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Cae el “violador de la almohada” 34 años después de haber abusado de 44 mujeres
Robert Eugene Koehler sembró el terror en el sureste de Florida en la década de los 80. Elegía a mujeres jóvenes, atractivas y profesionales que vivían en vecindarios de clase media alta y las violaba amenazándolas con un cuchillo. A menudo se escabullía por las ventanas abiertas de sus viviendas y entraba en sus casas, donde cometía los abusos. No tenía predilección por ninguna profesión y entre sus más de 44 víctimas había profesoras, un auxiliares de vuelo, modelos, enfermeras, instructoras de gimnasio, una artista, una modelo, una enfermera, una instructora de gimnasio en incluso una anciana frágil y medio ciega, que fue su última víctima.
Su actividad delictiva se desarrolló entre los años 1981 y 1986 y obligó a las autoridades a la creación de una brigada especial para tratar de localizarlo, pero ante la falta de evidencias fue disuelta en 1987. El apodo de “violador de la funda de almohada” tiene que ver con su modus operandi: Siempre llevaba consigo una funda de almohada, una toalla o una camisa en la cabeza para ocultar su rostro cuando irrumpía en las viviendas de las víctimas. Una de ellas logró ver su rostro cuando se despertó a las 00.45 horas y vio al hombre al acecho junto a la ventana. De inmediato, el agresor le puso la almohada en la cabeza, la ató a la cama y abusó de ella. Con este testimonio se logró la única descripción que había de Koehler: "Hombre de aspecto normal, angloamericano blanco de entre 20 y 30 años. Complexión atlética. Limpio, aseado y bronceado. Llevaba bigote y tenía el pelo castaño y ondulado. En sus últimos años, la mayoría de los asaltos se producían en viviendas y las víctimas eran personas mayores.
Robert Eugene Koehler tenía 31 años cuando fue acusado por primera vez de violar a una mujer de Palm Beach en su apartamento. La víctima llamó al 911 a las 3:30 a.m. para denunciar la violación. La policía detuvo el automóvil conducido por Koehler por hacer un giro ilegal pero sólole multaron porque no tenían una descripción del violador. Poco después fue detenido, pero el agresor alegó que la mujer estaba borracha cuando se conocieron y que mantuvieron relaciones sexuales consentidas, aunque dio dos versiones distintas de cómo se produjo ese primer encuentro. En cambio, la mujer defendía que se había tratado de una violación. Pero cuando los agentes fueron a buscar a Koehler, no lo detuvieron porque les dijo que su suegro era un oficial de policía. Y le funcionó.
Desde ese momento, no había vuelto a ser detenido. De hecho, la comisión policial creada para buscarlo pensó que las violaciones eran fruto de varias personas y que “el violador de la funda de la almohada” no existía. Desde 1986 no había vuelto a atacar y la única pista que tenían era que el agresor tenía un tipo de sangre rara, que sólo posee el 1 por ciento de la población.
En 1991 fue condenado por agresión sexual, pero este caso no fue relacionado con la ola de violaciones de los años 80. Desde ese momento no se volvió a saber nada de Koehler... Hasta el pasado sábado. Dos agentes lo detuvieron en el condado de Brevard. Tenían claro que se trataba del hombre que llevaban tiempo buscando. A sus 60 años y con un aspecto muy diferente fue encarcelado en el condado de Brevard y está a la espera de ser trasladado a Miami-Dade.
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