forma de lo más original de descubrirla a través de su río más emblemático. Se trata de la ruta del Duero, uno de los ejes culturales más importantes del sur de Europa, un nervio que parte en dos la Comunidad y que permite disfrutar de una oferta turística de naturaleza, arte y gastronomía sin parangón.

En Castilla y León, por donde transcurre el 80% del trazado del río Duero, sus mansas aguas recorren un total de cinco provincias: Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca. El río Duero ocupa un lugar destacado en la encrucijada histórica de la Península. Se convirtió de esta manera en una línea fronteriza en la Reconquista, de ahí que parte de sus conjuntos históricos artísticos, incluida la construcción de un buen número de castillos y grandes monasterios, haya condicionado el devenir de los pueblos que le abrazan.

Por todo ello, el recorrido permite al viajero atravesar espacios naturales creados por la acción natural de su curso y convertidos en reservas medioambientales y faunísticas de gran importancia. Al mismo tiempo, el Duero riega los viñedos de las comarcas vitivinícolas más afamadas del sur de Europa y es el marco idóneo para el turismo acuático con cruceros por el río y práctica de deportes en los embalses construidos a lo largo de su cauce.

Cinco provincias vistas desde el río

El viaje por Castilla y León a través del Duero puede comenzar en Soria. A su paso por esta provincia, el Duero comienza su camino en el municipio de Duruelo de la Sierra, donde destacan sus arquitecturas en piedra, pasando por las casas pinariegas de Vinuesa, junto a las sierras de Urbión y Cebollera. Desde la villa de Cidones sigue el río por Garray, invitando al viajero a practicar deportes acuáticos en familia. El camino sigue por la ciudad de Soria, ya que el río atraviesa la capital, donde resulta obligado callejear por su casco histórico. La ruta sigue su curso por la Sierra de las Perdices, donde el viajero se da de bruces con las históricas villas de Almazán y Berlanga de Duero, y el imponente castillo de San Esteban de Gormaz, que bien merece una visita.

A la altura de la localidad de La Vid, el río Duero entra en las tierras de la provincia de Burgos para bañar los viñedos de la Denominación Ribera del Duero, baluarte de los tintos de Castilla y León. La ruta sigue por Peñaranda de Duero, que descubre su historia al viajero y le guía hasta las villas de Zazuar o Vadocondes. Tras conocer las bodegas y lagares subterráneos de Fresnillo de las Dueñas, el camino debe continuar hasta la capital burgalesa, donde no hay que perderse el paseo por su zona histórica. Después, tampoco hay que perder de vista otras localidades como Aranda de Duero y la histórica Roa.

Vista del meandro del río Duero desde el Parque de la Muela en Castronuño
Vista del meandro del río Duero desde el Parque de la Muela en CastronuñoTurismo de Castilla y LeónTurismo de Castilla y León

El cauce del Duero se asoma a la provincia de Valladolid en el Valle del Cuco y entra en la villa de Valdearcos de la Vega, atraviesa Bocos de Duero, desde donde es posible admirar una impresionante panorámica de todo el valle, y Curiel de Duero, con sus dos castillos. En el camino, Pesquera o Valbuena de Duero, así como Olivares y Sardón de Duero disfrutan de una riqueza monumental en la que el vino es protagonista indiscutible, y merecen una visita también las villas históricas de Simancas o Tordesillas.

En la provincia de Zamora, la fértil vega de Toro, capital de los vinos que llevan su nombre, cuenta con un numeroso conjunto de viñas repartidas por sus laderas al paso del caudaloso Duero. Y Fresno de la Ribera logra impresionar al viajero con su bello paisaje antes de llegar a la capital zamorana, conocida como «la ciudad del románico», antes de poner rumbo a la villa alfarera de Pereruela, el pueblo ganadero de Bermillo de Sayago o Fermoselle, situada en pleno Parque Natural de los Arribes del Duero.

Antes de llegar hasta Portugal, el viaje del Duero cruza la provincia de Salamanca empezando por Villarino de los Aires y creando unos paisajes espectaculares en los que el Duero crea profundos cañones y una rica fauna y vegetación deja paso a miradores que descubren descomunales panorámicas. Entre Pereña de la Ribera y Masueco, el río Uces vierte sus aguas al Duero, que llega después a Aldeadávila de la Ribera, donde su presa abre los ojos al viajero antes de seguir el curso del río y la aventura del viaje por las localidades de Mieza, Vilvestre o Saucelle.