Verano
Antes de salir de viaje revise estos cinco elementos de su coche
Revisar el coche antes de salir es clave para unas vacaciones seguras y sin sobresaltos
Revisar el coche antes de salir es clave para unas vacaciones seguras y sin sobresaltos. En este contexto, los expertos recomiendan comprobar estos cinco elementos fundamentales antes de iniciar el viaje.
El triángulo de la seguridad, un guardián vital.
La seguridad en carretera depende en gran medida del buen estado del llamado triángulo de la seguridad: neumáticos, frenos y amortiguadores. Los neumáticos, único punto de contacto entre el vehículo y el asfalto, deben revisarse con frecuencia: deben tener al menos 1,6 mm de profundidad en el dibujo (aunque se recomienda exceder los 3 mm) y mantener una presión adecuada en función de la carga del vehículo, es importante resaltar que se debe comprobar con los neumáticos fríos. Circular con presión incorrecta puede afectar la adherencia, aumentar el consumo y alargar la distancia de frenado. El sistema de frenos también exige atención: es fundamental comprobar periódicamente el estado de las pastillas, los discos y el nivel del líquido de frenos. Por su parte, los amortiguadores, que garantizan la estabilidad y el control del vehículo, deberían revisarse cada 20.000 kilómetros. Mantener en buen estado estos tres elementos puede marcar la diferencia entre un susto y un accidente.
Niveles de líquidos, los protectores del motor.
Los fluidos del vehículo y los filtros juegan un papel fundamental en la salud del motor. En este sentido, desde Midas advierten de la necesidad de cambiar el aceite según las recomendaciones del fabricante, entre 20.000 y 30.000 km o cada 1-2 años. También es importante comprobar los niveles del líquido refrigerante, frenos y limpiaparabrisas, así como cambiar los filtros del habitáculo si hace tiempo que no se revisan.
Batería, la energía para disfrutar del viaje.
La batería es un componente esencial para que el vehículo funcione correctamente y para poder disfrutar de todas sus funcionalidades, desde el arranque hasta los sistemas eléctricos y electrónicos que hacen el viaje más cómodo y seguro. Sin embargo, el mayor uso en verano de componentes eléctricos como por el ejemplo el aire acondicionado, pueden acelerar su desgaste, reduciendo su capacidad y vida útil. Por ello, los expertos de Midas recomiendan revisar la batería con regularidad y considerar su reemplazo cada 4 o 5 años, dependiendo del uso y las condiciones del vehículo. Una batería en mal estado puede dejarte tirado en el peor momento, por lo que es fundamental estar atentos a signos como dificultad para arrancar, luces tenues o sonidos extraños. Para mayor seguridad, si el vehículo tiene más de 4 años, lo ideal es realizar una comprobación del estado de carga y salud de la batería en un taller de Midas, donde los expertos determinarán si es necesario un reemplazo.
Iluminación y visibilidad, ver y ser visto.
A pesar de que la mayoría de los desplazamientos en verano se producen en momentos donde hay mucha luz solar, un sistema de alumbrado en plenas condiciones es clave. Por ello, es necesario verificar todas las luces (posición, largas, intermitentes, freno, etc.), así como comprobar la correcta alineación de los faros para evitar deslumbrar al resto de automovilistas y maximizar el campo de visión nocturna. Además, no hay que olvidarse de verificar que los limpiaparabrisas están en buen estado es importante de cara a garantizar la visibilidad frente a tormentas de verano.
Climatización y confort, calidad y seguridad de viaje.
El sistema de aire acondicionado no sólo mejora la comodidad, sino que también influye en la seguridad, ya que evita el cansancio excesivo del conductor. De hecho, algunos estudios desvelan que conducir con temperaturas superiores a 27°C en el interior del vehículo equivale a hacerlo con una tasa de alcohol de 0,5 g/l en sangre en términos de capacidad de reacción y toma de decisiones. Por ello, es fundamental mantener en buen estado los filtros del sistema de climatización, ya que, además, estos garantizan la calidad del aire dentro del vehículo, evitando la entrada de polvo, polen y otros contaminantes que pueden afectar la salud y concentración del conductor.