Día del Libro
Siete libros de viajes que te llevarán a recorrer el mundo de su mano
En el Día del Libro conviene recordar que leer se considera a su vez un viaje inmóvil, donde los maestros de la escritura que atravesaron tierras cercanas a la fantasía nos permiten adentrarnos en una serie de visiones, experiencias y sensaciones extraordinarias
El Imperio - Ryszard Kapuściński
Tres viajes realizados en distintos momentos de su vida (niñez, juventud, madurez) a lo largo y ancho de la Unión Soviética, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la caída del Muro de Berlín, permitieron al reportero polaco comprender la delicada situación del comunismo desde una perspectiva única. Partiendo de la inocencia del niño que pugna por comprender la reconversión de su tierra a una nueva ideología, pasando por el joven idealista y hambriento por conocer, hasta llegar a ser el excelente observador que fue, ya desengañado, de la distopía soviética, Kapuściński empuja al lector a los desiertos agrestes de Azerbaiyán, le hace un hueco en los aviones atestados con destino a Siberia, coge su mano para indicarle las mejores teterías de Bakú.
La maestría del reportero a la hora de mirar al enemigo como a un amigo, de manera que podamos comprender sus temores más íntimos y sus ilusiones más vergonzantes, lleva al lector a conocer un mundo perdido aunque todavía latente en Rusia y Asia Central. La frase imprescindible: “Oriente, el auténtico Oriente que huele a anís y a cardamomo, a grasa de carnero y pimientos fritos, como Isfahán o Kirkuk, Izmir o Herat, es un mundo exótico, bullicioso y singular que solo se ocupa de sí mismo y en sí mismo se cierra, un mundo inaccesible para los de fuera”.
Editorial Anagrama. 355 páginas.
Al romper el alba - Ernest Hemingway
Una de las obras póstumas del conocido Premio Nobel estadounidense nos transporta directamente a las tierras del Kilimanjaro. La enrevesada y prácticamente incomprensible cultura africana, vista desde la simplicidad del lenguaje de Hemingway, permite una aproximación al lector de ciertos recovecos que sólo podría encontrar el viajero empedernido, aquél dispuesto a extraviarse en su deambular por la sabana. Aunque la novela aporta matices ficticios a las experiencias que Hemingway vivió en África oriental entre 1953 y 1954, sigue siendo una guía excelente para comprender los últimos bandazos del imperialismo europeo en el continente, desde los ojos de un blanco, desde la mentalidad de Occidente que ya comienza a experimentar los primeros bocados de culpa.
Esta es la historia de un hombre maduro y romántico que se niega a envejecer más rápido de lo indispensable, y su negación le lleva a buscar un tipo de segunda juventud entre la fauna africana: cazando leones, bebiendo alcohol, estrellándose en avionetas (clásico Hemingway). En su lugar se topará con un continente al borde del abismo, donde costumbres centenarias se ven ahogadas por las imposiciones del gobierno colonial. La frase imprescindible: “Demasiadas cosas se saben mal sabidas”.
Editorial Booket. 336 páginas.
Los alimentos terrenales - André Gide
Si estás acostumbrado a leer novelas de John Grisham, no te molestes en procurar entender a André Gide. El escritor francés nos ofrece en este caso un libro de viajes poco habitual, donde los retorcimientos del espíritu del viajero, sus dudas, sus momentos de iluminación, sus sueños, adquieren una importancia mayor a cualquier destino. Apenas si menciona donde se encuentra en cada momento antes de zambullirse en la voluptuosidad que experimenta, la sed insaciable. Fragmentos de poesía se entrecruzan con breves párrafos en prosa, el libro de viajes se somete al diario del alma de un jovencísimo André Gide, años antes de ser galardonado con el Premio Nobel de literatura.
El lector no descubrirá aquí importantes datos sociales y económicos sobre los países que se dispone a visitar. Al contrario, apenas encontrará la definición de un destello de luna en Túnez, una gota de sudor en Nápoles, un naranjo en Sevilla... La sensibilidad del viajero alcanza su máxima expresión en esta obra magnífica que todos deberíamos leer para aprender a viajar. Para reconocer la importancia del asombro y de la juventud. La frase indispensable: “Nathanaël, qué lástima que no hayamos estado allí: habríamos visto crear al hombre y a la mujer, y cómo se asombraban de no haber nacido niños”.
Alianza Editorial. 257 páginas.
Trilogía del vagabundo - Knut Hamsun
Bajo las estrellas en otoño, Un vagabundo toca con sordina y La última alegría se reúnen en un solo volumen para componer la Trilogía del vagabundo, una obra que cabalga entre la ficción y la realidad sobre los bosques y montañas de Noruega. Narra las vivencias de Knut Pedersen (verdadero nombre del autor) durante sus años de vagabundo, donde el autor toma como referencia sus propias experiencias vividas como vagabundo y un puñado delicioso de imaginación. Se enamorará de mujeres adineradas, sufrirá la explotación que sufre cualquier vagabundo, vivirá amistades volátiles y casi soñadas.
