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Un Premio Fernando Lara en defensa del Congo

El veterinario y escritor Gonzalo Giner se impone en la XXV edición del galardón, entregado en Sevilla, con «La bruma verde», una novela de aventuras y denuncia social contra la destrucción de la selva africana, considerada el segundo pulmón del planeta

Las bodas de plata del Premio de Novela Fernando Lara debían conmemorarse con una gran fiesta literaria. Pero la covid-19 se cruzó en su camino y la tradicional gala de entrega a finales de mayo en Sevilla se pospuso a la espera de que mejorara la situación sanitaria. Por primera vez, el fallo del jurado se había realizado con antelación y el secreto, sellado desde el 14 de julio, se ha revelado finalmente hoy, en un acto en Sevilla que ha contado con la presencia del presidente de la Junta, Juanma Moreno, y del presidente del Grupo Planeta, José Creuheras. Y entre 241 novelas, ha sido “La bruma verde”, de Gonzalo Giner, la triunfadora, una historia de aventuras y denuncia social que transcurre en la selva de la Cuenca del Congo, el segundo pulmón del planeta después del Amazonas.

El escritor Fernando Delgado, como portavoz del jurado, fue el encargado de leer el fallo de la deliberación telemática realizada en julio y que se decidió por unanimidad, según desveló el orgulloso ganador. La novela se presentó bajo seudónimo y con el título “Los guardianes del paraíso”, aunque será publicada como “La bruma verde”, evocando así “uno de los escenarios más espectaculares del mundo”, como lo ha descrito el propio Giner.

En la rueda de prensa posterior a la entrega del galardón, el autor ha explicado que “la Cuenca del río Congo está en peligro y se va a entender a través de la trama", entendiendo "los peligros que tiene el segundo pulmón del planeta. Vamos a ver una gran aventura a través del corazón de África, con una historia de amor que recorre toda la novela y es un canto al conservacionismo”. Veterinario de profesión, Giner es un autor consagrado de novela histórica, un género del que se aleja en esta ocasión, pero manteniendo su estrecha vinculación con el mundo animal, otorgando un papel destacado a los primates dentro una novela en la que confluyen “cuatro miradas” muy diferentes.

La primera es la de una joven congoleña que “explica con su propia vida qué significa que su aldea se vea arrasada porque haya unas empresas que quieran hacer monocultivos de alimentos”. A través de ella y de otras tres perspectivas -una alta ejecutiva occidental, los cooperantes que acuden a la zona y un grupo de chimpancés-, Giner refleja la situación real de una reserva verde que solo el año pasado perdió una extensión similar a la de la Comunidad Valenciana debido a los incendios y a la deforestación provocada por la actividades humanas como la tala para la obtención de madera o el cultivo de soja y aceite de palma, según ha denunciado.

Giner, que recogió el premio de manos de Juanma Moreno, se despojó de la mascarilla -cuyo uso es obligatorio- para dejar ver “la sonrisa con la que llevo todo el acto”. Su éxito como escritor no le ha alejado de su profesión y confesó que este mismo lunes había estado ejerciendo como veterinario rural en Segovia, donde trabaja atendiendo reses. “Mi vida es la veterinaria, la escritura vino después”, ha admitido sobre una pasión que plasma en sus obras y para la que ha contado con la colaboración de compañeros primatólogos, que permitieran reflejar fielmente el comportamiento de estos animales. “Vais a descubrir en los primates una mirada especial, porque no solamente comparten el 98% de nuestro ADN, si no que nos aportan humanidad”, ha asegurado.

Sobre la elección del escenario, ha detallado que escogió el Congo, a pesar de no haber viajado nunca allí por el peligro que entraña debido a la existencia de guerrillas, porque “quería contar una historia bonita, de personajes, de vidas que se cruzan, y de fondo quería concienciar de que entre todos podemos hacer cosas para mejorar esa situación”.

La incertidumbre habitual de la gala, trasladada este año de los Reales Alcázares a la Casa Guardiola, y de la noche al mediodía, no se produjo, ya que el galardonado sabía de antemano que recibiría el premio. Esa singularidad permitió que los asistentes se llevaran consigo un ejemplar y el propio presidente del Grupo Planeta reconoció haberlo leído durante el verano. “Les recomiendo vivamente la lectura porque es una novela que tiene acción, una gran trama, un punto de denuncia del mundo en que vivimos y unos personajes fantásticos -ha resumido-. Te hace reflexionar y te engancha desde el primer momento”.

En su XXV edición, Creuheras recordó que “este premio nació para fomentar la creación literaria y para conseguir la máxima difusión del libro”, destacando que “el éxito del premio también reside en esos 5.706 originales que hemos recibido” desde su creación. El máximo dirigente de Planeta agradeció a la Fundación Axa, representada por su vicepresidente, Juan Manuel Castro, su colaboración desde hace once años para mantener un galardón dotado con 120.000 euros y de cuyas obras ganadoras se han vendido casi un millón de ejemplares, un promedio de cuarenta mil por año. En él se han inscrito nombres como el de Terenci Moix, Juan Eslava Galán o la última ganadora, Ángela Becerra. Como anécdota, el conductor del acto, el periodista Jesús Vigorra, rememoró que también del certamen salió uno de los grandes éxitos de la literatura de las últimas décadas, “La sombra del viento”, del fallecido Carlos Ruiz Zafón, quien se marchó sin el premio pero vio cómo su obra se publicaba y se convertía en un fenómeno de ventas.