Novedad
Nintendo ya aventura el cambio de ciclo y dejará de ofrecer soporte a Nintendo Switch en su catálogo
Nintendo anticipa que comenzará a centrar sus próximos lanzamientos en Nintendo Switch 2, dejando atrás el sistema anterior

Nintendo ha confirmado oficialmente el fin de una etapa en su historia reciente al anunciar que todos sus próximos proyectos de desarrollo estarán enfocados en la nueva consola Nintendo Switch 2. Con esta decisión, la compañía japonesa pone punto final al ciclo creativo de la Switch original, que durante más de siete años se mantuvo como uno de los sistemas más exitosos de la industria.
El cambio de rumbo fue anunciado durante una reunión con inversores, donde la compañía explicó que, de ahora en adelante, el desarrollo de software se concentrará completamente en la nueva generación. La medida marca el cierre definitivo del soporte principal para la consola actual, aunque algunos títulos en producción —como Metroid Prime 4: Beyond— servirán como puente entre ambas plataformas, manteniendo compatibilidad temporal durante el proceso de transición.
Pese a que Switch original sigue gozando de una amplia base de usuarios y ha superado los 154 millones de unidades vendidas a nivel mundial, Nintendo considera que el momento es propicio para centrar todos sus esfuerzos en el futuro. La nueva consola, que ya ha superado los diez millones de unidades distribuidas en sus primeros meses, representa el siguiente paso en la estrategia híbrida de la compañía, combinando la portabilidad con un rendimiento técnico superior y nuevas posibilidades de juego.
Un gran porcentaje de los jugadores ha dado el salto a Switch 2
Durante la presentación también se reveló que la mayoría de los actuales propietarios de Switch 2 provienen de la generación anterior: cerca del 84 % de los compradores ya contaban con una Switch, mientras que el 16 % restante corresponde a nuevos jugadores. Este dato confirma que la transición generacional está en marcha y que el ecosistema de Nintendo mantiene una base sólida y fiel.
Con este movimiento, la compañía busca garantizar una continuidad creativa sin fragmentar su mercado, permitiendo a los estudios internos y externos concentrar recursos en un solo hardware. El fin del desarrollo para la consola original simboliza el cierre de una de las eras más exitosas de Nintendo, pero también el inicio de una nueva generación que promete redefinir la experiencia portátil y doméstica de los videojuegos.