Desabastecimiento

Andalucía, ¿el nuevo granero de Europa?

Hay capacidad para dar respuesta a la demanda de cereal, pero la sequía y el barbecho que impone la PAC son un escollo

La siembra de cereales de ciclo corto
La siembra de cereales de ciclo cortoSergio Gómez

Andalucía tiene capacidad para «dar respuesta» a la demanda de cereales ante el grave problema de desabastecimiento provocado por la guerra en Ucrania. Así de confiado se mostró esta semana el consejero de Hacienda, Juan Bravo, quien instó a la UE a permitir la utilización de las tierras que hay en barbecho en la región para plantar de forma urgente. Pero, ¿se solucionaría así el problema? ¿Podría convertirse Andalucía en el nuevo granero de Europa?

«No tiene esa capacidad, pero el campo andaluz sí puede contribuir a acabar con la dependencia de ciertas materias primas propiciada por la Política Agraria Común (PAC)», argumenta Eduardo López, vicesecretario de organización de COAG Andalucía. «Cuando los mercados internacionales se tambalean es hora de preguntarse por esa dependencia de proteína animal que tiene la UE, cuando aquí se ha dejado de producir», apostilla López.

Ucrania es el principal proveedor de cereal de la Unión Europea: la mitad del trigo que se consume procede de allí y, a nivel estatal, el 50% del girasol y el 22% del maíz para ganado. Ante la invasión rusa, el Gobierno de Zelenski ha prohibido las exportaciones para asegurar el abastecimiento en el interior de sus fronteras y la UE ya está sufriendo las consecuencias. Los principales afectados son los ganaderos, ya que el 80% del cereal se emplea para alimentación de los animales.

Como solución inmediata, desde COAG Andalucía piden a la Unión Europea que suspenda el barbecho obligatorio que impone la PAC, al menos de forma temporal. «Antes, Europa incentivaba la producción, pero se ha ido a un modelo de desacople de ayudas. Ya no te pagan acorde a tu producción sino por hectáreas y te obligan a dejar cierta superficie en barbecho, concretamente el 5%», explica el vicesecretario de COAG. En esta tierra en desuso (declarada «superficie de interés ecológico» para el Pago Verde) no se puede ni plantar ni tampoco utilizar como tierra de pasto. Pero con la preocupante sequía que sufre Andalucía, con los embalses al 28% de su capacidad, la Consejería de Agricultura decidió autorizar el pastoreo en este terreno.

Según los datos de la COAG, en Andalucía hay unas 75.000 hectáreas declaradas de interés ecológico. «Pedimos que se pueda incorporar para el cultivo de productos factibles en la región en esta época, como el girasol», alega el vicesecretario de organización de COAG. Este cereal no puede sembrarse más allá del mes de abril, por eso la decisión «debe ser urgente», reclama. En la región, hay 200.000 hectáreas destinadas al cultivo del este cereal. Si se sumase ese 5% en barbecho y el otro 5% que imponen los ecoesquemas de la PAC, podrían llegar a cultivarse un total de 400.000 hectáreas, asegura López. Un paso importantísimo, teniendo en cuenta que no solo se utiliza para producir el aceite de girasol sino también torta para alimentación animal. Este agricultor indica que esta tierra en barbecho podría emplearse también para sembrar maíz, pero «no es lo más propicio este año porque necesita mucha agua y sufrimos una enorme sequía».

Relajación de requisitos

No obstante, lo que más les preocupa ahora a los agricultores andaluces es la relajación de los requisitos por parte de la Comisión Europa para importar cereal de terceros países. En este momento de desabastecimiento por el conflicto en Ucrania, Europa está acudiendo al mercado estadounidense, argentino y brasileño para comprar maíz y soja fundamentalmente, países donde la utilización de transgénicos es mayor.

Tras estallar el conflicto en Ucrania, la Comisión informó a los Estados miembros de que son ellos los que deben tomar las medidas necesarias para relajar los límites máximos de residuos fitosanitarios que antes impedían la importación de materias primas de estos países, como la como torta de girasol o maíz.

«No nos preocupa que tengamos que acudir a estos mercados de forma excepcional por el estallido de la guerra, nos preocupa que se dé potestad a los estados miembros para bajar los requisitos de calidad y que se entre en una competencia interna entre los países de la UE para su abastecimiento. Vamos a tener que pujar caro con Alemania y Francia por estas materias primas y los precios van a subir mucho», alertan desde COAG.