Sociedad

Granada recupera el sabor de la romería de su patrón, San Cecilio

El invierno reflejado en la omnipresente estampa de una Sierra Nevada tan blanca como el Albaicín regala un día soleado y despejado en la primera cita con todo el sabor precovid

Una mujer visita las catacumbas de la Abadía del Sacromonte durante la romería de San Cecilio. EFE/Pepe Torres
Una mujer visita las catacumbas de la Abadía del Sacromonte durante la romería de San Cecilio. EFE/Pepe TorresPEPETORRESAgencia EFE

Granada ha cumplido este domingo con su patrón, San Cecilio, y ha reeditado hasta el último detalle de una tradición romera que arranca con un peregrinaje hasta la cima del Sacromonte donde, después del parón pandémico, se han vuelto a repartir kilos de salaíllas, bacalao y habas verdes.

Las calles que conducen al Sacromonte por el centro de Granada, desde la cima del Albaicín o por las callejuelas encaladas y vestidas de macetas y chumbos, han marcado desde las once de la mañana el camino hacia la Abadía del Sacromonte para cumplir, como cada primer domingo de febrero, con el patrón de Granada.

El invierno reflejado en la omnipresente estampa de una Sierra Nevada tan blanca como el Albaicín ha regalado un día soleado y despejado para acompañar a una romería que ha vuelto a reunir a miles de personas, devotos y turistas, curiosos o creyentes, en la primera cita con todo el sabor precovid.

Un grupo de personas disfruta de unas saladillas durante la romería de San Cecilio de una edición pasada. EFE/Pepe Torres
Un grupo de personas disfruta de unas saladillas durante la romería de San Cecilio de una edición pasada. EFE/Pepe TorresPEPETORRESAgencia EFE
Mujeres vestidas de flamenca bailan sobre un escenario este domingo en Granada. EFE/Pepe Torres
Mujeres vestidas de flamenca bailan sobre un escenario este domingo en Granada. EFE/Pepe TorresPEPETORRESAgencia EFE

Esta particular romería se celebra desde 1599, año en que una peste asoló Granada y de la que, según la tradición, se salió por invocación al santo patrón.

Y para honrar a San Cecilio, Granada ha reeditado una tradición que suma bailes regionales y reliquias del santo, misa y jolgorio, peregrinación, amiguismo y senderismo.

Los actos oficiales han comenzado poco antes de las doce del mediodía con la llegada de la corporación municipal a la Abadía, un mirador natural en el que han sido recibidos por los comisarios sacromontanos.

En el interior de la Abadía, el nuevo arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, ha oficiado la misa en honor al patrón previa a la ofrenda floral en el altar mayor de la iglesia y la visita hasta las cuevas para dejar flores en el Horno de San Cecilio y en la capilla de la Virgen de las Santas Cuevas.

La romería de San Cecilio ha vuelto a ser la de las colas, las que hay que hacer para entrar al templo, para ver las reliquias del santo o para recoger las habas verdes, las migas de bacalao y las salaíllas tan de esta tradición como el patrón.

Hasta la Abadía, los peregrinos han llegado con uniforme dominguero, algunos con tacones incluidos, o armados con bastones para incrementar velocidad de los senderistas en esta santa caminata hasta la cima de la ciudad.

En las inmediaciones de la Abadía del Sacromonte, el Ayuntamiento de Granada ha vuelvo a repartir de forma gratuita 5.000 botellines de agua, 4.500 salaíllas, 1.000 kilos de habas y otros 180 de bacalao, productos para recordar el sabor que tuvo siempre esta romería.

Para amenizar la espera hasta que asoman los platos de arroz y la comida tradicional que se anuncia por todo el camino, en la explanada cercana a la Abadía resuenan coplitas tradicionales como el “Quiero vivir en Granada solamente por oír las campanas de la Vela cuando me voy a dormir”.

Muchos de los que suben a la cima del Sacromonte para saldar con algún rezo las cuentas pendientes con el patrón se cruzan en su regreso con los rezagados que han empezado el camino con el estómago ya calmado en los bares del trayecto y otros intereses quizá algo más paganos.

Y así, después de los parones y de un 2022 con una romería a medio gas, Granada saborea un San Cecilio de los de toda la vida.