Puntito y frenazo en casa del último

No puede estar satisfecho ningún bético con el resultado cosechado en el campo del Espanyol, un colista desquiciado que camina con paso seguro hacia el despeñadero. Está bien siempre sumar a domicilio, pero hay ocasiones que un aspirante a Europa no debe dejar escapar, sobre todo cuando arrastra un déficit importante. Y, más especialmente, cuando se dieron todos los condicionantes para enterrar al anfitrión de turno.

El RCD Stadium le deparó un mal recibimiento a Borja Iglesias, que cumplió con la maldición del «ex» a los tres minutos al cabecear un gran centro de Álex Moreno. El farolillo rojo, que era un manojo de nervios antes del partido, entró en pánico y en esos minutos, permitiendo que el rival saliese del ataúd, dejó el Betis escapar la victoria.

Sergi Darder, el único que pone cordura en el manicomio perico, empató tras un pérdida de Canales y un error de Joel Robles, a quien se coló el tiro raso igual que se le coló la pasada semana el de Yuri. No se agigantó el Espanyol, sino que se empequeñeció el Betis, embarcado en el recital de fricciones que provocaba el adversario como único recurso, y se fue al descanso tras encajar un gol de Bernardo en una estrategia.

Lainez y Tello, dos buenos cambios de Rubi, lideraron el ataque bético en la recta final y el premio llegó con un centro al segundo palo que recentró Feddal para que Bartra remachase el empate. Con media hora por delante, parecía que el Betis iba a traerse los puntos pero, al cabo, sólo hubo una ocasión clara por bando y ambas fueron conjuradas por los porteros. Robles metió la manopla a un trallazo de Darder; y Diego López le ganó un mano a mano a Tello.