Polémica

Una tasa que divide al sector turístico y la administración

La patronal Horeca advierte de que una familia pagaría cien euros más por sus vacaciones

Varias turistas entran en una tienda de souvenirs en la capital hispalense
Varias turistas entran en una tienda de souvenirs en la capital hispalenseMaría José López / Europa PressEuropa Press

La posibilidad de implantar una tasa turística es un debate que aflora cada cierto tiempo en Andalucía. Ahora, al calor de los buenos datos turísticos del verano, los ayuntamientos de Sevilla y Málaga han vuelto a plantear una medida extendida en la mayoría de grandes capitales europeas pero que en la comunidad autónoma divide al sector y a la propia administración. Los consistorios la reclaman para que lo recaudado revierta en el sector, ya sea en promoción o en restauración del patrimonio. Sin embargo, la Junta de Andalucía –la administración que debe dar el visto bueno– la rechaza. Los profesionales, en gran medida, también se oponen, especialmente los hoteleros.

Según Manuel Cornax, presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia, la aplicación de una tasa por noche y número de huéspedes supone «encarecer el producto», además de una inversión extra para los establecimientos, que tendrían que adaptar sus webs y mecanismos de cobro. «Tenemos que ver quién la recauda, para que no seamos solo los hoteles, cómo, por qué importe y a qué se dedica, para que no se integre en las arcas municipales y ahí se pierda», explica Cornax.

En la misma línea se expresa la patronal Horeca en Cádiz, calificándola de «error de dimensiones mayúsculas». Su presidente, Antonio de María, señala que «nos ha costado muchos años conseguir que España sea la número uno en el mundo en turismo y no podemos aprovecharnos ahora, cuando ya tenemos la clientela hecha, para esquilmarla».

Para De María, «la trampa dulce es que te dicen que solo son dos o tres euros al día, pero lo que no calculan o cuentan es que una familia –aquí en la provincia tenemos un turismo preferentemente nacional y familiar– viene con dos o cuatro miembros entre una semana o dos, lo que traducido resulta que tendría que pagar en torno a cien euros o más por sus vacaciones. Y eso, más aún en el actual contexto económico, cuenta y puede pesar en el destino».

De ahí que, «al contrario de lo que significaría esta medida, a los clientes lo que hay que hacer es invitarlos a una copa y agradecerles que nos hayan elegido para pasar sus días de descanso, no castigarlos». «Debemos entender que vienen a nuestra provincia a invertir ese dinero que, en no pocos casos, les ha costado reunir y, ante eso, solo cabe agradecimiento, no multas. Eso es absurdo».

De María explica que todos los grandes hoteles «facturan más de un millón de euros y, cada vez que se alquila una habitación, el ayuntamiento respectivo está cogiendo el uno o 1,10 del Impuesto de Actividades Económicas. Es un impuesto que va a la producción, no a los beneficios. Por lo tanto, cada vez que tú alquilas una habitación y el cliente se gasta entre 200 euros, para el Ayuntamiento representa el 1,1 de rentabilidad».

«Es evidente –subraya– que estamos ante un afán de lucro de los ayuntamientos. Algunos con un importante número de camas y que, de implantarse los dos o tres euritos al día, recaudarían cantidades nada despreciables».

Un «dineral –sostiene– que lo manejarían ellos, ya que la mejora de servicios a la que aluden ya la pagamos todos a través de los impuestos, no la tienen que pagar quienes vienen a nuestra provincia, región o país a gastarse sus ahorros. Es lo que yo llamo una mentira dulce».

Para el presidente de Horeca, los ayuntamientos «lo que tienen que hacer es agradecer al turismo y a los hoteles los numerosos pagos que realizan a través de los distintos impuestos».