Elecciones municipales

José María Román: «Sigo soñando con las cosas que aún hay que hacer por Chiclana»

El alcalde de Chiclana (PSOE) asegura que «hemos mejorado mucho en calidad de vida, recuperando la alegría perdida tras la pandemia»

El alcalde de Chiclana (Cádiz), José María Román
El alcalde de Chiclana (Cádiz), José María RománLa RazónLa Razón

Con sesenta y tantos años (1958), quienes lo conocen bien dicen de él que parece estar viviendo una segunda juventud política y personal. Curtido en mil y una batallas, políticas y de partido, José María Román dice estar «igual de ilusionado o más» que cuando, en un ya lejano 1991, debutó como delegado de Deportes de un gobierno municipal liderado por José de Mier. Época en la que el PSOE de Chiclana «alumbró» una generación de políticos (Manuel Jiménez Barrios, Sebastián Saucedo, José Antonio Gómez Periñán...) que ha escrito gran parte de la vida política e institucional de la provincia de Cádiz.

Se le ve muy ilusionado y especialmente motivado, lo que no deja de ser llamativo tras más de tres décadas de responsabilidades y una de las legislaturas (pandemia) más complicadas que se recuerdan.

Sí, yo también lo percibo y siento así. Más aún cuando uno recibe el calor de casi mil personas de perfiles y sectores tan diferentes en actos como la presentación de la candidatura.

¿Cuál es el motivo de esta segunda juventud política?

Primero, mi pasión por Chiclana, por su gente, a lo que se une que estamos viviendo un momento político muy bonito. Las cosas van saliendo desde el consenso en un tiempo de gestión con el ritmo muy alto, pero en un ambiente de serenidad y diálogo que nos está haciendo avanzar de forma transversal. Desde lo económico a lo social y en favor del bienestar de todos. Eso se está viviendo en el día a día de la ciudad.

Entiendo que no es de los que comulgan con el «mantra» de que hay que gobernar ocho años y hacer las maletas.

Yo creo que un alcalde, un político o quien sea tiene que irse cuando no tenga motivación. Y, en mi caso, me encuentro tremendamente motivado. Sigo soñando en las cosas que hay que hacer por Chiclana, ideando y sacando proyectos y, además, estoy encontrando el respaldo social necesario. Es un todo que hace que tenga más ilusión que nunca. La clave es que en tu mente pesen más los proyectos que los recuerdos. Si es al contrario, hay que saber que estás a las puertas de otro capítulo vital.

Estos cuatro años han estado marcados por una pandemia, un amplio arco de partidos en la corporación municipal y un gobierno en minoría la mayor parte del tiempo y, pese a ello, da la sensación de que todo ha sido más «fácil» en la gestión para su equipo de gobierno de lo que cabría esperar.

Sobre todo ha sido muy duro en lo social, en lo humano. Hemos tenido que ver cómo millones de personas perdían la vida, entre ellas algunas muy cercanas y queridas. Una terrible e inolvidable huella de un tiempo que, por otra parte, ha sido complicado en la gobernanza, con escenarios que nunca imaginamos y que, en mi caso, me hicieron perder hasta ocho kilos. En lo político, si bien es cierto que tras la salida de Ganemos pasamos a gobernar en minoría, hemos sabido adaptarnos. Hemos sido un gobierno con talento y talante, sabiendo tener esa capacidad de diálogo y consenso que requería el momento para ir avanzando desde el entendimiento. Esa forma de hacer las cosas ha proyectado una gobernabilidad que, si se quiere ver así, ha sido más suave o placentera.

¿Considera que Chiclana ha retomado el pulso de desarrollo y crecimiento anterior a la crisis y la pandemia?

Yo creo que de nuevo estamos en un periodo de confianza, en el que el nombre de Chiclana suena muchísimo y hay orgullo de ser chiclanero y chiclanera. Ya no nos reflejamos en otros para decir eso de «hay que ver lo bien que están otras localidades en relación a nosotros». Es más, en algunas cosas nos hemos recuperado y en otras superado. Solo hay que ver las líneas de crecimiento experimentadas tanto en servicios públicos como en la industria, hostelería y hotelería, lo que ha contribuido a que en Chiclana se viva mejor. Y hay otra cosa muy importante, hemos mejorado mucho en calidad de vida, recuperando la alegría perdida tras la pandemia. Obviamente, tenemos trabajo por delante, pero en estos años nos hemos consolidado como una ciudad con fortalezas en los ámbitos de la cultura, escenografía, equipamientos, espacios, carreteras, infraestructuras y medio ambiente.

De repetir responsabilidad, ¿qué tareas se marca para los próximos cuatro años?

Para empezar, vamos a trabajar fuerte en el tema de vivienda, que es capital, y también en seguir mejorando infraestructuras de comunicación. Por otra parte, van a ser cuatro años fundamentales para las conexiones de agua y alcantarillado en los suelos rústicos. Vamos a tramitar muchos planes especiales que van a permitir las conexiones de luz, agua y alcantarillado.

¿Y en materia industrial?

Vamos a elaborar un plan estratégico de la industria, porque queremos sentar las bases para el crecimiento industrial. Para ello se antoja imprescindible que la Junta, como propietaria de los suelos de Miralrío, mueva ficha. El sector se ha reactivado de esa fase durmiente de las dos crisis y la pandemia y comienza a faltar suelo industrial en la localidad.

Alcanzada la excelencia, ¿hay margen para seguir dando pasos en la mejora del sector turístico?

Por supuesto. Vamos a trabajar para seguir creciendo fuera de temporada alta tanto en hoteles como en turismo residencial, algo para lo que toma especial relevancia el acuerdo alcanzado desde Diputación para reforzar los vuelos con Alemania.

Si se da el caso de que el PSOE mantuviese el gobierno de la Diputación, ¿le gustaría repetir como diputado?

Es evidente que a Chiclana no le va mal con un alcalde con responsabilidades en Turismo y Desarrollo Económico en la Diputación.