Entrevista

Saiz Meneses: «Espero que en Semana Santa recuperemos el oxígeno que se echa en falta»

El arzobispo de Sevilla hace un llamamiento a «ayudar y acoger» a los refugiados ucranianos

El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz MenesesKiko HurtadoLa Razón

La primera Semana Santa de José Ángel Saiz Meneses como arzobispo de Sevilla será la de la recuperación, la de la vuelta a la calle tras dos años aciagos por la pandemia del coronavirus. Otra pandemia, la de la guerra, asola al pueblo ucraniano despertando conciencias y llamando a la solidaridad.

Este año al fin se podrá vivir la Semana Santa en la calle. ¿Teme que se genere una ingente masificación que nos haga volver atrás?

Hay mucha expectación, mucho deseo y mucha ilusión porque dos años sin poder salir es mucho tiempo. También hay mucha sensatez en las hermandades. En la Semana Santa celebramos la pasión, muerte y resurrección del Señor en las iglesias y a través de esas expresiones exteriores de fe, estamos contemplando al Señor y a María Santísima, así que ellos nos ayudarán a vivirla de una forma sensata y ordenada. Espero que transcurra todo con normalidad y que recuperemos el aire, el oxígeno que se echa en falta.

Los últimos actos externos que han venido celebrando las hermandades han sido multitudinarios. ¿Esto nos da la medida de lo que podrá pasar en Semana Santa?

Participé en los traslados del Señor del Gran Poder y fueron multitudinarios. Prácticamente todo el mundo estaba con mascarillas en una actitud de oración. Había que ver las caras de ternura, amor, esperanza y consuelo. También en la procesión extraordinaria por los 75 años de la declaración de la Virgen de los Reyes como patrona de Sevilla y lo mismo. Había orden y todos con mascarillas. Seremos muchos y habrá que organizarse bien. Será una Semana Santa vivida con mucha profundidad, fervor e intensidad.

¿Qué recomienda a los cofrades? De momento, como única medida, las autoridades dicen que habrá que llevar mascarilla.

En las iglesias y en los traslados en los que he participado ha habido mucho orden y compostura. Que seamos disciplinados y sigamos las indicaciones de las autoridades de tal forma que todo salga bien. Espero que no haya ningún incidente.

El dolor que provoca la guerra vuelve a ponerse de manifiesto estos días. ¿Qué hace la Iglesia en este escenario? ¿Pueden los fieles sevillanos ayudar al pueblo ucraniano?

La Iglesia da todo el apoyo moral del mundo, hace un importante trabajo de sensibilización, concienciación y apoyamos con nuestra oración. Hemos de activar todos los recursos y estructuras para hacer llegar ayuda y también para acoger a los refugiados, si llega el caso.

Los políticos hablan constantemente de diálogo y acuerdo. ¿Ha fallado esto precisamente?

Ha sido una invasión. Ahora parece que están negociando. El diálogo es un instrumento y un método imprescindible en las relaciones humanas, en la familia, en el trabajo, en la Iglesia y entre personas, colectivos y países. Ha de ser una actitud del corazón para resolver los conflictos. Si no, al final todo estalla. Hay que educar en el diálogo.

¿Es el momento de abrir las puertas a los refugiados que huyen de la guerra?

Estoy en contacto con algunos amigos que tengo allí para ver cómo se les podía ayudar. Hay que ayudar a todo el país. Creo que va a haber un gran movimiento de solidaridad internacional para ayudar a reconstruir el país. Cada persona tiene un valor inmenso. Por cada persona hay que moverse. Parece impensable que esto ocurra aquí en Europa. No hemos aprendido las lecciones. Habrá cauces para colaborar, primero enviando ayuda y también con proyectos de acogida de refugiados.

La Conferencia Episcopal ha puesto en marcha una auditoría para investigar los abusos en el seno de la Iglesia, un asunto sobre el que el Gobierno también se ha mostrado dispuesto a poner la lupa. ¿A quién le corresponde?

Corresponde a la Iglesia hacer esa investigación. En cada diócesis hay una oficina para poder denunciar los abusos. Hay que llegar hasta el fondo, investigarlo todo, resarcir a las víctimas y prevenir estas situaciones. La investigación no corresponde a una comisión del Parlamento ni al Defensor del Pueblo.

La justicia también debe hacer su trabajo.

Claro, que el peso de la justicia caiga sobre los culpables. Estamos en sintonía con el Papa Francisco y con la tolerancia cero.

Conoce a los representantes políticos de Sevilla y de la Junta de Andalucía. Estamos en año electoral. ¿Qué pide a los partidos?

Que trabajen por la justicia, la paz y el bien común. Cuando llegué a Sevilla, entre otras autoridades, me entrevisté con el alcalde y con el presidente de la Junta. El nuevo alcalde también ha venido. Hay buena sintonía, son personas con sensibilidad social que quieren arreglar los problemas. Luego no es tan sencillo. Es bueno que prime el diálogo y el objetivo de ayudar a los más vulnerables.

¿Cuáles son los proyectos inminentes del Arzobispado?

Llevamos dos años de pandemia y hemos de ir con calma. Por un lado, hay una línea de trabajo que es la del mantenimiento del patrimonio. Por otra, en las zonas de crecimiento con barrios nuevos, crear parroquias nuevas. De todas formas, tenemos que acabar de salir de la pandemia y ver cómo recuperamos el ritmo.

¿Cómo respalda Cáritas a las personas más golpeadas por la pandemia?

El trabajo de Cáritas se ha multiplicado durante la pandemia porque se han multiplicado las necesidades. Hace un trabajo extraordinario y muy discreto. Responde a las necesidades primarias relativas a alimentos, ropa y facturas de la luz y también capacita a las personas para que puedan ganarse la vida con dignidad y labrarse su futuro. También denuncia situaciones injustas, sensibiliza a la sociedad y crea un clima de acogida y de abrir las puertas a las personas que se acercan. No solo se trata de repartir, sino de acoger. El que llama a la puerta no es un extraño, es un hermano.

El cardenal Amigo acaba de ser operado. ¿Cómo se encuentra?

He hablado con él y se encuentra bien. Sufrió una caída en una celebración en la Almudena, en Madrid. Fue intervenido quirúrgicamente y le implantaron una prótesis de cadera. Su evolución es buena y ya empieza a caminar. Próximamente irá a una casa de los franciscanos para continuar con la rehabilitación, ya fuera del hospital. Su estado de ánimo es bueno desde el primer momento. Amigo y Asenjo son dos colaboradores de lujo, a los que aprecio mucho y les estoy muy agradecido por todo lo que trabajan.