Sin «presión sanitaria» pese a los 21 brotes y 383 casos de coronavirus

El coronavirus está lejos de llegar a su fin, pese a que el verano parecía la época propicia para erradicar la pandemia. El ansiado respiro antes de afrontar un otoño que los expertos consideran que llegará con nuevos embates de la covid sigue sin producirse. Ayer se detectó un nuevo brote, alcanzando los 21 en toda Andalucía, con 383 personas afectadas –trece focos están en fase de investigación y ocho ya se han decretado controlados–.

Los nuevos casos se concentran en las provincias de Almería, Granada, Málaga, Córdoba, Jaén y Sevilla, después de producirse 78 positivos más en las 24 horas, según los datos facilitados ayer por la Consejería de Salud y Familias.

El último brote se detectó en la capital granadina y de momento son nueve los positivos, mientras que el foco localizado en una discoteca de Córdoba ha sumado 37 afectados más, hasta los 73. Este se produjo durante una fiesta juvenil celebrada el viernes y se estima que asistieron unas mil personas, a las que se les han realizado las pruebas PCR, además de a 670 contactos estrechos de esas personas. En Málaga, son también 73 los positivos, después de añadirse doce más en el último día. Ante este incremento de enfermos de covid, la Junta se mantiene expectante de la evolución que pudieran tener, especialmente en el ámbito sanitario, ya que pese a los numerosos rebrotes los pacientes ingresados en hospitales se mantienen en cifras bajas: son 38, uno más en 24 horas, de los que seis se encuentran en las Unidades de Cuidados Intensivos, uno menos que el sábado.

El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, aseguró ayer al respecto que «Andalucía ha sido un ejemplo de anticipación y de prevención ante una situación extraordinaria» y reiteró que si en la comunidad «se vive nuevamente una situación de urgencia, no le quepa la menor duda de que iremos al confinamiento». Durante su visita este domingo al circuito de Jerez, donde se celebraba el Gran Premio de Motociclismo, Marín recordó que desde que a mediados de junio se abrió la movilidad entre las ocho provincias andaluzas, «el turismo internacional ha vuelto a final de junio» y pese a todo «la presión sanitaria sigue siendo muy controlada».

«No es lo mismo que la situación de Cataluña, no sé qué ha ocurrido para que la situación se haya ido de las manos», se ha perguntado el también consejero, insistiendo en que «el papel de las instituciones es velar por la salud, que significa también bienestar y garantizar la actividad económica».

Aunque el presidente de la Junta también planteó hace unos días que se volvería al confinamiento si la situación sanitaria obligaba a ello, ambos coinciden en que en ese caso la economía sufriría un varapalo cuya recuperación a medio plazo sería muy complicada. Marin quiso tranquilizar a los ciudadanos señalando que existen planes de actuación como «el programa centinela que se aplica en 33 distritos sanitarios», a partir del cual ante «un caso positivo se actúa, se busca la trazabilidad, se confina, se sigue a la persona con PCR, la ponemos en cuarentena. Es la fórmula para no dar pasos atrás». Por ello, el vicepresidente reivindicó que de momento «aquí no hay ningún tipo de presión sanitaria».

Cierre de camas

Este optimismo choca con la opinión de Adelante Andalucía, que solicitó al Gobierno andaluz que «recapacite y aumente» el número de camas hospitalarias en vez de cerrarlas por la temporada de verano. La parlamentaria Ana Naranjo recordó ayer que «no es momento de bajar la guardia ni de hacer negocio, sino de hacer las tareas y de reforzar las plantillas de los hospitales y los centros de salud de Córdoba y del resto de provincias de Andalucía». Para Adelante es «incomprensible» que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, en plena pandemia y con una subida diaria en el número de personas afectadas por coronavirus, decida recortar en 1.500 las camas hospitalarias existentes, además de cerrar plantas, como en el caso del hospital Infanta Margarita de Cabra (Córdoba), y centros de salud por las tardes.