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Le Bristol, el lujo de dormir con vistas a la Torre Eiffel, ideal para celebrar San Valentín
Con casi un siglo de historia, este alojamiento invita al huésped a desconectar al más puro estilo francés
La capital francesa siempre es un buen plan. No importa la época del año en la que nos encontremos, pues París pocas veces defrauda a los viajeros más exigentes. Pero si el viaje a la ciudad del amor se realiza durante el mes de febrero y con la excusa de celebrar San Valentín, nada puede salir mal. De hecho, se trata de uno de los destinos que siempre está entre la lista de los más buscados para celebrar el acierto de Cupido.
Puestos a buscar un alojamiento muy especial para disfrutar al máximo de la capital francesa en este mes, merece la pena decantarse por Le Bristol Hotel París, un elegante establecimiento que presume de tener casi un siglo de historia y que tiene el privilegio de ubicarse en uno de los barrios más sofisticados de la ciudad, el de los Campos Elíseos. De hecho, se encuentra en la Calle Faubourg Saint-Honoré y está situado a apenas 300 metros del Palacio del Elíseo y a 30 minutos a pie de la emblemática Torre Eiffel, la cual puede contemplarse desde algunas de sus amplias habitaciones, completamente equipadas.
Pero si las vistas al exterior resultan idílicas, tampoco defraudan las que miran al gran jardín del hotel, pues se trata de un oasis de flores y tranquilidad bordeado por lujosos salones y una columnata adornada con naranjos en flor. De hecho, el jardín se convierte en un refugio de serenidad a pocos pasos del bullicio de la Rue du Faubourg Saint-Honoré.
Sin embargo, el verdadero paraíso del alojamiento se esconde en su spa. Lleno de luz solar, Spa Le Bristol by La Prairie mira al agradable jardín interior y cuenta con ocho salas de tratamiento, entre las que destaca una suite privada para parejas. Además, es posible disfrutar de un baño de vapor turco, de una sauna o de un masaje especial para dos de manos de expertos terapeutas.
La gastronomía también está a la altura de las circunstancias, ya que el hotel cuenta con varios bares y restaurantes que se adaptan a las necesidades de cada huésped. Por un lado, el desayuno se sirve todas las mañanas en el Café Antonia o en el restaurante 3 estrellas Michelin Epicure. De hecho, es este restaurante el que se convierte en una cita obligada a mediodía o al caer la noche, pues resulta ideal para disfrutar de una romántica velada. Ubicado dentro de la propiedad, Epicure está capitaneado por el célebre chef Eric Frechon, que posee cuatro estrellas Michelin, por lo que ha creado un templo de la gastronomía absolutamente francesa. Y tampoco defrauda el restaurante 114 Faubourg, galardonado con una estrella Michelin, gracias a la que ha conseguido una clientela fiel con su fascinante cocina.
Gracias a todo ello, y a otras muchas sorpresas que guarda el interior de este histórico alojamiento, escoger Le Bristol Hotel París para disfrutar de una escapada a la capital francesa se convierte en el regalo perfecto para sacudirse de un plumazo la fatiga pandémica. ¿Qué mejor manera de celebrar San Valentín? En París, nada puede salir mal.
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