Muerte y tradiciones

¿Quién fue la primera persona que optó por sepultar a otro ser humano?

Los entierros han sido un componente esencial en la vida de los seres humanos a lo largo de la historia, marcando un hito en nuestra evolución cultural y espiritual

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SepulturaDavid JarLa Razón

Cuando la humanidad aún llevaba un estilo de vida nómada, surgió la costumbre de enterrar a los difuntos. Quizás no con la esperanza de volver a verlos, pero sí para permitirles continuar su viaje final. Los neandertales, hace más de 40,000 años, ya enterraban a sus muertos de manera similar a como lo hacemos hoy en día. Esto está respaldado por el descubrimiento de huesos de un niño en La Ferrassie, Dordoña, que, al someterlo a datación por carbono, reveló que había sido enterrado poco después de su fallecimiento.

Estos entierros no solo marcan una evolución en la relación de la humanidad con la muerte, sino también un avance en la comprensión de las generaciones anteriores, aunque sigan habiendo piezas sueltas en este rompecabezas. Aunque hay indicios de un comportamiento ritualista entre los Homo erectus, que practicaban el canibalismo de restos humanos sin motivo aparente, dista mucho de lo que representaron los enterramientos en el Paleolítico, cuando el Homo sapiens comenzó a crear las primeras tumbas elaboradas, algunas de ellas equipadas con complejos ajuares. El entierro ritual más antiguo conocido se remonta a África, hace 78,000 años, en el caso de un niño conocido como Mtoto (que significa "niño" en suajili). El cuerpo fue colocado en posición fetal sobre su lado derecho, la cabeza apoyada en una especie de almohada natural y cubierto con un sudario hecho de material perecedero.

El Homo naledi, un pariente extinto del Homo sapiens, desafiando muchas expectativas, practicaba entierros rituales hace más de 100,000 años. A lo largo de la historia, diferentes culturas han desarrollado variadas prácticas funerarias, algunas de las cuales aún hoy sorprenden por su singularidad.

A pesar de las variaciones culturales, la mayoría de las civilizaciones comparten la práctica de la inhumación, que simboliza el regreso del individuo a la tierra, un ciclo comúnmente asociado con la espiritualidad y la creencia en una vida futura.