Para todo aquél que se disponga a viajar al norte de Europa, esta novela le concederá una visión de su peculiar psicología, entre pausada y visceral, entre gélida y tibia, siempre prudente. Las descripciones que Hamsun dedica a los bosques y montañas de Noruega son comparables con la mejor de las fotografías, mientras su constante caminar, de una granja a otra buscando alimento y trabajo, permiten a nuestros músculos fatigarse a su lado con un realismo inquietante. La frase indispensable: “Y así es: sólo el favor de recibir la vida paga por adelantado todas las miserias de la vida, todas y cada una”.
Editorial Debolsillo. 561 páginas.
Los viajes de Alí Bey el-Abbassi - Domingo Badía
Si existe un aventurero español que alcance el nivel de Domingo Badía, yo no lo conozco. Para conocer más a fondo a este hombre espectacular que fue el primer europeo en entrar en la Meca, allá por el siglo XIX, trabajando como espía a las órdenes de Godoy y fingiendo ser un médico musulmán, recomiendo al lector pinchar aquí. Pero sólo leyendo sus viajes comprenderá la sagacidad del personaje, su sangre fría ante el peligro constante. El español que se introdujo en el mundo árabe vía Marruecos describe con soltura cómo su percepción del Islam, despectiva en un inicio, se transforma en una pasión inevitable al comprender una cultura que abraza a la familia, al amor y la veneración a Dios.
Las descripciones de Domingo Badía sobre ciudades que pocos hemos visitado (o ninguno) convierten este libro en uno indispensable para comprender el entorno que rodea a la cultura islámica. Los capítulos donde explica detalladamente la función de las mujeres en el islam, los pasos a seguir en cada una de las oraciones del día o los objetivos que persigue el Ramadán son cruciales para todo aquél que busque una primera aproximación a la religión musulmana. La frase indispensable: “Por la más ligera sospecha, al menor capricho, el scherif ordena, y el desgraciado extranjero deja de existir (sobre la Meca)”.
Únicamente se encuentran a la venta ejemplares de segunda mano.
El crisantemo y la espada - Ruth Benedict
Aunque este no se trate de un libro de viajes propiamente dicho, sino de un estudio antropológico realizado sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial, parece una obra que encaja con nuestra situación actual. La antropóloga Ruth Benedict basó su estudio en recortes de periódico, obras de literatura japonesa, películas, entrevistas con japoneses de nacionalidad estadounidense... hasta conseguir un estudio cultural a distancia, sobre una tierra que no pudo visitar físicamente debido al conflicto entre Estados Unidos y Japón. Algo parecido nos ocurre a nosotros, ¿no es así? Desde hace poco más de un año debemos contentarnos con estudiar las culturas a distancia pero, como demuestra esta obra magnífica (con sus más y su menos, ya que ha sido criticada y alabada a partes iguales), esta restricción no tiene por qué suponer una traba en nuestra curiosidad.
Benedict investiga a fondo la diferencia entre la cultura de la culpa occidental y la cultura de la vergüenza japonesa, ahondando no tanto en las semejanzas que unen ambos extremos sino las diferencias, que son precisamente las facetas que más pueden atraernos del país del sol naciente. La frase indispensable: “Su confianza en el orden y la jerarquía, y nuestra fe en la libertad y la igualdad, son dos polos opuestos”.
Alianza Editorial. 384 páginas.
De viaje: La India y América - Stefan Zweig
Pocos autores pueden compararse con la sensibilidad de Zweig y su delicado acierto a la hora de observar el mundo que nos rodea. Pero podría sorprender a muchos su faceta como escritor de viajes, en esta recopilación de artículos publicados por el maestro austriaco entre 1908 y 1926, nada más que un breve compendio de sus viajes por América y la India. El escritor nos concede el honor de participar en diminutas esquirlas de sus vivencias en tierras lejanas, pero de un inevitable atractivo por el bullicio y la innovación que le presentan.
Sus palabras fluyen como las aguas del Canal de Panamá de la misma manera que se enfangan y atragantan en las aguas del Ganges, a las orillas de la ciudad sagrada de Benarés. No calla la extrañeza que le reportan las visiones de estas tierras tan diferentes y extravagantes para él, de la misma manera que se dispone a dejarse arrastrar por el caudal que domina a todo buen viajero, que no puede sino someterse a esa bestia única e invencible que es un viaje. La frase indispensable: “Cuando viajamos, no lo hacemos sólo para buscar la lejanía sino también para abandonar lo propio, el mundo doméstico cotidiano y metódico, para disfrutar del no-estar-en-casa y, por ello también, del no-ser-uno-mismo”.
Ediciones Sequitur. 94 páginas.
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