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Delirium Café: el primer destino post-coronavirus para los amantes de la cerveza

Este archiconocido local en Bruselas debería apuntarse en la lista de sitios que visitar y disfrutar cuando acabe la pandemia

Entrada del Delirium Café en Bruselas.
Entrada del Delirium Café en Bruselas.Liamwh7dreamstime

Estoy seguro de que no soy el único que fantasea con lo que hará cuando termine la pandemia del coronavirus. Cuando no haga falta llevar mascarilla ni tengamos aforo limitado para disfrutar. Un amigo mío que no soporta el fútbol, por ejemplo, ya me dijo que ese día glorioso comprará una entrada para ver el primer partido que echen en el Bernabéu. Quiere zambullirse en la masa, quiere gritar. Llenarse de su sudor y del que le salpiquen otros. Ese día que tiremos la mascarilla a la basura por última vez y vuelvan los abrazos y los apretones de manos y los besos de las abuelas, ¿adónde iremos? ¿Adónde irá el lector?

Yo cogeré un avión a Bruselas. Y si el tiempo acompaña iré en coche para disfrutar del viaje. Dejaré mi maleta dondequiera que vaya a dormir y tomaré un taxi al Impasse de la Fidélité (Callejón de la Fidelidad) y beberé una, dos, tres, cuatro cervezas en el Delirium Café. Cinco, seis cervezas.

Definición de delirio

Mi diccionario ideológico de la lengua española define el delirium tremens como un “delirio con grande agitación y temblor de medios, ocasionado por el consumo prolongado y excesivo de bebidas alcohólicas”. Caray. Más que un diccionario a mí esto me suena a receta médica. Entonces se me ocurre que en este bar de Bruselas podría alcanzar el grado sumo del delirio, que es un delirio dentro de otro delirio, después de tantos meses obligándome a ser serio y respetable por mediación de una pandemia global. Aunque tuve la ocasión de visitar este local en 2015 y ciertamente sucumbí al delirio aquella noche, sin embargo fue un delirio prácticamente inadvertido, uno más de los tantos que nos manoseaban durante los fines de semana anteriores a todo este tinglado. Pero cuando regrese dentro de unos meses el delirio no pasará por alto, no señor. Lo paladearé como haré con cada una de las cervezas.

Interior del Delirium Café un día tranquilo.
Interior del Delirium Café un día tranquilo.Radiokafkadreamstime

Porque en realidad no hace falta emborracharse en este local para alcanzar el grado de delirio. Basta con abandonar las calles grises y húmedas de Bruselas y entrar en el Delirium, brillante, colorido, acogedor, bullicioso. Las diferentes plantas del local tiemblan y retumban atestadas de personas, probablemente haya cientos de ellas compartiendo un puñado de decenas de mesas, y los desconocidos se apretujan en el espacio reducido e intercambian los chorretones de sudor, se gritan al oído, bailan en esquinas, derraman cerveza. Este es el delirio que veníamos buscando, más allá de los efectos del alcohol. Aquí se puede sudar, se puede tocar, se puede empujar. ¿Y qué más da si es un bar turístico? Se puede estornudar y pueden estornudarnos encima. Jamás pensé que diría tal cosa pero echo de menos que me estornuden encima. Que me pidan disculpas después y que la vida siga igual de delirante.

Barriles de cerveza hacen de mesa mientras grupos de personajes de todo tipo, desde piratas callejeros y desarrapados hasta pulcros hombres de negocios europeos, forman parte de este bullicio desfachatado que se apropia de ellos. Incluso la persona más relajada siente aquí unos impulsos irremediables de gritar, de ser delirio. A su alrededor puede escucharse la música de las jam sessions que organizan los jueves. Elementos decorativos relacionados con la cerveza (chapas gigantes, chapas pequeñas, carteles y el dibujo inconfundible del elefante rosa) aportan color a la escena y multiplican los efectos de las sensaciones.

Bar de récord

La fama del Delirium Café se debe a su amplio repertorio de cervezas a elegir. Saltó la fama en 2004 después de entrar en el Libro Guinness de los récords, cuando su carta ofrecía hasta 2.000 tipos de cerveza diferentes, y actualmente cuenta con más de 3.000 tipos de cerveza en su menú. Y 500 tipos de ginebra. Su popularidad ha llevado a que diferentes sucursales del local se hayan abierto por todo el mundo: Tokio, Río de Janeiro, São Paulo, Varsovia, Lisboa, Estrasburgo, Leesburg y Kuala Lumpur. Busca y encontrarás en el hogar de jubilación de Merry y Pippin.

Cervezas de marca Floris con sabor a chocolate, frambuesa, miel, mango y fruta de la pasión. Mongozo de plátano y de coco. Buffalo Stout, Guillotine, Mahou, Carolus Classic, Kwak, Lucifer, Orval, Chouffe, Palm Royale, Delirium Red, Duff, Veddet, Waterloo Triple, Abbaye, Coronita, Rulles Estivale, Palm Royale, Palm Speciale, Chimay Blue, Chimay Red, Chimay Triple, Kasteel, Mere Vertus, De Koninck, Chouffe, Cookie Beer, Bacchus, Montagnarde, Saxo, Satan Gold, Maredsous, Leffels, Charles V Blond, Vichtenaar y muchas más que convierten el Delirium en el local perfecto si buscas una cerveza muy concreta y muy sabrosa. Y si te sientes perdido en el batiburrillo de nombres que se escucha entre el gentío, no te preocupes porque los camareros son maestros de la cerveza y te recomendarán la que mejor se adapte a tus gustos.

Estatua de la Jeanneke Pis, la niña que orina, próxima al Delirium Café y un símbolo de Bruselas.
Estatua de la Jeanneke Pis, la niña que orina, próxima al Delirium Café y un símbolo de Bruselas.philshotton75pixabay

Sin embargo incluso el delirio precisa de normas, líneas que delimiten su definición. En el Delirium Café no está permitida la entrada a hipsters, citas de Tinder ni despedidas de soltero. Además no se permite vomitar, montar dramas por el novio o la novia, usar wifi, hacerse selfies ni las peleas de gallos de rap. Son normas lógicas. De no existir, el Delirium se convertiría en un local de lo más ordinario. Y ya estamos cansados de lo ordinario, creo yo. Luego para encontrar el lugar no hace falta más que buscar la Jeanneke Pis (la niña que orina), una graciosa estatua próxima al local y que se complementa con el Manneken Pis (el hombrecito que orina) y uno de los símbolos de la capital europea de la cerveza.

¿Te apuntas a una cerveza en el Delirium cuando la pandemia acabe? Cualquier cosa con tal de no quedarnos en casa.