Viajes

París sigue escondiendo secretos

Antes de la gran final de la Eurocopa, podemos descubrir la otra Ciudad de la Luz: jardines urbanos, ruinas romanas y clubes que no aparecen en las guías

PLAZA DES VOSGES. Aquí Victor Hugo escribió alguna de las obras que le dieron la inmortalidad
PLAZA DES VOSGES. Aquí Victor Hugo escribió alguna de las obras que le dieron la inmortalidadlarazon

Antes de la gran final de la Eurocopa, podemos descubrir la otra Ciudad de la Luz: jardines urbanos, ruinas romanas y clubes que no aparecen en las guías

Parece que de París esté todo dicho. Pero nada más lejos de la realidad. Como un buen partido de fútbol, siempre está dispuesta a sorprendernos. París engancha, como la Eurocopa, y ya sea en el centro o en algún suburbio, la Ciudad de la Luz es un destino insuperable. Se entiende por tanto que Enrique III renunciara a su religión por poder sentarse en el trono de la capital francesa.

Cerca de ese trono, en plena calle del Faubourg Saint-Honoré (el no va más el lujo francés), encontramos la primera parada de nuestro recorrido por el París secreto. El número 24 alberga desde hace más de 100 años la emblemática sede de Hermès, un espacio lleno de recovecos que nadie puede imaginar. El visitante medio se conforma con una experiencia en una de las boutiques más exclusivas del mundo sin adivinar que encima de su cabeza se encuentra todo un universo. La maison francesa conserva allí al que consideran su primer «métier», el dedicado al caballo (al que llaman el primer cliente de la casa) que comparte espacio con el ecléctico museo por el que han pasado para buscar inspiración los grandes genios que han dirigido la firma (Marigela o Gaultier entre ellos). Pero esta suerte de gabinete de curiosidades no es tampoco su rincón más espectacular. Desde la calle, si levantamos la cabeza y miramos hacia la azotea del edificio, veremos cómo asoman algunas de las plantas que conforman uno de los jardines más maravillosos del mundo. La familia Dumas, propietaria de la casa, conserva la tradición de disfrutar diariamente de este espacio lleno de flores y árboles de los que se obtienen una de las mejores mermeladas del mundo.

Y si en Hermès encontramos mermelada, en Montmartre hallaremos vino. A la espalda del Sacré Coeur, se conserva el viñedo más antiguo de la ciudad y el único que existía hasta que las autoridades locales decidieron recientemente impulsar este tipo de jardín urbano. Es un pequeño viñedo que nos ayuda a hacernos una idea del aspecto que tenía esta zona de París en el siglo XIX, cuando era la colina vinícola de la ciudad. Mientras, el pasado muy remoto también tiene su rincón en la ciudad. En pleno barrio latino, junto a la breve Rue Navarre, descubrimos las Arenes de Lutèce, el único resto al aire libre (junto con las Termas de Cluny) del periodo galo romano de la antigua Lutecia. Todavía podemos imaginar las 15.000 personas que se podían llegar a congregar en el siglo I y II d.C. Al otro lado del río se encuentra la hermosa y casi desconocida Plaçe des Vosgues, un lugar por el que parece que se ha detenido el tiempo y donde Victor Hugo escribió alguna de las obras que le dieron la inmortalidad (algo que recuerda una placa para que nunca caiga en el olvido).

Si la embajada oficial de EE UU en Francia tiene su sede en Bulevar Haussmann, la cultural la encontramos en Shakespeare & Co., una pequeña librería en el 37 de la Rue de la Bûcherie heredera de aquella que en los años 20 acogiera a la generación perdida, encabezada por Hemingway o Fitzgerald. Tras el cierre de su primera sede, el nuevo local, de manos de George Withman, perpetuó los gustos de su fundadora, Sylvia Beach, y empatizó con una nueva generación, la Beat, que hizo de esta librería su casa. Ginsberg, Ferlinghetti, Corso y Burroughs fueron sus habituales.

Secretos del futuro

Pero París no es sólo historia antigua. Los secretos de la ciudad también se reservan para el futuro y los parisinos disfrutan siendo los únicos poseedores de este «mapa del tesoro». Uno de los últimos en hacerse un hueco es el Club Silencio. Fundado en 2011 en el 142 de la Rue Montmartre, su apertura causó verdadera sensación. Y es que nadie se podía resistir a disfrutar de una noche de locura en el club de David Lynch. Un horario exclusivo para socios (que tienen que pagar una elevada suscripción anual), una clientela de lo más selecta de París y unas sesiones que hacen época lo convirtieron en el local más cool del planeta. Sigue conservando todavía un perfil bajo, luchando por no aparecer en las guías turísticas. Y por ahora lo está consiguiendo.

Otro de estos espacios contemporáneos que París se guarda para sí es la librería 7L (7 rue de Lille). Allí, al final de un pasillo, Karl Lagerfeld, tiene no sólo su despacho sino también el estudio fotográfico donde realiza todas sus fotos en un amplio y luminoso espacio donde los libros ocupan inmensas librerías que llegan al elevado techo. Finalizamos nuestra ruta alejándonos del corazón de la ciudad en busca de la intervención de Frank Gehry en París. La Fundación Louis Vuitton, en el 8 de la avenida de Mahatma Gandhi, es uno de los últimos museos en sumarse a su amplia oferta cultural y un lugar para repetir... como París.