Economía Digital
El Banco de España alerta contra la exclusión de la financiación digital de los más mayores y pobres
Pide al Gobierno una regulación que evite que las nuevas tecnologías digitales discriminen a los colectivos más desfavorecidos
El Banco de Españaalerta contra la exclusión de los servicios financieros digitales de las personas con bajo nivel de renta, más mayores o con algún tipo de discapacidad. Así lo advierte en sus artículos analíticos, recogido en su último boletín económico bajo el título La influencia de las nuevas tecnologías en la inclusión financiera. Por ello, recomienda al Ejecutivo español, así como a las autoridades europeas, que redoble sus esfuerzos para evitar que las nuevas tecnologías discriminen a estos colectivos.
Es innegable que la innovación tecnológica ha revolucionado el mercado financiero. Sin embargo, no todo son ventajas. Después de poner el énfasis en el potencial inclusivo que las nuevas tecnologías representan para el sector financiero, la entidad monetaria alerta de sus desventajas, la otra cara de la misma moneda de la digitalización.
Como botón de muestra cita la aplicación de la inteligencia artificial al scoring de crédito. A su juicio, un uso inadecuado de los algoritmos “podría introducir sesgos no intencionados y bloquear el acceso al crédito de determinados usuarios”, probablemente, de los más desfavorecidos económicamente o tecnológicamente.
El origen de estos sesgos se encuentra, por lo general, en la calidad y en la diversidad de los datos empleados en el modelo, así como en la forma utilizada a la hora de diseñar o poner en funcionamiento el algoritmo. Por eso, aconseja a los prestamistas incorporar herramientas que les permitan comprender los conceptos aprendidos por el algoritmo y cómo influyen los mimos en las decisiones y en los resultados obtenidos.
A debate
En estos momentos, encima de la mesa de las autoridades europeas se hallan para su debate múltiples cuestiones sobre eventuales discriminaciones y exclusiones derivadas del uso de las nuevas tecnologías.
En este contexto, el banco central advierte de que la creciente oferta de servicios financieros digitales puede suponer una barrera para determinados colectivos ajenos al mundo digital, como son las poblaciones con la renta per cápita más baja, con edades superiores a los 65 años de edad o con algún tipo de discapacidad.
En España sólo el 36% de la población mayor de 65 años de edad navega por internet, frente a la totalidad de la población más joven, que utiliza la red a diario para cualquier actividad, desde adquirir unas entradas de cine hasta reservar un restaurante y, por supuesto, realizar transferencias bancarias online.
En las lista de los contras de la digitalización del sector financiero figura también el fin del dinero físico en circulación. En ese sentido, el Banco de España avisa de una posible dificultad de determinados colectivos que solo usan dinero en efectivo en sus pagos para acceder al mismo.
Desafíos digitales
La autoridad monetaria considera, en su informe, que el empleo de las nuevas tecnologías y la irrupción de nuevos actores en la previsión de servicios financieros plantean un conjunto de restos para los Gobiernos. Por ello, recomienda al Ejecutivo central responder al desafío digital garantizando el equilibrio entre la innovación, la protección del consumidor y la estabilidad financiera. Acto seguido, avisa de que estos retos son “amplios”. De ahí que considere prioritario la adopción por el Gobierno de marcos regulatorios y de supervisión.
En concreto, esta regulación debe estar orientada a impedir de la mano de la aplicación de las nuevas tecnologías la introducción de barreras de acceso a los colectivos ajenos a la era digital y de discriminaciones y exclusiones indeseadas. Por ello, “resulta esencial facilitar un acceso universal a los medios y a infraestructuras digitales, garantizar una oferta de servicios financieros multicanal, apoyar activamente acciones de educación financiera digital y promover el uso adecuado de las herramientas tecnológicas”.
La preocupación por los efectos perversos de las nuevas tecnologías sobre los colectivos más desfavorecidos transciende el ámbito nacional de nuestro país. De hecho, desde el G-20, integrado por los estados más industrializados y emergentes del planeta, se destaca la importancia estratégica de la inclusión financiera de las personas mayores y de los retos que se plantean para poder lograrla.
De ahí que inste a los Gobiernos al empleo de tecnologías inclusivas, a considerar las necesidades específicas de los colectivos vulnerables y a promover la educación financiera digital, incluido el uso de seguro de estos servicios.
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