Andalucía
Sobre la ceguera
Cruzó Juanma Moreno la raya para presentarse en Portugal y cantar las bondades de nuestros silenciosos vecinos. Entonces aprovechó el PSOE para lanzar el globo sonda de la sucesión. Juan Espadas juega al «roneo» y Susana Díaz tira de la poca artillería que le queda para intentar sostenerse a flote. La realidad se impuso el 2D y alejados del poder los socialistas no cuentan ya con el respaldo necesario para volver a San Telmo. Ya lo han dicho los datos del Centra, que describen cómo Partido Popular (PP) y VOX pueden entendérselas para revalidar el control de la Junta sin necesidad de contar con Ciudadanos (Cs), si se mantiene la tendencia. Cosas de la aritmética, «qué se le va a hacer». «Ésta es la mía» pensó el alcalde de Sevilla, que desde que repitió el cargo en la Alcaldía da muestras de querer irse cuando antes. La capital andaluza no se merece, con la que tiene encima, ser la víctima del mercadeo y la venganza para salvar a un partido político de la insignificancia política. Espadas es un buen gestor que se no se ha metido en demasiados charcos, aunque haya rematado la conversión del centro sevillano en un gran apartamento turístico. Sevilla tiene la suficiente relevancia para exigir un alcalde dispuesto a dejarse las suelas de los zapatos y las horas del día sin depender de preocupaciones particulares. Saramago, uno de los más lúcidos escritores lusos de la última hornada dejó bien claro las consecuencias del egoísmo en «Ensayo sobre la ceguera». Hacerse el ciego, no querer ver las cosas, vivir en la constante insistencia en el error. Tomen nota.
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