Patológica situación

La política española empieza a parecerse demasiado a la vieja política italiana. Llevamos desde comienzos de año con el Gobierno prácticamente en funciones. Así se asume como algo previsible que no haya investidura hasta 2020, no descartándose una nueva repetición electoral.

Pero no debemos ver como «normal» lo que no lo es, y acostumbrarnos a este tipo de situaciones dañinas para el buen gobierno y que cuestionan la adecuación del sistema político a las necesidades del país. Para corregir esta patológica situación, es preciso reflexionar acerca de los motivos que la provocan, y sus consecuencias. Creo que la principal causa es que la Constitución –sobre todo en su art. 99, regulador del procedimiento de investidura del presidente del Gobierno– así como la Ley Electoral, fueron diseñados para el bipartidismo preexistente, que el cambio social ha transformado en un nuevo modelo pluripartidista. En esta situación, mantener para gestionar la investidura actitudes políticas propias de aquellos momentos, conduce al bloqueo político permanente y a la continua repetición electoral, como viene sucediendo desde los comicios de 2015. Para salir de este bucle, solo hay dos opciones posibles: reformar la Constitución, o remover a quienes se han demostrado incapaces de gestionar esta nueva pluralidad política. Hay una tercera alternativa : buscar la investidura y la gobernabilidad en quienes quieren acabar con España y con el sistema. Sánchez opta por esta última.