
Exploración
Indicios de vida en Marte: el hallazgo del Perseverance revive el debate sobre la transparencia de la NASA
Cada anuncio de este tipo parece avivar el interés y la imaginación colectiva, especialmente en redes sociales y entre los aficionados a los fenómenos OVNI

La NASA ha anunciado recientemente un nuevo avance en la exploración en Marte: el rover Perseverance habría encontrado indicios que podrían sugerir la existencia de vida antigua en el cráter Jezero. La noticia fue presentada con la habitual y medida atención mediática que la agencia suele reservar para sus grandes revelaciones, generando una oleada de titulares que evocaban a un hallazgo sin precedentes.
No obstante, surge inevitablemente la pregunta: ¿qué hay realmente de novedoso en esto? Desde hace décadas, la comunidad científica ha especulado con la posibilidad de que Marte albergara agua líquida en su superficie, una condición considerada esencial para la vida. Ya en 1984, el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, se dirigió al mundo con solemnidad para anunciar el descubrimiento de posibles fósiles microscópicos en un meteorito de origen marciano hallado en la Antártida. Si eso no representaba una forma de vida antigua, ¿entonces qué era?
Al margen de los comunicados oficiales, persisten voces críticas y teorías alternativas que cuestionan la transparencia de los gobiernos en estos asuntos. Ashton Forbes, convencido de que Estados Unidos oculta tecnologías avanzadas y evidencia de vida extraterrestre, afirma con rotundidad: “Por supuesto que hay vida en Marte; esto se sabe desde que detectamos metano estacional hace más de una década”. Forbes también recuerda un estudio polémico en el que dos investigadores aseguraban haber identificado organismos vivos y estructuras similares a hongos en las propias imágenes enviadas por el rover de la NASA. “Como siempre —añade—, te piden que ignores lo que ves con tus propios ojos y que confíes ciegamente en la autoridad. La vida es abundante en el Universo, y Marte no es la excepción”.
Cada anuncio de este tipo parece avivar el interés y la imaginación colectiva, en especial en redes sociales y entre los aficionados a los fenómenos OVNI. Fotografías tomadas en Marte suelen desatar debates encendidos: “¿Es este un monstruo cangrejo o solo un montón de rocas?”, se preguntaba irónicamente un usuario en X, al compartir una imagen que mostraba una extraña formación rocosa. “La gente grita ‘¡solo es una roca!’ mientras el cangrejo literalmente tiene patas y los saluda”, bromeaba el usuario, para luego concluir con una acusación velada: “Solo hay dos explicaciones: 1) que lo saben y 2) que no quieren saber”. El mensaje fue difundido por la cuenta UFO Manía, una de las más activas en este tipo de debates.
El universo de las teorías de conspiración nunca duerme. Desde supuestas estructuras “borradas” intencionalmente de las imágenes oficiales, hasta acusaciones de bombardeos ejecutados por la NASA para destruir enclaves sospechosos en Marte. Incluso circula la historia de que la sonda china Chang’e-2 habría fotografiado antiguas ruinas en la Luna, imágenes que —según algunos— aún no han sido divulgadas al público. Retrocediendo en el tiempo, en 2007, Ken Johnston, exjefe del laboratorio fotográfico lunar de la NASA, junto con el escritor Richard Hoagland, ofrecieron una rueda de prensa en Washington D.C. para denunciar que los astronautas del programa Apollo habrían encontrado restos de estructuras y posibles ciudades en la superficie lunar. Aunque la noticia fue recogida inicialmente por diversos medios, pronto desapareció del radar mediático como si nunca hubiese ocurrido.
Uno de los casos más llamativos es el de una misteriosa imagen compartida por Billy Carson, investigador y divulgador de teorías alternativas, en la que se muestra una esfera aparentemente perfecta, con cinco agujeros simétricos. La fotografía, según afirmó, fue tomada por la cámara ChemCam del rover Curiosity. La curiosidad llevó a muchos usuarios a buscar la imagen en los archivos oficiales de la NASA y, para sorpresa general, el objeto existía. Allí estaba: una roca esférica con marcas inusuales, aparentemente artificiales. ¿Qué explicación podía haber para algo así? ¿Estábamos ante una evidencia tangible de tecnología extraterrestre?
La respuesta, sin embargo, no tardó en llegar: lejos de ser un artefacto alienígena, la roca mostraba las marcas dejadas por el propio láser del ChemCam, utilizado para analizar su composición. La imagen había sido captada por el sensor Mars Hand Lens del Curiosity el 13 de mayo de 2023, tras perforar una roca conocida como “Windjana”. En una toma nocturna, iluminada por los diodos LED del sensor, se distinguían claramente los puntos generados por la herramienta científica. La misteriosa esfera resultó ser un caso más de confusión visual amplificada por la falta de contexto.
Sin embargo, quizás la gran incógnita no esté en Marte ni en la Luna, ni siquiera en esas rocas caprichosas que parecen crustáceos, esferas metálicas o UAPs sacados de un vídeo del Pentágono. Tal vez el verdadero misterio está más cerca de casa: ¿por qué las agencias espaciales parecen dosificar la información con tanto cuidado? ¿Es para proteger a la sociedad de una verdad potencialmente disruptiva, o se trata simplemente de mantener el control sobre el relato científico y mediático?
Lo cierto es que cada vez que la NASA publica un anuncio, sus efectos trascienden lo puramente científico. Se convierten en debates filosóficos, políticos y hasta metafísicos. Y mientras tanto, millones de personas seguimos explorando, pixel a pixel, las fotografías del planeta rojo. No solo buscando señales de vida, sino sospechando, quizá con razón, que lo más importante no se encuentra en la nota de prensa oficial, sino en aquello que se omite, se retrasa… o simplemente no se quiere mostrar.
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