Ocio

Oporto

La joya del Duero: ecolujo entre lavandas y viñedos

Una mansión del siglo XIX, unos vinos de Oporto y un spa al detalle hacen del Six Senses Douro Valley una opuesta segura para alejarse de los ruidos y de la rutina

Six Senses Douro Valley se sitúa a 125 kilómetros del aeropuerto internacional de Oporto | Imagen cedida
Six Senses Douro Valley se sitúa a 125 kilómetros del aeropuerto internacional de Oporto | Imagen cedidalarazon

Una mansión del siglo XIX, unos vinos de Oporto y un spa al detalle hacen del Six Senses Douro Valley una opuesta segura para alejarse de los ruidos y de la rutina

Suena Luisa Sobral en la habitación 415. Son las ocho de la tarde y apenas entran ya un par de rayos de luz. Su «Nao sei ser» combina a la perfección el silencio con la nostalgia en un lugar en el que tranquilidad reina a sus anchas. Aquí hay un olor especial, un clima particular, un bienestar personal. Es cierto que el Hotel Six Senses Douro Valley es una imponente atalaya de arquitectura romántica del siglo XIX, pero en sus entrañas predomina el diseño, la sostenibilidad y el confort hechos a medida. La exquisitez de su spa, la ligereza ambiental, la cocina saludable y la mimetización con el entorno convierten a este enclave portugués en un destino reservado para quienes disfrutan de los pequeños detalles. «E há um vazio no peito, um nao saber ser por direito, e algo que sem se ver faz-me um ser imperfeito», continúa recitando la música mientras el sol prosigue su camino tras el río.

Es el momento perfecto: los viñedos toman un color ámbar, el verde del valle alcanza todo su esplendor y los tonos ocres de las hojas acompañan a las aguas del Duero, que reflejan toda esa paleta sobre las terrazas del hotel. Desde 2015, éste se encuentra emplazado a pocos kilómetros de la ciudad de Lamego, abarcando una superficie de ocho hectáreas con 57 habitaciones, el «wine library» con cosechas del valle y un impresionante balneario. En definitiva, una instantánea que invita a sumergirse en el entorno natural disfrutando plácidamente de una copa de vino de la región y de una oferta gastronómica basada en productos propios. La del restaurante Vale de Abraão es un auténtico homenaje a todos aquellos alimentos procedentes del valle y el campo circundante. Tanto es así que la finca dispone de un jardín orgánico de verduras solo de temporada, garantizando así el mejor sabor y una total frescura.

El desayuno, el almuerzo y la cena se pueden disfrutar al aire libre dejándose seducir por el sosiego del paisaje. La calidad de sus planos, el templo con el que son preparados y la elegancia con la que son servidos convierten el momento de la comida en uno de los más deseados. Ahí, rodeados por las viñas, los huertos y las fuentes, el visitante encuentra el espacio ideal para disfrutar de una buena botella de vino de Oporto. Su librería cuenta con una colección ecléctica de materiales y mobiliario local, y dispone de una tentadora selección de tapas locales y la posibilidad de degustar una copa siempre con las mejores vistas sobre el río. De hecho, Six Senses acoge una variedad de los mejores caldos de la región: escogidos por su director, del Duero, de la provincia del Minho, de Bairrada, de la Península, de Setúbal, de Alentejo, del puerto y dulces de vendimia tardía. Cada uno de ellos para una ocasión especial.

La decoración hecha con materiales ecológicos transmite una sensación suave a la vez que moderna y supone un encuentro con la naturaleza, la tradición portuguesa y los elementos del agua. Un espacio acogedor que invita a los huéspedes a relajarse, cuidarse y descansar. Así, cuenta con diez salas de tratamiento, una piscina cubierta climatizada, un gimnasio con equipamento de última generación y orientación profesional. Aquí se ofrecen diversos tratamientos especiales y programas específicos para cada uno de los visitantes. Además, alberga una gama de terapias de inspiración local que incluye terapias a base de uva y de cítricos. Un conjunto de experiencias auténticas al as que se suman visitas a las zonas de arte rupestre en el Valle del Coa y el parque Douro Internacional, a algunas bodegas más antiguas del mundo, así como excursiones a pintorescos pueblos, iglesias históricas, cruceros o actividades acuáticas en el río. Eso sí, siempre bajo el sonido de un buen disco de música.