Andalucía

Susana en su laberinto

“Siempre que sale a ‘combatir’ acaba en un rincón del ring como los viejos boxeadores, pidiendo que acabe la pelea y sólo con el aliento de los que la jalean”

La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, en el Pleno del Parlamento andaluz del pasado jueves
La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, en el Pleno del Parlamento andaluz del pasado juevesJulio MuñozEfe

Susana Díaz, cada vez más acorralada y ojiplática ante el pacto de su partido con ERC para cerrar la investidura de Pedro Sánchez, no aguanta bien en la arena del Parlamento. Siempre que sale a «combatir» acaba en un rincón del ring como los viejos boxeadores, pidiendo que acabe la pelea y sólo con el aliento de los que la jalean. Parece que ahora ya ni eso, perdido el poder, no hay mucho que hacer para quien nunca ha nadado a la contra. Mala situación para el PSOE-A, eclipsado por la dirección nacional que espera que bajen las aguas del «tsunami» para comenzar a cortar cabezas y retomar la remontada. Estas Navidades nos vamos a quedar con la «intervención» de las cuentas por culpa de la gestión de María Jesús Montero, que multa su propia gestión para alarma y regocijo del Gobierno del Cambio. A las cajas fuertes, la sentencia de los ERE, el fraude de UGT, la carta del Ministerio de Hacienda adoquina el camino para el doble juego del Ejecutivo de Juanma Moreno para aniquilar lo poco que queda de los socialistas en Andalucía. Ambas quedan fuera de juego en una jugada maestra, que da más gasolina al PP-A. Montero no podrá soportar el argumentario de «castigar» las cuentas andaluzas e impedir que la comunidad se financie en los mercados, ni Díaz de ser heredera de la maquinaria de lo ERE y ahora la defensora de quien pacta con los independentistas catalanes para obtener el sillón en La Moncloa. En San Telmo, a esperar y ver cómo el remanente de 37 años de Gobierno se va reduciendo lentamente mientras se piensa cómo poner en marcha la maquinaria de motor del cambio.