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Gastronomía

Botín binda por sus tres siglos de historia con Amparo y Emilio, dos cócteles conmemorativos

El emblemático restaurante madrileño, el más antiguo del mundo, incorpora dos creaciones de Javier de las Muelas que conectan con su legado familiar y su cocina de siempre

Botín celebra 300 años de historia con dos cócteles conmemorativos: Amparo y Emilio Restaurante Botín

Si hay un restaurante madrileño con nombre e identidad propios es Botín. Reconocido por el Libro Guinness de los Récords como el restaurante más antiguo del mundo en funcionamiento, este establecimiento continúa celebrando su tricentenario con nuevas propuestas que combinan historia, tradición y creatividad. Una de las más destacadas es la incorporación de Amparo y Emilio, dos cócteles creados en exclusiva por el reconocido mixólogo Javier de las Muelas, que rinden homenaje a los tres siglos de vida del establecimiento con una mirada actual y sofisticada.

Homenaje a la familia y al sabor

Ambos cócteles no solo llevan nombres con profundo valor sentimental, un tributo a los abuelos de la familia González, actuales propietarios del restaurante, sino que también han sido concebidos como una extensión líquida del alma de Botín. Tradición con una mirada al futuro, respeto por el producto y un marcado sello artesanal definen estas dos nuevas propuestas que ya forman parte de la carta.

Amparo: intensidad, frescura y tradición reinventada

Amparo es una bebida intensa, elegante y equilibrada. La base de mezcal le aporta profundidad, mientras que el licor de chiles ahumados introduce una nota picante que recuerda al calor de las brasas. A ello se suman los frutos rojos, que ofrecen un dulzor sutil, y un giro fresco gracias a los cítricos. El toque final lo da la bergamota, que añade un aroma refinado y exótico. Una creación pensada para quienes buscan sabores atrevidos con alma tradicional.

Cóctel Amparo del restaurante Botín Restaurante Botín

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Emilio: complejidad sin alcohol

Emilio, por su parte, es una propuesta sin alcohol que no renuncia a la complejidad. Destaca por su combinación de cítricos y frutos rojos, reforzada por un delicado y envolvente aroma a té ahumado. El sirope de frambuesas aporta una dulzura suave, mientras que las especias enriquecen el perfil del cóctel, evocando la calidez de los hornos de leña. Emilio es una invitación a disfrutar de una experiencia sensorial rica, profunda y perfectamente integrada en la filosofía de la casa.

Cóctel Emilio, de restaurante Botín Restaurante Botín

Estas dos bebidas no solo acompañan con naturalidad los platos icónicos del restaurante, como el cochinillo o el cordero al estilo castellano, sino que además contribuyen a actualizar la oferta sin perder de vista las raíces que han hecho de Botín un símbolo de la gastronomía española.

Reconocimientos a una trayectoria ejemplar

A sus 300 años, Botín no solo mantiene su vitalidad, sino que sigue sumando reconocimientos. Ha sido distinguido recientemente con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, una de las máximas distinciones de la Comunidad de Madrid, y también con el premio Acyre, otorgado por la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid, en reconocimiento a su trayectoria ejemplar en la conservación y proyección de la cocina tradicional.

Las celebraciones del tricentenario continuarán durante todo el año 2025. Entre los eventos programados destacan un concurso de microrrelatos y una gran fiesta de cumpleaños prevista para el mes de septiembre, en la que se espera la presencia de figuras relevantes del mundo gastronómico, además de clientes y amigos que han acompañado a Botín a lo largo del tiempo.

Tres siglos al fuego lento

Desde su fundación en 1725, el restaurante ha resistido al paso de los siglos sin renunciar a su esencia. Durante estos 300 años, Botín ha sabido preservar la calidad, la hospitalidad y el respeto por la cocina de raíces como pilares inamovibles. Así lo reconoció también la revista Forbes, al incluirlo entre los diez mejores restaurantes clásicos del mundo.

Hoy, con Amparo y Emilio, el restaurante brinda por su historia y su futuro. Por los sabores que perduran, por las mesas compartidas y por una manera de entender la cocina capaz de seducir y conquistar a paladares de todas las generaciones.