Suspendido el partido Bélgica-España por «riesgo de atentado»

La Federación belga confirma que el partido no se disputaría por la posibilidad de atentado terrorista siguiendo la recomendación del ministerio del Interior de su país.

«Nuestro amistoso internacional contra la Selección española ha sido pospuesto». Con este tuit la Federación belga confirmaba la suspensión del encuentro que esta noche debería enfrentar a Bélgica y España en el rey Balduino de Bruselas. Lo mismo hacía minutos después la Federación española. Una posibilidad de la que los medios belgas hablaban a última hora de la noche de ayer. El diario «La Libre Belgique» afirma que el Centro de Crisis ha recomendado que no se dispute el encuentro. La Radio Televisión belga anunciaba que fuentes del Ministerio del Interior les confirmaron que habían decidido «seguir la recomendación del Centro de Crisis y suspender el partido». El Gobierno belga había elevado el nivel de alarma hasta el 3 sobre 4, lo que define la amenaza como «posible y verosímil». Un dato reforzado por el dato de que Salah Abdeslam, uno de los terroristas detectados en París, no ha podido ser detenido todavía.

Durante el día de ayer, el hotel de la Selección quedó convertido en un búnker, vigilado por escoltas de uniforme y de paisano en sus traslados hasta el estadio primero y después, de regreso al hotel. Lo mismo sucedía con la selección belga. Nada de lo que rodeaba a España en Bruselas hacía pensar que el que se iba a disputar esta noche era simplemente un partido amistoso para la próxima Eurocopa.

El ensayo, en realidad, estaba fuera del estadio; era para el ejército y los policías desplegados por la capital belga. Una experiencia que trasladar al Gobierno francés para contener el miedo y a los que lo generan. La Selección, por si acaso, sólo tenía previsto salir del hotel para jugar esta noche en el Rey Balduino. El estadio donde se iba a disputar el partido se encuentra a sólo cinco kilómetros del barrio de Molenbeek, el lugar donde las fuerzas del orden belgas siguen buscando y encontrando a colaboradores de los terroristas que atentaron el pasado viernes en París.

La Selección llegó ayer más protegida y más sola que nunca. La Federación había recomendado a sus patrocinadores que no viajaran, en la medida de lo posible. Y la mayoría atendió la recomendación. Era un viaje complicado e incómodo para todos, por el ambiente, por las inhabituales medidas de seguridad y por los controles que harían interminable el proceso de entrada al estadio. La recomendación de no llevar mochilas que se hizo a todo el público el sábado se había extendido a los periodistas. También la de llegar con bastante tiempo de antelación al estadio.

«Nos sentimos seguros, la vida continúa», aseguraba a pesar de todo el seleccionador belga, Marc Wilmots, antes de un partido que debería enfrentar a la selección número 1 del ranking de la FIFA, Bélgica, contra la actual campeona de Europa.

«Es una sensación un poco extraña», explicaba David de Gea antes de conocer la suspensión del partido. «Lo que pasó nos dejó sin palabras. Sólo pensamos en las familias y amigos de las víctimas. Ojalá nunca vuelva a ocurrir. Hay bastante seguridad, nos sentimos seguros», aseguraba el portero del Manchester United, que iba a ser titular por la lógica de esa «titularidad compartida» que alterna con el capitán, Iker Casillas.

«No siento miedo. Venimos a jugar un partido. El recibimiento ha sido bueno», dijo el seleccionador, Vicente del Bosque, que sólo pretendía disfrutar del último partido amistoso del año y que le sirviera de prueba para la próxima Eurocopa. Del Bosque no se plantea que la Eurocopa pueda cambiar de escenario. «Me gustaría que se jugara en Francia. Creo que cambiarlo sería ir en la línea de lo que quieren los terroristas», advierte el seleccionador. Algo parecido afirmó el sábado el presidente del Comité Organizador del torneo, Jacques Lambert.

«Ha sido una auténtica desgracia, pero la vida sigue. Estamos aquí para preparar la Eurocopa. Estamos bastante seguros. No podemos pensar todo el tiempo en este tema», decía Morata.