Despedida
Los franciscanos se marchan de Cádiz cinco siglos después
Con solo tres frailes, la falta de vocaciones obliga a un adiós que causa gran pesar en la ciudad
Seis años después de que los carmelitas anunciaran su marcha de Cádiz capital, una nueva orden religiosa ha decidido seguir sus pasos. Se trata de los franciscanos, quienes, como ya hicieran con anterioridad los capuchinos, jesuitas, mercedarios y los propios carmelitas, se han visto obligados a tomar tan dolorosa decisión.
Con un fuerte vínculo emocional y espiritual con una ciudad que les abrió sus puertas hace casi cinco siglos, 1566 –año en el que el convento fue fundado por fray Juan Navarro de Antequera–, la falta de vocaciones –tan solo quedaban tres frailes– ha desembocado en una marcha que se materializará el próximo 1 de septiembre; fecha en la que, previsiblemente, quedarán cerradas las puertas de uno de los conventos más icónicos y queridos del casco histórico de Cádiz, el de San Francisco. Esta decisión que, tal y como ha señalado el padre Teodoro López, han tenido que tomar «a pesar de la fusión que se produjo hace seis años», se une a las tomadas recientemente en las localidades de Pego (Alicante) y Lérida.
«El convento de San Francisco de la ciudad de Cádiz se cierra. Los franciscanos nos vamos», señala el padre Teodoro López, que destaca que esta decisión se produce «después de casi 500 años de presencia en el centro de la Tacita de Plata. De convivencia y cercanía a la población. Al servicio en sus necesidades espirituales y en las materiales o económicas de los que pasan por ellas, haciendo realidad lo que se le canta a San Antonio: los pobres son remediados».
«La penuria y la situación agónica de la provincia franciscana de la Inmaculada, a pesar de la fusión de hace seis años que traía esperanzas de revitalización –añade– ha llevado a los superiores mayores a tomar una decisión dolorosa para los frailes y para los gaditanos. Porque nos queréis, ¿verdad?».
«La decisión del ‘definitorio’ cierra cinco casas de un golpe. Fraternidades las llamamos, un término muy evangélico y franciscano que ha revitalizado el Papa Francisco tomando la expresión del de Asís para su última encíclica sobre la fraternidad universal ‘Fratelli tutti’. Y ya van doce. Porque en los seis años de vida de la nueva entidad el número de religiosos ha mermado en casi cien». Cabe recordar que esta marcha sigue en el tiempo a la que tuvo lugar en 2013 en Jerez de la Frontera, cuando, tras 746 años de presencia, los franciscanos abandonaron la ciudad por la reestructuración de las casas conventuales en la provincia de Granada, a la que pertenecía el convento jerezano. En aquella ocasión, como ocurre ahora, la falta de vocaciones –la comunidad contaba con cinco miembros– fue la gota que colmó el vaso, marchando algunos de sus miembros a Cádiz. Ahora, los tres franciscanos que se encontraban en Cádiz tendrán como destino Chipiona y Granada, localidad a la que marchará el padre Teodoro López.
Como era de esperar, esta noticia ha causado gran sorpresa y pesar en la ciudad y, muy en especial, en las hermandades que tienen sede canónica en San Francisco, en su iglesia, como son los casos de Vera-Cruz, Nazareno del Amor y El Caído, esta última en situación de provisionalidad desde hace 14 años por obras en su capilla. Las hermandades, muy afectadas, ya han solicitado una reunión con el ministro provincial de la orden para ver en qué situación va a quedar la iglesia.
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