Viajes Otoño

Yunnan: del Himalaya a la selva tropical

La provincia más diversa de China invita a un viaje inolvidable para disfrutar de todos lo sentidos

Ciudad antigua de Weishan
Ciudad antigua de WeishanLAURA Gª MOREYLA RAZÓN

Hablar de China es hacerlo de contrastes. Desde los rascacielos futuristas de Shanghái hasta las aldeas rurales del Tíbet; desde el desierto del Gobi hasta las terrazas de arroz del sur, cada región aporta un matiz propio a la identidad del país. Es un mosaico donde conviven tradición milenaria, modernidad deslumbrante y una diversidad cultural sin igual.

En este vasto territorio, la provincia de Yunnan ocupa un lugar especial. Situada en el extremo suroeste y compartiendo frontera con Laos, Vietnam y Birmania, es una tierra de montañas nevadas, lagos cristalinos, selvas tropicales y ciudades históricas que parecen haberse detenido en el tiempo. Esta diversidad geográfica es un fiel reflejo de su riqueza humana y cultural, ya que en Yunnan conviven 25 de las 56 etnias oficiales de China, convirtiéndose en un cruce de caminos único: al norte, en ciudades como Dali y Lijiang, se percibe la impronta clásica de la arquitectura y cultura Han; al sur, en Xishuangbanna, el ambiente se torna tropical, con aldeas de la etnia Dai y pagodas doradas que evocan al sudeste asiático.

La gastronomía también refleja este encuentro de mundos. Mientras en el norte destacan platos como el queso de cabra de Dali o el pollo al estilo Bai, en el sur los sabores se enriquecen con especias, frutas tropicales y hierbas aromáticas que recuerdan a Laos o Tailandia. Viajar a Yunnan es, por tanto, recorrer un microcosmos que condensa la diversidad de China y descubrir un destino donde naturaleza, cultura y sabores se entrelazan de forma única.

Platos típicos
Platos típicosLAURA Gª MOREYLA RAZÓN

El legado del Reino Nanzhao

Antigua capital del Reino Nanzhao en el siglo VIII, Dali es una ciudad marcada por la historia y el paisaje. A orillas del lago Erhai y bajo la silueta de la montaña Cangshan, conserva un aire literario que le ha valido el título de «Tierra de la cultura y la literatura». Su Ciudad Antigua invita a pasear sin prisa. Murallas centenarias, puertas monumentales y un entramado de calles en forma de tablero de ajedrez conducen a casas de piedra y madera donde aún se esconden talleres de artesanos, pequeñas tiendas de té y cafés con terrazas. Canales de agua cristalina y patios típicos de la arquitectura Bai que mantienen vivo el encanto de siglos.

Ciudad antigua de Lijiang
Ciudad antigua de LijiangLAURA Gª MOREYLA RAZÓN

Más allá del casco urbano, los alrededores ofrecen experiencias únicas. Por ejemplo, en Wei-Shan, los visitantes pueden participar en la danza circular de la etnia Yi, una tradición comunitaria que combina canto, música y vestimenta típica. Muy cerca, el Museo Nanzhao conserva más de 3.700 piezas que narran el esplendor del antiguo reino y su papel en las rutas comerciales del suroeste de China.

El gran símbolo de la región son las tres pagodas del Templo Chongsheng. Con más de mil años, han resistido terremotos y el paso del tiempo, convirtiéndose en el emblema eterno de Dali y de Yunnan. Al caer la noche, la cita es en la Mansión del Gran Mariscal, donde la danza de la fogata reúne música, gastronomía y tradición alrededor del fuego, en una atmósfera festiva que conecta al viajero con el espíritu de la región.

Tres Pagodas del Templo Chongsheng
Tres Pagodas del Templo ChongshengLAURA Gª MOREYLA RAZÓN

La gastronomía completa la experiencia: el té de tres vueltas, un ritual de hospitalidad del pueblo Bai, simboliza el ciclo de la vida –primero amargo, luego dulce y finalmente especiado–. Acompañan recetas como el queso de cabra asado o el pollo Bai al horno de barro, platos sencillos pero llenos de carácter, ideales para maridar con el vino de frutas local.

Shuanglang y la magia del lago Erhai

A orillas del lago Erhai, Shuanglang se presenta como un rincón idílico. El amanecer en el muelle de Longkan tiñe el agua de reflejos dorados y rosados mientras las barcas de pescadores cruzan el horizonte. Recorrer la carretera oeste es otra experiencia inolvidable: cada curva regala una nueva perspectiva del lago, desde aldeas Bai tradicionales hasta tramos del corredor ecológico que han sido premiados internacionalmente por su diseño sostenible.

