Religión
El Rocío Chico, una cita de agradecimiento eterno
Ya van 209 años cumpliendo con una promesa mantenida de generación a generación por el pueblo almonteño
El pueblo de Almonte (Huelva) celebra este viernes en la aldea de El Rocío, después de dos años, su voto de acción de gracias a la Virgen del Rocío por “salvarlo” de la invasión de las tropas francesas en 1812, una celebración conocida como Rocío Chico que supone una de las citas marcadas en rojo en el calendario rociero.
Si ya de por sí esta cita supone, en sí misma, un acto de agradecimiento, su sentido, este año, se ha engrandecido si cabe, ya que los almonteños, en particular, y la familia rociera, en general, lo han usado para agradecer la superación de dos difíciles años de pandemia.
Tras dos años celebrándose en la Parroquia de la Asunción de Almonte (Huelva), donde precisamente por la covid-19 tuvo que permanecer la Virgen del Rocío desde agosto de 2019 hasta mayo de este mismo año, el Rocío Chico ha vuelto a tener este 2022 como escenario la aldea.
Para entender esta cita hay que remontarse a la noche del 17 de agosto de 1810, cuando un grupo de 39 almonteños mataron al alto mando del ejército francés que estableció en esta localidad su cuartel general, un hecho que desencadenó que la parte francesa quisiera saquear e incendiar Almonte.
Frente a esos propósitos, el pueblo almonteño invocó la mediación de su Patrona, la Virgen del Rocío, a través de la oración y se obró el milagro, ya que los 800 franceses mandados desde Sevilla para acabar con la población almonteña nunca llegaron.
Para agradecer ese milagro de su Patrona, tres años más tarde, el 16 de agosto de 1813, coincidiendo con la retirada de las tropas napoleónicas del municipio, los representantes del pueblo de Almonte decidieron hacer un voto perpetuo de acción de gracias a la virgen, que consistiría en pasar la madrugada del 19 de agosto de cada año en la Ermita y cantar una Misa de acción de gracias.
De ese día hasta hoy han pasado 209 años y el pueblo almonteño sigue manteniendo ese voto perpetuo en lo que consideran una celebración “íntima y de encuentro personal” con la Virgen, a la que, año tras año, se suman muchos devotos que, en su forma de vida rociera, la entienden como propia.
Reflejo de ello es el volumen de personas concitadas en la aldea desde que el pasado martes comenzaron los cultos con el Triduo, en el marco del cual, ayer tarde, se celebró el acto de juramento e imposición de medallas a los nuevos hermanos de la Hermandad Matriz de Almonte, organizadora de los mismos.
Tras celebrar, a medianoche del jueves el Santo Rosario, esta mañana comenzaban los actos centrales de este voto de acción de gracias, con la Función Principal del Instituto presidida por el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra.
Este, en su homilía, ha llamado a que la devoción mariana “crezca” y se convierta “en un testimonio vivo y operante en la sociedad, como un servicio”, al tiempo que ha señalado que el amor a la Virgen, expresado en la devoción rociera, debe de caracterizarse por “la oración confiada, la alabanza entusiasta y una imitación diligente”. Después de la homilía se ha dado lectura al acta por el que el pueblo de Almonte celebra este voto, prosiguiendo la eucaristía a cuyo término se ha celebrado la procesión de Jesús Sacramentado por los alrededores de la ermita bajo palio en señal de solemnidad.
Con ello se ha puesto fin al Rocío Chico 2022, una cita que cada año, supone todo un encuentro de recogimiento íntimo con la Virgen y de convivencia familiar, y a 209 años cumpliendo con una promesa mantenida de generación a generación por el pueblo almonteño en honor a su Patrona, a la que veneran y profesan una fe tan fuerte que ha traspasado fronteras.
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