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«Iba a exponer su obra en Barcelona»

El editor Hans Meinke recuerda su último encuentro

Dibujante y escultor. Eran las dos grandes pasiones del escritor, que fue un reconocido artista
Dibujante y escultor. Eran las dos grandes pasiones del escritor, que fue un reconocido artistalarazon

Hans Meinke lleva mucho tiempo trabajando con Günter Grass, tanto con el escritor como con el artista. Desde hace un año estaba inmerso en la preparación de una exposición que debía abrir su puertas en Círculo del Arte, en Barcelona. ¿Su título? «Los mundos de Günter Grass». Meinke aseguraba ayer a LA RAZÓN, que la muestra debía ser «una gran retrospectiva en la que incidíamos en su relación con la pintura y la escultura, pero también el espíritu crítico de Grass». Pese a que el Premio Nobel ya no podrá estar con ellos, el editor quiere seguir adelante con el proyecto: «Falta la apertura que él debía escribir, pero seguiremos. Arrancaremos en Barcelona y ya hay interés desde hace tiempo de otras ciudades españolas por la exposición, por ver la selección de la obra que hicimos con él», comentó.

El pasado mes de diciembre, Meinke pudo reunirse con Grass para hablar de la exposición. «Estaba lúcido y había reducido mucho el vicio de la pipa, aunque todavía seguía fumando. Estaba muy fresco intelectualmente», apuntó. Fue en ese último encuentro cuando el autor de «El tambor de hojalata» desplegó ilusionado ante él su trabajo plástico más reciente porque el interés por el arte seguía intacto, como en el primer día en el que se dedicó a pintar y dibujar. Se trataban de medio centenar de grabados realizados para ilustrar la edición conmemorativa de «Años de perro», uno de los títulos más celebrados en la producción de Günter Grass. «Alguna de esas obras estará en la exposición, además de ejemplos de su producción inicial», dijo Meinke.

Por todo ello, el editor y amigo cree que con el autor alemán ha pasado lo mismo que con Rafael Alberti. Todo ello porque el gaditano «se fue joven a Madrid para dedicarse a la pintura y acabó siendo escritor. Günter Grass en su juventud fue pintor y escultor, pero poco a poco se fue decantando hacia la literatura, aunque nunca abandonó su pasión por la literatura, como también le suvedió al poeta».

Meinke está detrás de algunas de las ediciones de los grabados de Grass, entre ellas «Por los caminos del Empordà», formada por una serie de dibujos realizados en 2004 durante una breve estancia en la comarca catalana que da título a la carpeta. En ellos aparecen desde caminos por las montañas de Cadaqués a las rocas junto al mar del Cap de Creus pasando por una tradicional masía catalana en el pequeño pueblo de Púbol.

Meinke cree que con la muerte de Grass se pierde a «la conciencia viva de la posguerra alemana. La democracia alemana está en deuda con él, pero él ha ido mucho más lejos porque ha hecho que busquemos en nuestro espíritu crítico». Por eso le gustó recordar el encuentro organizado hace unos años en Madrid entre el Premio Nobel y Juan Goytisolo donde se habló de memoria, desmemoria y olvido. «Él siempre combatió todo eso y su aportación es muy valiosa», dijo.

Cuando se le pregunta a Meinke sobre el libro con él que puede empezar el lector a adentrarse en el universo del escritor le gusta citar «El tambor de hojalata» porque «es su obra más popular y más fácil de seguir, pero es un autor de una producción muy amplia. También es muy interesante “Pelando la cebolla”, sus memorias personales en las que habla de su difícil pasado, incluso no olvida su militancia siendo joven en las SS. Es un gran texto en el que hace un repaso a la historia de Europa. Impresiona con todo lo que cuenta».

Actualmente buena parte de la producción gráfica de Günter Grass puede encontrarse en Círculo del Arte. A la citada carpeta «Por los caminos del Empordà», se le suma algunas escenas basadas en «El tambor de hojalata», así como miradas a su propio ser ya sea retratándose a sí mismo o partiendo de pocos elementos con los que es fácil identificar a Grass, como sus gafas y sus inseparables pipas. Tampoco faltan sus referencias a la naturaleza, paisajes y bodegones en los que estampó su curiosidad por todo aquello que lo rodeaba.

Desde el pasado año, el escritor había rechazado el seguir dedicándose a la narrativa, pero no a la palabra escrita. En este sentido hace poco dejó en manos de su editorial alemana un libro con sus poemas más recientes.

Mientras se materializa esa publicación, el proyecto más inmediato será la exposición «Los mundos de Günter Grass». «Por desgracia ya no contaremos con él, pero vendrán todos aquellos que admiramos su obra», apuntó emocionado Meinke. Será en el mismo espacio en el que Grass presentó el primer volumen de su obra completa en español, una muestra más de la fidelidad que mantuvo el escritor con su amigo editor.