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La Boca de la Verdad en Roma ¿medallón o tapa de alcantarilla?

Y al que mienta se le caerá la mano

Boca de la Verdad - Bocca della Verità Roma
Boca de la Verdad - Bocca della Verità RomaAlicia Romay

Sea cual sea su verdadero origen, el momento de meter la mano en la Bocca della Verità para confirmar honestidad, es un rito.

Son estupendas las historias que se cuentan de los sitios de Roma además de ser interminables. Ayer sin ir más lejos, en un rincón completamente alejado de las calles más visitadas del Trastevere, descubrí la casa de verano de uno de los miembros de la familia Pamphilj que tiene una pinta bárbara y que habrá que visitar cuando las autoridades permitan reabrir los museos y por la tarde, visitando el taller artesano de Mariana Marchesini una diseñadora de moda, me encontré de frente con el Cementerio Acatólico de Roma, también cerrado por el Covid, y como me he enterado de los conciertos que organizan en época de verano, yo me veo sinceramente escuchando a Vivaldi junto a la tumba de Goethe.

Cementerio acatólico de Roma
Cementerio acatólico de RomaAlicia Romay

No hay un día, ni siquiera en plena pandemia, que no se acerque alguien a hacerse una foto o que lance una moneda a los pies de tan famosa boca. Después de leer y leer tantas historias, salta la duda si tan famosa pieza es un medallón o una tapa de alcantarilla.

De que ha sido utilizada durante siglos por todos aquellos que tenían o querían demostrar su honestidad está claro y al final de cuentas, qué más nos da, tanto si fue esculpida a posta o la levantaron del suelo con sus más de 1300 kilos algunos romanos enormes para colocarla delante de la Iglesia y decidieron que allí habría que comprobar si se decía o no la verdad.

Las costumbres se vuelven leyes, y como al final en Roma atrae visitar todo aquello que se ha oído, el Rector de la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin en donde está ubicada la boca y ante tanta afluencia de público, en el 2016, decidió cobrar dos euros para los que deseen ir a confesarse allí y eso sí, el precio incluye según el cartel que reza en el ingreso, solo una foto ni una más. Ya puede llover, granizar o caer 40 grados que los turistas aguantan lo que haga falta para ir a inmortalizar su confesión de honestidad.

El año pasado justo el dia 10 de marzo que todavía no nos creíamos lo que estaba sucediendo, lo último que hicieron unas personas antes de irse a confinar fue ir a la Bocca della Verità. Ayer con la ciudad vacía, no faltó quién se acercó a declarar la verdad y la pura verdad inmortalizando la escena con un selfie pero eso sí, desde las rejas que custodian la famosa Boca pues seguimos sin saber cuándo abrirán o no los sitios en Roma.

Lo más divertido de todo es que nadie dice la verdad de la Boca de la Verdad.

En el vestíbulo de la Iglesia Maria in Cosmedin en el área que antiguamente era el Foro Boario ubicada entre el Tíber, el Campidoglio y el Aventino, se encuentra la Piazza della Bocca della Verita.

La iglesia de Santa Maria in Cosmedin fue Fundada en el siglo VII en la zona del Ara Maxima Erculli, una zona fortificada en la época de Flavia de la que todavía restan algunas columnas incorporadas al edificio . La iglesia fue destinada en el siglo VIII a los monjes bizantinos que huían de la persecución de los iconoclastas de Oriente que se habían estabilizado cerca del Río Tiber. Su nombre Cosmedin se deriva del griego que significa ornamento.

Se ha creído por mucho tiempo que en la época de los etruscos esta “tapa” de 5.80 metros de circunferencia y 1,75 de diámetro, podría representar a un Dios o a un hombre. De esto no hay certeza como tampoco no han podido descifrar cuando se asoció la propiedad de decretar la verdad con la impresionante piedra.

En el año 1000, la época de Mirabilia Urbis Romae, la guía de la ciudad, ya se mencionaba la piedra sin embargo, la tradición comenzó a extenderse en la época medieval. Una leyenda dice que esta boca se colocó allí para disipar las dudas sobre la fidelidad de los maridos y las esposas. Casi todas la historias que se cuentan sobre esta piedra en Roma están relacionadas con temas de infidelidades, sin embargo esta “tapa de alcantarilla” también nos lleva a recordar una de las escenas de la película Vacaciones en Roma con Audrey Hepburn y Gregory Peck.

Hay otra historia relativa al siglo IV en la que cuentan que el demonio se escondió detrás de la máscara, atrapando la mano del emperador Juliano II, obligándolo a restaurar el paganismo, desde ese momento se convirtió en costumbre que los romanos llevaran a los condenados a la Boca que antiguamente estaba colocada en la parte exterior de la Basílica y si uno era culpable se quedaba sin mano. En esto no había ninguna magia, detrás estaba el que ejecutaba la acción. Otra leyenda medieval dice que el erudito Virgilio Grammatico en el siglo VI fue quien la construyó, su nombre le fue atribuido en 1485. Otra más que se cuentan del siglo XV es la de una mujer acusada de adulterio fue indultada gracias a la Boca de la Verdad, le pidió a su esposo que la abrazara cosa que el marido cumplió a la perfección durante el juicio y fue corriendo a la boca de la verdad para decir que era el único hombre al que había abrazado en su vida y logró salvarse de ser condenada por infidelidad, algunos dicen que al que abrazó era a su amante.

Sea cierto o falso lo que se confiesa en la Boca della Verità lo que no está por demás es declarar si hemos mentido o realmente hemos dicho la verdad.