Entre las actividades imprescindibles destaca la experiencia «coffee meets tea», un homenaje a los dos productos más emblemáticos de Yunnan. El café de altura y el té Pu’er se combinan en un maridaje tan original como sorprendente.

Aldea Yuhu
Aldea YuhuLAURA Gª MOREYLA RAZÓN

Al caer la tarde, Shuanglang se convierte en un festival de colores. Una experiencia muy buscada por locales y viajeros es vestirse con trajes tradicionales Bai, con maquillaje y peinado incluidos, para sumergirse en la estética y la alegría de esta cultura.

Lijiang: corazón Naxi

La ruta continúa hacia el norte, hasta Lijiang, una ciudad con más de 800 años de historia y reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Su Ciudad Antigua es un laberinto de canales, puentes de piedra y casas de madera que, bajo la imponente montaña del Dragón de Jade, mantienen intacto el espíritu del pueblo Naxi. La jornada puede comenzar en el Lago Lashihai, un humedal de importancia internacional donde invernan más de 100.000 aves migratorias. De vuelta al casco antiguo, los callejones adoquinados conducen a la Torre Jiefeng, donde la danza Naxi cobra vida.

La tradición se transmite también en talleres locales, como los de papel Dongba, elaborado con corteza de arbustos alpinos y capaz de resistir siglos. Al caer la noche, la Colina del León ofrece vistas panorámicas de la ciudad iluminada, una postal difícil de olvidar. En la mesa, Lijiang sorprende con sabores únicos: el yak tibetano en estofado, el pan Naxi al vapor o la trucha de la montaña de Jade, recetas familiares que reflejan la fusión entre naturaleza y tradición.

A pocos kilómetros de la ciudad, la montaña de Nieve del Dragón de Jade se eleva hasta los 5.596 metros, imponiéndose como uno de los paisajes más icónicos de Yunnan. El cercano Valle de la Luna Azul, con lagunas turquesa formadas por el deshielo, crea un escenario de ensueño. Allí, la naturaleza se mezcla con la cultura gracias a producciones como «Impresión Lijiang», el espectáculo al aire libre ideado por Zhang Yimou que reúne a cientos de actores locales con la montaña como telón de fondo.

La selva tropical de China

El viaje culmina en el sur tropical de Yunnan, en Xishuangbanna, donde el paisaje y la cultura cambian por completo. El aire seco de la montaña deja paso a un clima húmedo y cálido; la vegetación se vuelve un verde intenso y la arquitectura adopta formas nuevas. Las pagodas doradas recuerdan más a Tailandia o Laos que al norte de China, y los sonidos son los de la selva: el croar de las ranas y el susurro constante de la jungla.

La primera parada es el Jardín Botánico Tropical de la Academia China de Ciencias, con más de 13.000 especies de plantas vivas que van desde palmeras gigantes hasta delicadas orquídeas y lirios monumentales. Muy cerca, en Mengyuan Wonderland, la selva se convierte en escenario de caminatas, talleres florales y conciertos al aire libre.

Jardín Botánico Tropical de Xishuangbanna
Jardín Botánico Tropical de XishuangbannaLAURA Gª MOREYLA RAZÓN

El contacto con la etnia Dai es uno de los momentos más memorables. En el Jardín Étnico Dai, los visitantes participan en el Carnaval del Agua, símbolo de purificación y buena fortuna, donde la música, los bailes y el juego de rociarse agua unos a otros crean un ambiente festivo y contagioso. Una tarde de té y una cena de gala dedicada al patrimonio cultural inmaterial completan esta inmersión cultural.

Otro imprescindible es el té Pu’er. En la plantación de Hekai, rodeada de terrazas milenarias, se aprende el proceso de recolección manual y prensado de las hojas, que luego se transforman en tortas consumidas en todo el mundo. La experiencia culmina con una degustación que los locales resumen en una frase: «manos en el té, corazón en calma».

La noche encuentra su mejor escenario en el Starlight Night Market. Allí, los aromas del sudeste asiático impregnan el ambiente: brochetas especiadas, pescados envueltos en hojas, frutas tropicales, sopas picantes y dulces de arroz con mango. Música en vivo, luces y el bullicio de los visitantes convierten este mercado en una experiencia sensorial más cercana a Tailandia que a China.

Recorrer Yunnan es adentrarse en un universo de contrastes y un resumen de la diversidad de China. Es un viaje que se baila, se saborea, se contempla y se recuerda.

Client Challenge