Escapadas rurales
Saboreando el encanto de un pueblo de 30 habitantes
Mélida es un encantador pueblo ubicado a solo tres kilómetros de la localidad de Peñafiel, en medio de la Ribera del Duero
Llenar la «España vacía» nunca ha sido tan placentero como ahora gracias a Mélida Wines, una innovadora iniciativa que demuestra que cuando dos mentes creativas y apasionadas se unen, no hay reto en el mundo que sea imposible de conseguir.
Impulsado por las hermanas Herrera, Silvia y Miriam, Mélida Wines es un espacio «bodega restaurante - alojamiento» ubicado en el pueblo de solo 30 habitantes que lleva su nombre: Mélida.
En el mapa, esta pequeña localidad se encuentra a solo dos horas de Madrid, a una hora del centro de Valladolid y a tres kilómetros de Peñafiel, en plena senda de la Ribera del Duero.
Si bien por su poca población la localidad está literalmente «vacía» con esta iniciativa, la familia Herrera busca promover el turismo del lugar con tres pilares fundamentales: visitas enológicas «Tu propio vino», alojamiento rural «Luxury Rural» y deleite gastronómico «Concepto Latilla».
Miriam y Silvia decidieron en 2016 poner alas a su sueño y comenzar a dibujar lo que poco tiempo después se convertiría en Mélida Wines, eso sí, con la fiel convicción de mezclar lo artesanal en la búsqueda de la máxima calidad.
Como cuentan sus creadoras, hoy la bodega es la concreción de que un día solo tenían en la mente, aunque en la zona del vino ya hay una basta cantidad de bodegas, las hermanas no se intimidaron, apostaron por ellas mismas creando una colección de vinos que las representan y que, además, están inspirados en sus vidas en el Valle del Botijas .« Aposté por el desarrollo rural, a través del turismo rural, cinco años han bastado para darme cuenta, que tenía que desarrollar y poner en valor mis conocimientos vitivinícolas, que me han dado los años que me he dedicado al mundo del vino, de las bodegas, de las personas», comenta Silvia Herrera.
Al igual que los viticultores miman sus viñas con esmero y palo ciencia, Miriam, Silvia y el resto de la familia lo hacen cuando la uva llega a bodega. Desde el trato con la uva, todos los procesos son manuales y espontáneos, desde la selección de los racimos realizada en el campo, la fermentación alcohólica hasta la maloláctica. Se apuesta por maceraciones cortas y extracciones suaves, con el fin de obtener vinos elegantes que reflejan su origen. «Para ser artesano, hay que ensuciarse mucho las manos y hacerlo desde la pasión», dicen las hermanas.
Gastro sin lechazo
Estando en la cuna del lechazo, sus creadoras decidieron no ser uno de los tantos asadores ya existentes y apostaron por el concepto latilla, es decir, por los productos en lata. «Queríamos poner en valor las conservas, como producto de calidad, una gastronomía primitiva a la vez que innovadora», dicen las hermanas Herrera. Poco a poco, Mélida Wines evolucionó y, actualmente, su oferta está centrada en los menús degustación gourmet. Se trata de dos propuestas por temporada, inspiradas en cada hermana. La primera opción «Párpados» incluye platos como guiso de garbanzos con boletus o el canelón de confit de pato, mientras que la segunda opción «2 Alas Rojas», deleita con el menú con propuestas como el bosque de otoño, el meloso de ternera o el rollito de langostino marinado.
Durmiendo al aire libre
Contrario a lo que muchos puedan suponer, para disfrutar del Mélida es posible que se necesite más de un día porque, aunque parezca pequeño, la extensión rural y la naturaleza única nos invitan a disfrutar de las opciones de hospedaje de Mélida Wines, cuyos nombres son también como los menús del restaurante «Alas Rojas» y «Casa Párpados». Concretamente, son dos casas rurales equipadas a todo lujo. Su jacuzzi nos hará desear detener el tiempo en este enclave maravilloso. Además, si lo que queremos es soñar cerca de la luna, podremos elegir dormir a cielo abierto en «1500 estrellas», el hotel rural que reemplaza el techo por una vista panorámica con vista a las constelaciones. Así, Mélida Wines se convierte en un lugar mágico para escapar en pareja o con la familia.
El pueblo alberga la mejor tarta de queso de Valladolid
Si bien el menú degustación es indiscutiblemente apetecible, su gran protagonista es la tarta de queso, un postre que ha ganado el primer lugar en el II Concurso de Tartas de Queso Alimentos de Valladolid y que ha acaparado gran atención en la última edición de Madrid Fusión. El dulce es una mezcla de tarta de queso y baklava (postre tradicional turco). Se sabe que esta compuesto por queso local y frutos secos, pero los demás ingredientes son uno de los secretos más celosos que Míriam y Silvia solo revelan en el restaurante de Mélida Wines.
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