Esta cueva visitable alberga una especie de gamba única en el mundo

El ingente patrimonio natural andaluz tiene algunos rincones desconocidos. La provincia de Córdoba es conocida, entre otras cuestiones, por su aceite y, en concreto, Baena es uno de los municipios en los que el aceite de oliva ocupa un lugar privililegiado en la economía local. Pero también tiene otros atractivos naturales, como la Cueva del Yeso, cuarta cueva yesífera de mayor dimensión de España y la primera en abrir sus puertas al público. Destaca, entre otros aspectos, por ser la única cavidad existente en el Valle del Guadalquivir y por ser la única en origen hídrico de Córdoba.

Uno de los elementos más novedosos de esta cueva es que es visitable. No es lo más frecuente que sea así. De hecho, conviene llamar previamente al Ayuntamiento de Baena porque no permanece abierta todo el año por motivos de compatibilidad entre la presencia humana y la preservación de las especies existentes. La cavidad alberga además una gran colonia de murciélagos en peligro de extinción y, lo más sorprendente, una especie de gamba que podría ser única en el mundo como apuntan diversos investigadores europeos, canadienses y chilenos que han visitado la zona.

El recorrido visitable es de 200 metros y su duración es de una hora aproximadamente. Mediante pasarelas y escaleras, la visita es cómoda y accesible. Aunque cuenta con iluminación interior, el visitante dispondrá al comienzo de la visita de un casco con luz frontal para aumentar la visibilidad. En sus distintas galerías y salas se aprecian magníficas formas de cristales de yeso, lagos y formaciones caprichosas.

La cavidad mantiene una temperatura constante todo el año, unos 21 grados. Su humedad supera el 90 %, lo que hace que la sensación térmica se asemeje a un clima tropical.

Recientemente, hubo una polémica política porque el Ayuntamiento realizó "una serie de intervenciones" con el fin de "adecuar" la cueva a las visitas, y que consistieron en modificar y arreglar tramos de escalera y también en adecuar la iluminación, lo que motivó la preocupación de la Junta de Andalucía por su conservación.