
Política
Moreno mantiene el pulso delante de Montero y, entre aplausos, le exige «euros contantes y sonantes»
El presidente andaluz ratifica su postura sobre la quita de deuda en su discurso institucional, exige una «financiación justa» y que se abandone el «ilusionismo contable»

Juanma Moreno jugaba en casa. El Teatro de la Maestranza de Sevilla acogía la gala institucional de entrega de distinciones con motivo del Día de Andalucía organizada por el Gobierno andaluz y en la que el presidente de la Junta cerraba el acto con un discurso, justo antes de que se interpretara el himno de la comunidad –este año el encargado fue el artista malagueño Pablo Alborán–. Y Moreno, ante la presencia de la vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y secretaria general del PSOE andaluz, María Jesús Montero, no rehuyó el debate sobre la quita de deuda a las comunidades autónomas en su intervención entre amables palabras a las personas distinguidas.
Moreno comenzó su discurso saludando a la vicepresidenta primera del Gobierno y felicitándola por su nombramiento como secretaria general del PSOE-A. La cortesía institucional por delante sin omitir el reproche político después. «Quiero que Andalucía ejerza con plenitud toda la capacidad de autogobierno que nos reconoce la Constitución y el Estatuto de Autonomía», aseguró el presidente a modo de preámbulo. «Pero que nadie se engañe. Sin una financiación justa para nuestra tierra, sin los recursos que nos corresponden y que exigimos, el autogobierno de Andalucía se diluye y los derechos de los andaluces se limitan».
No hay administración que pueda desarrollar competencias de manera eficaz sin contar con los recursos económicos necesarios. Así le ha ocurrido a todos los Gobiernos andaluces y, por ejemplo, a los ayuntamientos que tienen que prestar servicios a los ciudadanos que no son estrictamente de su competencia.
«Andalucía cumple con las obligaciones fiscales que nos marcan España y Europa. Nuestro problema es la falta de recursos financieros. Necesitamos euros contantes y sonantes», argumentó Moreno. Para ilustrar su ejemplo, aseguró que «el dinero que solo existe sobre el papel no paga carreteras ni construye hospitales ni colegios... sólo es ilusionismo contable».
Cada frase de Moreno era interrumpida por los aplausos de los asistentes al teatro –jugaba en casa–, pero constituye una muestra que ejemplifica que hay «ganas» en parte de la sociedad andaluza de recordarle a Montero –que escuchaba sonriente desde el patio de butacas– que no participa de los acuerdos del Gobierno de España con los independentistas y que la agenda política de Cataluña no se puede extender al resto de comunidades por mero interés.
Moreno siguió incidiendo en la misma idea y recordó que «Andalucía es solidaria con los demás, pero que nadie confunda solidaridad con ingenuidad. Es nuestra responsabilidad mantener la caja común de todos los españoles que sostiene el estado del bienestar. Y reivindicar una España sin privilegios, con los mismos derechos y obligaciones. En igualdad todos y cada uno de los españoles». Otra vez los aplausos –el presidente jugaba en casa– y las cámaras buscando la reacción de una sonriente María Jesús Montero sentada junto al ministro de Agricultura, Luis Planas.
«Andalucía no puede aceptar algo que no resuelve ningún problema, si ello supone traicionar el espíritu de igualdad del 28 de Febrero. Hoy, en 2025, el autogobierno de Andalucía no es solo una cuestión de audacia o determinación. Es también, y sobre todo, una cuestión de justicia y de igualdad», argumentó el presidente. Por si a alguien se le ocurría pensar que estaba utilizando el discurso institucional en clave política, concluyó: «¡Qué momento mejor que hoy, Día de Andalucía, para reivindicarlas!».
La intervención de Moreno también incluyó algunas de las ideas clave sobre las que pivota su acción política, para la autocrítica y la complacencia. «Vivimos una profunda transformación, impulsada por esa vía andaluza, que es nuestra forma de ser y de hacer las cosas: diálogo, mesura, respeto. Por eso Andalucía no quiere confrontación, ni otros malos hábitos políticos. Que no nos trasladen la división de otros lugares. Porque nos va mejor siendo lo que somos: una comunidad abierta, tolerante y serena».
Ese es el marco en el que mejor se desenvuelve Moreno y el que, precisamente, quiere revertir el PSOE andaluz que necesita «agitar» a sus bases y también avivar a los descontentos con la gestión del Ejecutivo autonómico para mejorar sus expectativas electorales.
Los datos económicos también estuvieron presentes en su discurso, especialmente aquellos en los que la imagen del Gobierno andaluz sale reforzada. «Hemos conseguido hacer entre todos una tierra más competitiva, donde es más fácil emprender. Tanto, que 8 de cada 10 nuevas empresas inscritas en la Seguridad Social en toda España en el último año son andaluzas», dijo. «Todavía tenemos un alto nivel de desempleo, pero ahora Andalucía es donde más baja el paro de toda España. Con el máximo histórico de personas con trabajo: casi 3 millones y medio» y «nunca antes hubo tantos autónomos y tantas personas cotizando en Andalucía».
El binomio futuro frente a pasado también estuvo presente en sus palabras. Especialmente cuando desde el Gobierno andaluz quieren identificar que el cambio de liderazgo en el PSOE es una vuelta al pasado, toda vez que Montero entró a formar parte de los Gobiernos autonómicos en 2002 y solo salió en 2018 para convertirse en ministra del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
El discurso del presidente también incluyó palabras de apoyo a Ucrania, compromiso con la Unión Europea, recuerdos a las víctimas de violencia de machista y compromiso de mejora de los servicios públicos. El guion hasta las elecciones autonómicas ya está escrito tanto desde la Junta de Andalucía como desde el Gobierno de España. Si no hay adelanto electoral por el camino, la cita será en junio de 2026.
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