Violencia de género

Condena de 17,5 años a un anciano por degollar a su mujer para “mostrar su superioridad como varón”

La mujer de 72 años mostró su intención de separarse del hombre con el que convivía en Caniles (Granada)

Real Chancillería de Granada. (Foto de ARCHIVO)
Real Chancillería de Granada. (Foto de ARCHIVO)larazonEUROPA PRESS

La Audiencia de Granada ha fijado en 17 años y seis meses de prisión la pena privativa de libertad impuesta al anciano de 78 años que fue declarado culpable por un jurado de degollar a su esposa en la localidad de Caniles en enero de 2020, un asesinato que concibió para demostrarse a sí mismo “su superioridad como varón” cuando ella quiso poner fin al matrimonio.

El procesado, según recoge la sentencia de la Sección Segunda a la que ha tenido acceso EFE este martes, ha sido condenado conforme al veredicto del jurado popular como autor de un delito de asesinato, por el que además no podrá acercarse ni comunicarse durante 20 años con el hijo de la fallecida, al que deberá indemnizar con 300.000 euros.

Además, al acusado se le ha impuesto la medida de seguridad post-penitenciaria de libertad vigilada por un plazo de diez años.

La sentencia considera probado que el procesado, de 78 años, y su esposa, de 73, iniciaron una relación sentimental cuando ambos se encontraban en la treintena y que, poco después contrajeron matrimonio y convivieron de forma ininterrumpida durante más de cuarenta años.

Los cónyuges tenían su domicilio en la provincia de Barcelona, pero a partir de la prejubilación de él comenzaron a pasar temporadas en la localidad de Caniles (Granada) de la que era oriundo.

En los últimos meses previos a enero de 2020, la convivencia conyugal se había deteriorado hasta tal punto que la mujer le había expresado su deseo de poner fin al matrimonio.

“SUPERIORIDAD COMO VARÓN”

No obstante, incapaz de soportar que su mujer cumpliera su voluntad, el acusado concibió la idea de acabar con su vida “como modo de demostrarse a sí mismo su superioridad sobre ella como varón y para negar a su esposa la capacidad de tomar sus propias decisiones”, recoge la resolución.

En ejecución de la firme determinación de matar a su esposa, el 22 de enero de 2020, sobre las 11:00 horas, encontrándose los cónyuges solos en su vivienda de Caniles, cogió un palo de madera de 81 centímetros con el que se dirigió a la cocina donde su mujer estaba trajinando desprevenida.

De forma súbita y sorpresiva, se le acercó por la espalda y con el palo le asestó varios golpes en la cabeza que la hicieron desplomarse al suelo en estado de semi-inconsciencia y sin ninguna posibilidad de defenderse.

En ese momento, él tomó un cuchillo de cocina con el que degolló a la mujer, haciéndole varios cortes en el cuello, uno de derecha a izquierda y varios de izquierda a derecha.

Los golpes con el palo causaron en la víctima varias heridas contusas en la cabeza, con fractura ósea del cráneo, que le provocaron una hemorragia cerebral, mientras que los cortes con el cuchillo le hicieron dos heridas en el cuello.

La sección de los vasos sanguíneos del cuello provocó una salida masiva y brusca de sangre, lo que unido a la hemorragia cerebral, causó la muerte inmediata de la mujer por choque hipovolémico.

Inmediatamente después de dar muerte a su esposa, el acusado salió de la vivienda en gran estado de nerviosismo y pidió a un vecino que lo trasladara hasta el Hospital de Baza.

Encontrándose en el hospital a la espera de ser atendido, escribió en una pegatina identificativa las palabras “asesinato, no violencia”, lo que hizo sospechar al médico que le atendió de la posible comisión de algún hecho delictivo, por lo que avisó a la Guardia Civil.

Desplazada una patrulla hasta el domicilio del acusado, los agentes encontraron el cadáver de la mujer, por lo que sospechando de él procedieron a su detención.

Una vez en el cuartel de la Guardia Civil, adonde fue conducido detenido, reconoció ante los agentes actuantes de forma espontánea que era él el que había matado a su esposa, lo que facilitó la investigación policial sobre la autoría del crimen, centrándose en el acusado.

A su muerte, la mujer dejó un hijo de una relación anterior a su matrimonio con el acusado, que se había criado con él como si fuera un hijo propio.