Palencia
Palencia confidencial: La bella desconocida
La torre mosaico de Paredes de Nava y la «iglesia astronómica» de Becerril de Campos conforman algunos de los secretos mejor guardados de la provincia castellanoleonesa
La torre mosaico de Paredes de Nava y la «iglesia astronómica» de Becerril de Campos conforman algunos de los secretos mejor guardados de la provincia castellanoleonesa
El nombre de la catedral palentina, «la bella desconocida», describe a la perfección el espíritu de esta provincia que esconde espectaculares rincones secretos dignos de cualquier turista curioso. A lo largo de sus más de 8.000 kilómetros, la cultura, las costumbres y la gastronomía dotan a este territorio de un sinfín de lugares para enmarcar. En este reportaje huiremos del turismo «mainstream» de Palencia, buscaremos los detalles, las riquezas patrimoniales ocultas en los campos de Castilla y que hacen de esta provincia castellana un «must» del turismo patrio. La primera parada es «la bella desconocida», la catedral palentina, que alberga sorprendentes tesoros y no siempre a la vista de los turistas. Entre ellos, dos que no se pueden pasar por alto: en primer lugar, la cripta de San Antolín y a pocos metros de ella, una maravilla pictórica de El Greco. Detrás del coro de esta majestuosa sede religiosa, bajando una estrechísima escalera, se llega a la cripta, el único resto de la primitiva catedral visigótica construida en la segunda mitad del siglo VII. Más tarde se añadieron sobre ellos elementos románicos, pero en el subsuelo todavía pueden sentirse los ecos del pasado. Como todo lugar especial, también esta cripta dedicada al mártir y patrón de Palencia, San Antolín, tiene su leyenda.
Según narran los textos antiguos, el rey Sancho II el Mayor corría tras un jabalí al que quería cazar. Para pillarle por sorpresa, se escondió en una zona situada en lo que hoy es la cripta en cuestión, pero cuando fue a disparar su lanza, el brazo se le quedó inmóvil, dándole a entender que se encontraba ante un lugar sagrado. Por este motivo ordenó construir una catedral sobre ella. El pozo que se haya en medio de esta sala es el original, asómense... El segundo de los tesoros de la bella desconocida es «El martirio de San Sebastián», una de las obras más destacadas del pintor renacentista Doménikos Theotókopoulos, El Greco, y uno de sus primeros lienzos tras aterrizar en España donde se refleja la influencia de la pintura italiana contemporánea.
Sopa seca castellana
Tras esta visita de rigor, pongamos rumbo a la provincia, dejemos por un momento el ajetreo de la capital y sumerjámonos en la tranquilidad de la naturaleza palentina, con sus aromas castellanos. Destino: Becerril de Campos. En este complejo histórico ubicado a poco más de 15 kilómetros de la capital se encontrarán nada más llegar con el templo de San Pedro, pero no se dejen engañar por lo que les sugiera una primera mirada. Dentro de este templo con una exquisita portada románica del siglo XII se encuentra una espectacular propuesta de astronomía. La restauración de esta iglesia, de la que sólo se conservaban los arcos y los muros, ha resultado una suerte de centro cultural en el que los arquitectos han rediseñado un techo repleto de estrellas para simular el propio cielo palentino del día 2 de junio. Obserbarlo es como estar ante las constelaciones que desde este pueblo se observan el día de San Pedro. Realmente una obra maestra en la que, además, se encuentra la única línea meridiana que en este momento está operativa en España. En ella y a través de un estereoscopio se filtra un rayo de luz que en función del mes del año incide en un punto de esta meridiana apuntando así a los distintos signos zodiacales. Consejo para los enamorados: visiten esta iglesia convertida en «una cámara de fotos» el 14 de febrero y encuentren reflejado un corazón en los muros interiores. No es magia, sino ciencia. Al igual que el gigante péndulo de Foucault que alberga esta sede. Toda una experiencia astronómica por el asequible precio de dos euros.
