Patrimonio
Esta escultura de bronce de más de un metro es del siglo I y está en Antequera
Solo hay una pequeña cantidad de efebos de bronce repartidos por el mundo y en Andalucía se pueden ver tres
La imagen es de tan excelente belleza que resulta imposible no quedarse admirado al contemplarlo, por su ligereza, armonía y elegancia. El Efebo de Antequera es una escultura en bronce de época romana, siglo I, que fue encontrada ocasionalmente en las labores de labranza con un tractor en un cortijo de la Vega de Antequera alrededor de 1955.
Fundida en bronce, con un grosor pequeño que oscila entre 3 y 5 milímetros, un peso de 37 kilos y con una altura de 1.43 metros, representa a un adolescente desnudo, en actitud de un cierto movimiento, de pie y posado sobre el costado derecho, mientras que a la izquierda, únicamente apoya la punta de los dedos. Los globos oculares, hoy vacíos, debieron llevar en su tiempo un relleno de pasta vítrea que simulase los ojos. Los brazos aparecen en actitud de haber portado algún objeto liviano, bien sea una guirnalda, una lámpara o un candelabro.
El Efebo ha participado en exposiciones muy importantes en España e incluso en Roma. Se compara con el Efebo de Porta Vesubio, de Pompeya, o el Apolo de la Colección Sabouroff, del Museo de Berlín. En junio de 2004 fue declarado Bien de Interés Cultural.
No son muchos los museos que tienen figuras de más de un metro de bronce romano y menos aún los que pueden presumir de tener efebos de bronce romano. Italia, Berlín, Andalucía y Rabat son los lugares en los que mejor se pueden ver. Pronto, habrá otros dos efebos que visitar en Andalucía cuando acaben los trabajos de análisis y restauración de los efebos de Pedro Abad y sean expuestos en el Arqueológico de Córdoba.
¿Qué es un efebo?
Es un término de origen griego y es importante tenerlo en cuenta. Entre los 18 y 20 años una selección de jóvenes hijos de madres y padres con la ciudadanía ateniense eran seleccionados para ser instruidos en las armas con la finalidad de que acabasen sirviendo a la polis.
Denominada "ephebía", esta costumbre que se llevó a cabo de diferentes maneras durante parte de la Grecia clásica (siglos IV hasta el II antes de Cristo) lanza un nombre que llega hasta nuestra época con los matices del paso del tiempo. De la época griega se conserva el Efebo de Maratón, sacado del mar por un barco pesquero en 1925 junto a otras piezas como el extraño engranaje denominado mecanismo de Antikythera. Los efebos romanos tienen varios siglos menos de antigüedad pero resultan copias del estilo heleno en la época romana y la palabra efebo se traduce del romano, principalmente, como adolescente.
Más tarde, la pintura a partir del siglo XV ha introducido el término efebo que ha adquirido matices distintos y que han alimentado al término hasta la definición que hoy en día mantiene la RAE: "Mancebo o adolescente de belleza afeminada".
Desde la subjetividad que supone la consideración de la belleza en obras de arte, lo que está claro es que hay una pequeña cantidad de efebos de bronce romano repartidos por el mundo que los arqueólogos y estudiosos tienen entre los mejor conservados y facturados de la época. Algunas de estas figuras servían para portar las lámparas de las estancias en las que estaban, pero se estima que también bandejas u otros útiles. Muestras de la decoración, los gustos, la capacidad artística y económica que había los lugares en los que fueron encontrados hace más de 2.000 años. Sin embargo, no siempre se conservan en las inmediaciones o cercanías del yacimiento arqueológico donde salieron a la luz.
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