Historia

No es un burka: la peculiar historia de las "cobijadas" de Vejer

Su uso se prohibió porque se podían enmascarar delitos, hurtos o llevar armas escondidas

Monumentos a las "cobijadas" de Vejer de la Frontera
Monumentos a las "cobijadas" de Vejer de la FronteraLa RazónLa Razón

La localidad gaditana de Vejer de la Frontera guarda una peculiar historia que dice mucho de sus ricas costumbres. Antiguamente las mujeres de este pueblo vestían ropas oscuras, compuestas de sayos pesados y una especie de mantón negro que, a modo de velo, tapaba todo el rostro menos el ojo izquierdo. Aunque parezca mentira, no se asocia a la cultura islámica ni andalusí, sino que es un atuendo de origen castellano, entre los siglos XVI y XVII, pero por su composición mantiene alguna reminiscencia islámica.

Esta vestimenta ha sido utilizada en muchas localidades. En el caso de Tarifa existieron las tapadas o “tapás”, también en la cercana Conil, incluso en la orilla americana lo vistieron las mujeres limeñas.

En Vejer el oscuro ropaje perduró en el tiempo hasta que en 1936 se prohibió su uso. Esto se debe a que las autoridades consideraban que por las características de esta vestimenta se podían enmascarar delitos, hurtos o llevar armas escondidas, y, sobre todo, ocultar la identidad.

Se intentó recuperar esta vieja costumbre de usar la "cobijada", concretamente tras la guerra civil, pero apenas había mujeres que conservaran la prenda al completo, ya que por la escasez de la época de posguerra las vejeriegas se habían visto obligadas a desmantelar su traje para darle otros fines. El uso de la cobija se recuperó definitivamente en el año 1976. Actualmente se utiliza de forma oficial en las fiestas patronales, durante el acto de coronación donde se proclama la "cobijada" mayor y "cobijada" infantil que representarán durante el siguiente año a la mujer vejeriega en numerosos actos protocolarios.