Puede que en este tiempo se les haya abierto el apetito, así que antes de seguir descubriendo la provincia palentina hagan un alto en el camino para satisfacer también su estómago. Una opción interesante es el restaurante Mesón del Cerrato, en Tariego del Cerrato. Un tradicional local palentino, austero pero con productos de calidad. No dejen de probar sus asados, aunque como entrante elijan las sopas de ajo. Puede que ustedes conozcan las clásicas propuestas líquidas de este plato típico castellano, pero en Palencia lo que se estila es la versión «seca» de este sencillo manjar. Sientan cómo cruje en su paladar. Exquisito.
Tras dar placer a su vista, más tarde a su gusto, sigan alimentando sus sentidos con una visita a Támara de Campos, un pueblo con menos de 100 habitantes que puede presumir de poseer uno de los órganos más espectaculares de España. La iglesia de San Hipólito el Real, que preside esta encantadora villa, alberga un ejemplar de 1785 que cuelga de un pilar de mármol que quita la respiración. Aquí se organizan conciertos de órganos, así que infórmense de la agenda porque no pueden abandonar Támara de Campos sin empaparse de los deliciosos sonidos de esta obra maestra. Si aún le queda energía haga una breve escapada a Paredes de Nava para descubrir otros dos tesoros artísticos. En la fachada de la iglesia de Santa Eulalia encontrarán una torre mosaico sin parangón. En el interior, retablos de Pedro Berruguete como el del Rey David que quitan el hipo. Si además tienen suerte y se encuentran con Aurelio, el párroco, pídanle que les haga una breve explicación del retablo de la iglesia, escucharle es otro de los encantos del lugar.
Dormir en un monasterio
Seguro que tras esta maratoniana jornada les apetecerá descansar, pero, claro, en este viaje secreto por Palencia no hay descanso que valga, así que una opción para seguir inmersos en esta sucesión de lugares únicos hospédense en uno de los hoteles con más historia de Castilla: el Real Monasterio de San Zoido. Las habitaciones conservan el estilo original de cuando era un centro religioso y además pueden visitar su claustro gótico-renacentista del siglo XVII.
Si optaron por el AVE para desplazarse hasta Palencia (Renfe ofrece precios muy económicos para esta nueva ruta que conecta la provincia castellana con Madrid en una hora y media), intenten hacer una última parada en su paso por la ciudad. El último rincón «confidencial» que proponemos es el mural del techo del edificio de la Diputación, un homenaje pictórico de las mujeres frente al invasor 1968-69. Cojan fuerzas para la próxima visita a Palencia, pues todavía le quedan muchos rincones por descubrir.
Que no se la den con queso
Si usted es de los que se vuelven locos por un buen queso, las tierras palentinas son su paraíso. Esta provincia castellanoleonesa alberga 24 queserías donde elaboran los productos lácteos, especialmente el queso, de manera tradicional. El resultado, unos manjares (especialmente el de oveja) que dejan sin palabras al comensal. Si pueden escaparse a alguna de estas explotaciones familiares, donde lo artesanal es su garantía de calidad, no se arrepentirán. Tal es el caso de la quesería Campos Góticos, donde trabajan de manera exclusiva con las ovejas churras, una especie única de este territorio. Poseen más de 1.500 cabezas de este tipo de oveja y elaboran desde 1993 quesos gourmet que venden en contados lugares. Trabajan con leche cruda, sin pasteurizar, con lo que el resultado es una explosión de sabores en el paladar que dista mucho de los quesos que se producen en las grandes empresas lácteas. Además, podrán comprobar de primera mano el proceso completo de elaboración y descubrir que aquí no hay pasos intermedios entre la leche recién ordeñada y su procesamiento. La cadena de trabajo es directa, lo que aporta un plus al producto final, lo cual no repercute en exceso en el precio, ya que éste oscila entre los 15 y los 18 euros el kilo.
DEL SIGLO XII AL CIELO DE SAN PEDRO
El exterior de San Pedro Cultural, en Becerril de Campos, conserva la portada románica del siglo XII, la cual contrasta con el innovador centro astronómico.
ENTRE ASADOS Y SETAS ANDA EL JUEGO
Entre los platos estrella que no pueden faltar en su escapada palentina están las setas típicas de la región, los asados y las sopas «secas» de ajo.
VANGUARDIA CULINARIA EN EL BAJO CARRIÓN
Uno de los restaurantes más espectaculares de la provincia de Palencia está en Villoldo. El Estrella del Bajo Carrión ofrece productos de primera y una decoración de diez.
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