Regulación

Punto y final a una demanda histórica en los viñedos andaluces

Las bodegas de Trebujena, Chiclana, Puerto Real, Chipiona, Rota y Lebrija ya pueden utilizar la DO Jerez-Xérez-Sherry

La regulación abre un nuevo horizonte, por ejemplo, a los vinos de Chiclana
La regulación abre un nuevo horizonte, por ejemplo, a los vinos de ChiclanaJ. M. R.La Razón

Pese a una campaña sin demasiadas alegrías en el Marco de Jerez por las secuelas de la sequía –la vendimia ha sido una de las más cortas de los últimos años–, en los viñedos y bodegas de Trebujena, Chiclana de la Frontera, Puerto Real, Chipiona, Rota y Lebrija se respira ilusión y cierta sensación de alivio histórico. Razones no les faltan a sus bodegueros, quienes, después de años y décadas de apasionada y continuada «lucha», ya pueden hacer uso en sus vinos de la prestigiosa etiqueta de la Denominación de Origen Jerez-Xérez-Sherry, la más antigua de España y hasta ahora reservada a los caldos de Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda.

Demanda histórica que iguala en derechos y posibilidades a las hasta ahora zonas de producción –Trebujena, Chiclana de la Frontera, Puerto Real, Chipiona, Rota y Lebrija– y crianza –Jerez, El Puerto y Sanlúcar– y a la que el Consejo Regulador accedió el año pasado después de interminables negociaciones. Ahora, con la publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía de las modificaciones de los pliegos de condiciones de la denominación, el sueño es ya una realidad.

«Con el cambio aprobado –señala el Consejo Regulador– estas bodegas podrán completar la totalidad del proceso y sus vinos quedar acogidos a la Denominación de Origen, con todos los derechos. Se trataba de una aspiración histórica de las bodegas situadas en la zona de producción, cuyas exigencias de calidad venían siendo por otra parte idénticas a las de Jerez, El Puerto o Sanlúcar».

«Este paso pone punto y final a lo que, sin lugar a dudas, ha sido una gran injusticia, ya que, en nuestro caso, los vinos de Chiclana siempre han estado a un gran nivel, al mismo de los de Jerez», señala Manuel Manzano, presidente de la Unión de Viticultores Chiclaneros y vocal del Consejo Regulador.

«Pese a la resistencia, casi centenaria, del Consejo Regulador, que ya en 1934 no atendió las exigencias del propio padre Salado –origen de la cooperativa–, reconociéndole a Chiclana solo la zona de producción, nuestras bodegas no se han conformado. Muy al contrario de lo que cabía esperar, no han cejado en una ‘batalla’ que consideraban justa en base a la calidad de la uva y la exquisita crianza de nuestros vinos». «Afortunadamente, aunque demasiado tarde, se ha hecho justicia a nuestros vinos y a tantos otros, abriéndoles un nuevo y esperanzador horizonte en un momento muy necesario».

Y es que, como resalta uno de los grandes conocedores de los llamados vinos de la tierra, «el hecho de pertenecer y poder hacer uso de la Denominación de Origen Jerez-Xérez-Sherry nos va a dar una extraordinaria proyección, especialmente internacional, que hasta ahora no teníamos. Esto va a contribuir al conocimiento de los vinos de Chiclana y, sobre todo, a su comercialización».

Efectos positivos que, incluso, van más allá. «Después de años en los que hemos asistido al arranque de infinidad de viñedos y al desinterés creciente de los jóvenes agricultores por el cultivo de la vid, estamos detectando un incremento en la demanda de información». «Interés –subraya– que tenemos muy claro que también tiene que ver con nuestra pertenencia a la zona de crianza y a las expectativas que ello genera».

Como ya apuntó el alcalde de Trebujena, Ramón Galán, este uso de la Denominación de Origen «abre un horizonte muy esperanzador para la localidad» y su sector viticultor.

Por otro lado, los nuevos textos recogen modificaciones relativas al viñedo, las cuales –señala el Consejo Regulador– «pretenden conceder un mayor protagonismo a una parte tan esencial en la cadena de valor de los vinos de Jerez y la Manzanilla como es la fase vitícola. Así, recogen de forma explícita todos y cada uno de los pagos de la denominación de origen, que podrán hacerse constar en el etiquetado, siempre que al menos el 85% de la uva utilizada tenga su origen en el pago mencionado».

Igualmente, se abre la posibilidad al «uso de otra serie de variedades autóctonas del marco, cuyo cultivo fue prácticamente abandonado tras la devastación de la plaga de la filoxera, a finales del XIX». La clasificación de los viñedos como de «Jerez Superior», que hasta ahora se ceñía a Jerez, El Puerto, Sanlúcar y Trebujena, responderá a criterios técnicos, con independencia de si la viña está situada en esos municipios o en cualquier otro dentro de la Denominación de Origen».

Etiquetas «en rama» o «amoroso»

La nueva regulación introduce una serie de modificaciones destinadas a clarificar el etiquetado de los vinos protegidos. «Así, además de definirse las categorías Manzanilla Pasada y Fino Viejo en base a envejecimientos medios superiores a siete años, los pliegos cuentan con un completo anexo sobre reglas de etiquetado, en el que se establecen las posibilidades de uso de términos como ‘en rama’, ‘abocado’ o ‘amoroso’». En torno a esta nueva realidad del Marco de Jerez, César Saldaña, presidente del Consejo Regulador, confía en que «estas modificaciones –fruto de un amplio consenso– contribuyan a impulsar nuestras denominaciones de origen» y hace votos para que el sector «persevere en esos consensos con el fin de desarrollar cuantas iniciativas sean necesarias para asegurar un futuro brillante para nuestros vinos».