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“Los blancos”: dolor y gloria

Paso de Semana Santa | Imagen cedida
Paso de Semana Santa | Imagen cedidalarazon

Durante la Semana Santa de Huercal-Overa hay un sentimiento que revolotea entre sus calles: se llama pasión y se cruza con cada vecino cada vez que uno de sus pasos procesiona. Hasta el 21 de abril, el turista podrá sumergirse en cada una de las singularidades que la convierten en única. Declarada de Interés Turístico Nacional desde 1983, su escenificación sobrepasa cualquier frontera de la imaginación. El Martes Santo tiene lugar la primera procesión del Paso Blanco con la imagen de Jesús Cautivo; procesión austera de marcado carácter penitencial. En ellas, diversas escenas son dignas de ver, como la imagen bajo el Arco de la Iglesia y la parada en la Casa Natal del Cura Valera.

El Jueves Santo es el día grande del Paso Blanco. Abren el cortejo las legiones romanas, dejando paso al trono de Jesús en su Tercera Caída, de Guzmán Bejarano. Le sigue el Cristo de la Sangre, cuyo trono es portado a costal y es obra de Prado López. A continuación, el grupo de Hermanos de San Juan portan guiones con los Evangelios bordados en oro. y el trono de San Juan, a costal, que obra de Guzmán Bejarano. La imagen pertenece a Hernández Navarro.

Cierra el desfile la Virgen de las Angustias, imagen de Bellver. Escoltan a la Virgen la Infantería de Marina la agrupación de Damas de las Angustias y la presidencia oficial de la procesión.

Junto a La Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, San Juan Evangelista, la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesús en su Tercera Caída y Nuestro Padre Jesús de Pasión Cautivo levantan pasiones otras tres cofradías, conocidas como «la borriquita», «los negros» y «los moraos», que se esfuerzan cada año por mejorar la calidad estética de sus procesiones y, sobre todo, potenciar la pasión que les mueve a seguir trabajando por un tradición centenaria.