Balance

2023, el «annus horribilis» del campo andaluz

La sequía y la inflación provocan una caída «sin precedentes» en la producción de aceite, el arroz, los frutos secos y el algodón, y conduce al cierre de explotaciones agrarias y ganaderas

 Las indemnizaciones a agricultores han aumentado
Las indemnizaciones a agricultores han aumentado un 155% respecto a 2022 y ascenderán a 1.250 millones de eurosEP

El 2023 ha sido el «más desastroso» que recuerda el campo andaluz. Con este titular resumió el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Andalucía, Cristóbal Cano, el balance del año agrario. Una campaña marcada, principalmente, por la severa sequía que sufre Andalucía, la más larga desde 1961, y que ha provocado un «considerable descenso generalizado de la producción» en toda la región. A ello, advirtió UPA, hay que sumar la crisis inflacionista que se arrastra desde el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania, los elevados costes de producción, la disminución de las dotaciones de riego y las importaciones de productos de terceros países que «compiten de manera desleal con los nuestros».

UPA Andalucía ofreció una radiografía por sectores agrarios, siendo el aceite de oliva el peor parado. Nunca antes, dijo el presidente de la organización, se habían registrado niveles de producción tan bajos. Para hacerse una idea, este 2023 tan solo se han producido 579.675 toneladas, cuando el año anterior fueron casi el doble, 1.156.000. Desde la Unión de Pequeños Agricultores reconocen, no obstante, que «la comercialización ha sido buena», pero que no ha repercutido positivamente en los agricultores debido a los elevados costes de producción que asumen. Por ello, se prevé que el elevado precio del aceite de oliva se mantenga.

Sin embargo, esta organización agraria señala a los frutos secos como el ejemplo «paradigmático» de la incertidumbre que ha reinado durante el «peor año agrario». En este caso, además de haber alcanzado el 30% de una campaña convencional, se ha producido «una importante caída en los precios en origen para los agricultores», por debajo de los costes de producción, tal y como explica la entidad que representa a pequeños y medianos profesionales agrarios. Además, el ejemplo de los frutos secos les ha servido para denunciar «la entrada de producto de países terceros» y exigir una defensa de las producciones autóctonas frente a las importaciones.

De los aguacates y mangos, UPA advierte que no tienen «ni presente ni futuro» porque los «agricultores están siendo obligados a abandonar sus explotaciones» debido a «la falta de rentabilidad».

El arroz, no sale mejor parado. De hecho, la escasez de agua y la baja dotación de riego han mermado en un 96% la siembra respecto al 2022. Algo parecido ha pasado con el algodón, con un 70% menos de producción que hace un año y, también, con la uva pasa y el espárrago, con recortes de un 50% y un 30% respectivamente.

En el caso de los cítricos, UPA destaca la «pérdida de calidad» debido a su bajo calibre por la falta de agua. El único sector que ha acabado el año «de manera excelente» ha sido el de las hortalizas. De hecho, UPA destaca que Andalucía ha vuelto a ser la principal productora regional de hortalizas del país gracias a la buena campaña de tomates, pimientos, berenjenas, calabacines y pepinos.

La vid también se sitúa en el lado bueno de la balanza, ya que, aunque la sequía provocó una maduración muy rápida de la uva, la producción ha mantenido los registros del 2022 y el estado fitosanitario del viñedo «ha sido en general satisfactorio».

En cualquier caso, de todos los sectores, UPA Andalucía señala al de la ganadería como el más castigado por las inclemencias que han arreciado la crisis del campo en 2023. A este respecto, Cristóbal Cano explicó que el principal problema de los ganaderos «continúa siendo la falta de rentabilidad de las explotaciones» ya que, de forma generalizada, «los ganaderos perciben unos precios muy bajos por sus producciones, que unido al importante incremento de los costes –especialmente el pienso–, hace que las pérdidas económicas sean cuantiosas y hayan supuesto el cierre de un número importante de explotaciones».

«De desde UPA Andalucía exigimos a las administraciones públicas una mayor protección del sector primario para el próximo año 2024 que entra, con el fin de hacer frente a su vulnerabilidad frente todas estas adversidades y garantizar su supervivencia», demandó su presidente Cristóbal Cano. Por ello, apeló a una PAC «más justa y duradera» y a la aplicación de la Ley de Agricultura y Ganadería Familiar «que esperamos como agua de mayo». Asimismo, desde UPA demandan ayudas al sector agrícola y ganadero si persiste la crisis inflacionista y las consecuencias del cambio climático, así como adaptar los seguros agrarios a la nueva realidad que padecen los productores.

En este sentido, UPA recuerda que el Sistema de Seguros Agrarios se encuentra en «una situación muy delicada». Si el 2022 se batió ya el record de indemnizaciones con un montante de 806 millones, lo de este año «rebasa todas las expectativas» De hecho, se estima que las indemnizaciones totales por siniestros en el presente año 2023 alcanzarán en torno a los 1.250 millones, un 155% más. «Una cifra a todas luces insostenible por muchos años más si sigue manteniéndose este nivel de siniestralidad», destacó Cristóbal Cano.