Criptomonedas, valor refugio en la era postcovid-19

El pánico a perder la fortuna amasada durante décadas o, simplemente, a que desaparezcan de un plumazo los ahorros de toda una vida ha provocado que se busque valores refugios alternativos antes de que llegue el tsunami económico que se avecina por la pandemia global. En este escenario, las criptomonedas se han convertido en un valor refugio del capital temeroso a las consecuencias económicas del covid-19.

Así lo asegura a La Razón Jorge Soriano, CEO de Criptan, startup española de compra y venta de criptomonedas. A su juicio, los inversores observan con cierta inquietud la disposición de los bancos centrales a realizar ingentes inyecciones de capitales sin precedentes en la historia económica.

Este incremento del dinero en circulación reactivará a corto plazo la economía, pero a medio y a largo, en su opinión, provocará un efecto inflacionista, que terminará en un proceso de devaluatorio de las distintas monedas en circulación.

“De ahí que las criptomonedas, junto con el oro, se hayan convertido en un valor refugio” en plena pandemia global. En este contexto, apuesta por que lo continúen siendo en la era postcovid-19, incluso más que el oro por su liquidez inmediata. Por eso vaticina un crecimiento muy fuerte de este mercado a medio plazo.

Como botón de muestra de la tendencia alcista del mismo, la facturación de Criptan ha aumentado un 275% durante el primer mes del estado de alarma decretado por el Gobierno de Sánchez para frenar el avance del covid-19.

Esta sociedad comenzó su andadura en enero de 2019 como una plataforma web-app de compra y venta dirigida al usuario no especialista en el mundo cripto. Es decir, destinada al 90% de la población, ya que tan sólo un 10% se consideran inversores expertos en esta materia.

Su cliente, al que cobran una comisión del 1,95% sobre el valor de mercado del bitcoin (al cambio casi 6.500 euros), con un par de clic consigue realizar sus operaciones mediante un mecanismo fiable y sencillo. De la mano de la sencillez, logra que el inversor novel deje sus temores a un lado y se lance a invertir. “Queremos convertirnos en la puerta de entrada” en este mundo, asegura Soriano.

Por eso esta startup valenciana ofrece la oportunidad a sus usuarios, hoy en día 800, de guardarle y custodiarle sus claves y contraseñas individuales e intransferibles. De tal manera, que si las olvidan o extravían, con una sola llama las recuperan.

¿Quién puede acceder a esta plataforma? Cualquier usuario con su DNI y foto. El cliente deberá ser titular de la cuenta bancaria con la que se efectuarán las transferencias y deberá estar domiciliada en territorio europeo.

De lo contrario, no se acepta la compra-venta. De hecho, no admite ninguna operación procedente de cuentas domiciliadas en las Islas Caimán o Panamá. De esta manera, la sociedad ejerce sus controles para evitar el blanqueo de capitales.

Tarjeta de débito

A finales del próximo mes de abril, lanzará una visa de débito, que permitirá a su clientes abonar la compra en cualquier establecimiento físico o online e incluso sacar dinero en efectivo hasta 10.000 euros diarios en cualquier cajero del mundo contra sus cuenta en criptomonedas. Se trata de dar la oportunidad al usuario de, además de invertir, utilizar sus bitcoin,

En estos momentos, preparan la emisión de estas tarjetas con una entidad colaboradora con licencia del Banco de España. El sistema no es excesivamente complicado. A la hora de abonar el cliente la cuenta con su tarjeta se comprueba si dispone de saldo en Criptan y automáticamente se venden sus criptomonedas por euros.

Sin contar con una tarjeta de débito, la operación se complica. Primero, debe vender sus criptomonedas. Más tarde, retirar los euros de la cuenta bancaria y, por último, pagar lo que se desea adquirir. Con esta tarjeta de débito, todos estos pasos se eliminan y la operación se puede realizar en tiempo real.

La startup también chequea la posibilidad de ofrecer a las empresas sin coste alguno una oferta similar para que acepten el pago con tarjeta en bitcoin. A cambio, al empresario se les garantiza cobrar el cien por cien en euros.