Opinión

Game over, Griñán

El expresidente de la Junta de Andalucia, Jose Antonio Griñan, en el Tribunal Supremo
El expresidente de la Junta de Andalucia, Jose Antonio Griñan, en el Tribunal Supremoalberto r. roldánLa Razón

Parece que a Griñán & Cía se les han acabado las «vidas» en este juego de la trama de los ERE. En realidad eso sucedió hace tres años cuando fueron condenados, pero ya saben que para unos y para otros, la Justicia tiene sus ritmos. Con la Fiscalía pidiendo la hora poco se puede esperar ya, puesto que el indulto solicitado a Pedro Sánchez no va a llegar nunca. ¿Qué sucederá estas jornadas amargas de lentas horas y minutos?

Nadie lo tiene claro, pero después de la bajada de pantalones del Gobierno con los golpistas catalanes parece que no caben más mutilaciones al Estado de Derecho, no se la van a jugar salvándole el culo al ex presidente de la Junta y resto de altos cargos con delitos probados y condenados en puertas de las municipales. «Que nos aprueben las cuentas y cada mochuelo a su olivo». Es una pena, ¿verdad? Debe ser bastante duro ver cómo el partido en el que has pasado toda tu vida, del que has sido hasta presidente, se pone de perfil cuando y no te saca del atolladero. «With a Little help…» . A ti sólo, claro, porque al resto de la bandita del «Yo no tenía ni idea» que se aguante.

Si en breve vemos a Griñán & Cia. cruzar la puerta de la prisión, como también ha pedido el propio PP-A, no sólo será una tragedia personal para ellos y sus familiares, también para la propia sociedad andaluza que observará, retratado para los restos, el último episodio de la manipulación del dinero público socialista. Un fracaso más del imperfecto pero necesario sistema democrático que tristemente se paga en una cárcel. Es lamentable, sí, pero no tenemos otro sistema mejor. Para Griñán, el talego supone el fin de su vida como se encargó de contar a todo el que tuvo oídos en la promoción de su libro expiatorio. En contra de su ego, para los andaluces, poca cosa, cuatro titulares chuscos, minutos de tertulia política, columnas mediocres los domingos y poco más. Cuando una estrella se apaga, lo hace para siempre. Game Over.